El eco-terrorismo crece en España


Según denuncia la revista Trofeo Caza y Conservación en su edición del mes de junio, en España se está gestando un nuevo tipo de terrorismo que, en países como Estados Unidos o Inglaterra —entre otros— ya se ha convertido en un auténtico problema. Tanto es así que el FBI lo tiene catalogado desde hace años como una de las diez principales amenazas terroristas. La creciente sensibilidad social que existe hacia temas ambientales y/o animalistas hace que este tipo de organizaciones prosperen y hagan propaganda de su ideología con total impunidad. Trofeo Caza alerta del peligro que implican algunas organizaciones sin ánimo de lucro que se benefician de las ventajas fiscales y de la buena imagen social que se tiene de ellas para captar militantes y, por supuesto, financiación.
Aunque este tipo de terrorismo nació en la década de los 70 en Inglaterra, durante tres décadas se ha ido extendiendo por todo el mundo. En España se está empezando a gestar y la legislación aún no lo considera como terrorismo. Según denuncia Trofeo Caza, las primeras víctimas de este nuevo fenómeno son cazadores, peleteros, granjeros, ganaderos y, en general, cualquier persona o empresa que trate o trabaje con animales. Estos nuevos grupos terroristas suelen estar formados por organizaciones de los derechos de los animales, pro-vida, del medio ambiente, anti-nuclear y otros movimientos que gozan de una buena imagen social. De hecho, incluso algunos medios de comunicación han llegado a mostrar su simpatía por ellos. Trofeo Caza afirma que los movimientos animalistas y de derechos de los animales son los que más fuerza tienen en nuestro país, capitaneados por el Frente de Liberación Animal, la organización internacional más perseguida fuera de nuestras fronteras. El objetivo último de estas organizaciones es que todo el mundo deje de consumir productos animales, usar sus derivados —como ropa, productos de cuero, etcétera—, tener mascotas y, básicamente, que los animales tengan los mismos derechos que las personas. Unos objetivos para los que no dudan en robar, extorsionar, poner explosivos, amenazar de muerte y, en definitiva, imponer su forma de pensar a través de la violencia.
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