Un ‘descaste’ injusto

Un año más, las autoridades andaluzas abrieron la caza del conejo el 14 de agosto, con o sin perros. El año pasado abrieron más tarde.


Recuerdo que antes de la llegada de la neumonía, que dejó el conejo tan tocado que no ha podido recuperarse en muchos lugares, se autorizaba su caza desde junio, primero sin perros, y luego, ya en agosto, con perros. Esto permitía que quienes disfrutábamos cazando conejos en soledad, ya sea al rececho o a la espera, disfrutábamos abatiendo algunos ejemplares y degustándolos después asados con un buen gazpacho o en salsa. La mayoría eran tiernos gazapos del año que pronto enfermarían de mixomatosis muriendo muchos de ellos, y salvándose algunos. Los cazadores, sin mucha base científica, decíamos que así aprovechábamos unos conejos que iban a enfermar y/o morir después y de camino reducíamos la población, reduciendo también la posibilidad de contagio. No es así, expertos en el conejo decían que era bueno que el mayor número de conejos estuviesen expuestos a la mixomatosis, de modo que los supervivientes aumentaban la inmunidad de la población. Por eso, si la escopeta quitaba conejos antes de que viniera la enfermedad, se frenaba esa inmunidad natural tan importante. Ya han pasado muchos años de aquel y letal primer brote de neumonía, el conejo se ha recuperado en muchas zonas que reúne comida de calidad, o sea cultivos, suelos blandos, que permiten la fácil construcción de madrigueras y por tanto salvarse de muchos predadores, y unas fumigaciones agrícolas que podrían reducir vectores como pulgas y mosquitos, que contagian la mixomatosis. Sin embargo, en muchos lugares de sierra en los que antes abundaba el conejo, éste sigue sin levantar cabeza, por muchas razones, la principal, que no quedó un conejo tras el primer paso de la neumonía y que las actuales condiciones del hábitat han empeorado. El monte ha crecido a sus anchas, apenas se siembra y los predadores han crecido, entre ellos uno nuevo como el jabalí. Posiblemente, abriendo el descaste en agosto se favorezca que aumente esa inmunidad natural, salvándose aquellos conejos inmunes a la mixomatosis. Pero es una razón muy débil porque los conejos que pueden ser inmunes pueden morir en agosto por perros y escopetas, conejos que hasta otoño no volverán a reproducirse. Sin embargo, hasta agosto no pudimos cazar ningún conejo, salvo que justifiquemos daños evidentes, sobre todo a cultivos. Estamos en lo de siempre. Si podemos abatir un determinado número de ejemplares, en este caso conejos, ¿por qué no se puede abatir ninguno en junio o julio?, sin perros por supuesto, como siempre ha sido, que hay más, unos ejemplares que en nada van a afectar a la población porque está muy lejos la temporada de reproducción y nos gusta tanto a esos cazadores que buscan ese conejillo en soledad. Pues nada, tenemos que esperar a agosto para poder hacerlo. Creo que la especie no se va a resentir porque se maten unos conejos en junio o julio, incluso, los cotos que lo soliciten, podrían reducir los días de caza con perros, en beneficio de unos días, antes de agosto, de caza sin perros.
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