Hasta ese día me había dejado llevar por mis miedos, tal y como está una minoría de la sociedad en ataque constante contra todo lo que lleva la palabra
caza, me costaba mucho trabajo el exponer mi empresa de catering en el disparadero del mundo cinegético. El exponerme a un ataque público y de desprestigio de mi marca por defender una parte de mi forma de vida me costaba trabajo, ya que a fin de cuentas la fuente de ingresos para que mis hijos coman son palabras mayores.
Pero siempre me quedaba esa cosa que todos llevamos dentro y nos roba el sueño, nuestra conciencia. Tras mucho tiempo de reflexión, poniendo los pros y los contras, me llevaron a la siguiente conclusión:
«si la caza no existiera, ¿quién sería yo?» La respuesta fue inmediata, he nacido cazador, es mi forma de vida y no me avergüenza, entonces ¿por qué tengo que esconderme? Pues dicho esto, me puse manos a la obra. No dudaba que lo que naciera tenía que ser parte de mí, y como tal mis menús cinegéticos debían tener unos cimientos claros:
calidad del producto 100% español, respeto a la pieza de caza y mucho cariño en su elaboración.
Tras unos meses de duro trabajo llegó el esperado día, lleno de incertidumbres y de miles de temores, pero sabiendo que lo que en ese momento presentaba era parte de mi vida y eso me daba la fuerza para enfrentarme al reto.
Qué mejor escenario que el Show Room de Excopesa para la puesta de largo. Tras unas palabras de Lola (Directora de Marketing de Excopesa) me llegó mi turno, enfrente periodistas del mundo cinegético, cazadores consagrados y amigos. Un plantel que sería de lo más exigente que podría tener ya que son defensores apasionados del mundo de la caza. Cuando levanté la vista y los vi enfrente de mí, lo tenía claro, el discurso que había preparado no saldría del bolsillo de mi chaqueta, tenía que hablar igual que cocino o cazo, mis palabras salieron de mi corazón.
Lo que después sucedió fue algo mágico, solamente un grupo de personas disfrutando del cocktail que tenían delante, llevando a su boca recuerdos de sus jornadas de caza, compartiendo experiencias y amistad en cada plato que degustaban, y fue en ese momento cuando por fin me di cuenta de la realidad de ese día, somos cazadores y estamos orgulloso de ello.
Es por este motivo por el que hoy me he decidido en escribir estas palabras, no busco marketing ni publicidad, solo deseo que muchos como yo, personas que son empresarios relevantes, se decidan a dar un paso adelante y decir públicamente que es nuestra forma de vida. Que muchos otros cazadores que son famosos por sus profesiones (políticos, deportistas, escritores, artistas, etc.), personas que su buen hacer les han hecho acreedores de fama mundial, se decidan a
salir del armero, ya que con ello no solo mostrarán la verdadera cara de la caza a miles de personas que la desconocen, sino que transmitirán todos sus valores y buen hacer a los mismos. Con ello abrirán los ojos a las personas que falsos ecologistas engañan a diario con sus falsas palabras, y sobre todo ayudarán a que el mundo de la caza siga creciendo.
No puedo terminar de escribir sin agradecer a los que antes, durante y en el futuro me han ayudado en que me quite esa espinita que tenía clavada, mil gracias a todos, mil gracias al que en un futuro se decida en probar parte de mi vida llevada a la cocina, y sobre todo mil gracias a todos los cazadores que día a día disfrutan y luchan por esta maravillosa forma de vida, me siento orgulloso de ser parte de vosotros.