Un quad para sacar a un enorme jabalí de una zona de alta montaña
Letonia

Un quad para sacar a un enorme jabalí de una zona de alta montaña

El descomunal cochino tiene que ser transportado en un contenedor de plástico que es arrastrado por una cuerda ante la imposibilidad de acceder un coche a la zona ni que el animal sea portado sobre los hombros de los cazadores al tratarse de un ejemplar de más de 150 kilos.


En España los cazadores sobre todo del norte y Cataluña también utilizan ingeniosos sistemas mecánicos para trasladar los cochinos abatidos hasta los vehículos cuando las batidas se desarrollan en lugares de difícil acceso mientras que en Andalucía se continúa sacando las reses en las monterías de manera tradicional con equinos.

Los cazadores nunca abandonan en el campo una pieza abatida

El impresionante jabalí fue abatido en Letonia y publicado en la página de Facebook de la prestigiosa revista de caza letona Zurnals Medibas. La corpulencia y el tamaño de los jabalíes abatidos en el país Báltico ha obligado a los cazadores locales a ingeniar sistemas como este para trasladar las reses abatidas a los lugares a los que puedan acceder los coches. Uno de los guardas de los acotados en los que desarrollan estas cacerías de grandes jabalíes ha habilitado un contenedor de plástico para transportar las reses. El material del depósito permite su fácil deslizamiento por el suelo pese al peso del suido. El vehículo a motor elegido para arrastrar la pieza y el sistema ideado por el cazador es un quad con tracción a las cuatro ruedas.

Carne de caza, del campo a la mesa

El aprovechamiento de la carne del animal abatido es una de las premisas del colectivo cinegético.La carne de monte es de los alimentos más saludables y ecológicos que podemos consumir. Estudios científicos realizados por la Fundación Alemana de Fauna Salvaje avalan que, "la carne de caza es la más ética y sostenible que se puede comer". En España científicos y nutricionistas también certifican los beneficios de la carne de caza para la salud. Uno de los últimos estudios realizados en el país avala esta teoría. Se trata de una investigación efectuada por ASICCAZA y la Fundación Artemisan en colaboración con investigadores del Área de Tecnología de Alimentos de la Universidad de Castilla-La Mancha.

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