Así se caza un enorme y peligroso jabalí
Un jabalí dotado de una descomunal fuerza. Era capaz de dejar suspendidos en el aire a tres de los perros que lo tenían agarrado cada vez que lanzaba un navajazo. Así fue la peligrosa caza de este gran macareno.
Gracias a la rápida y arriesgada intervención del rehalero, el impresionante macareno pudo ser abatido, salvaguardando la integridad física de los cánidos.
Caza de grandes jabalíes a cuchillo sin perros de agarre
Javier Querol es uno de los integrantes de una cuadrilla jabalinera castellonense que caza habitualmente en los terrenos de los municipios de Vallibona, situado en la comarca de Los Puertos de Morella y Rosell, en la comarca del Bajo Maestrazgo. Forma parte de un grupo de amigos, 20 monteros y 7 perreros, que cada fin de semana se enfrentan a los jabalíes que pueblan sus agrestes montes de pinos, zarzas y aliagas.
Su rehala está formada por diferentes razas de perros de rastro entre ellos sabuesos de Baviera y anglofranceses, así como de podencos de la zona fruto del cruce de xarnegos valencianos e ibicencos.
Detalle de los colmillos del jabalí.
El más grande de los jabalíes que han cazado
El mayor de los cochinos abatidos esta temporada por esta cuadrilla les deparó una difícil situación, al ser agarrado por los perros, que fue solucionada con solvencia por el rehalero. El animal superaba con creces el centenar de kilos y portaba en su boca unas afiladas navajas. Tras su medición, obtuvo una puntuación que le hizo merecedor de una medalla de plata.
Javier nos cuenta que el macareno fue sujetado por los perros nada más producirse la suelta, a tan solo 400 metros de los vehículos. El jabalí era capaz de mantener suspendidos en el aire a varios de los perros cada vez que se aproximaba el cazador.
Enorme trofeo en forma de navajas las que portaba este gran jabalí.
Un cochino peligroso para los perros
Se encontraba en una zona de intrincada maleza cubierta por una mancha de pinos que estaba siendo batida por los perros de Javier y Víctor Cardona. Nada más producirse la ladra, el primero se dirigió rápidamente al lugar en el que el cochino plantaba cara a los perros. Intentó en varias ocasiones entrar al remate a cuchillo, pero cada vez que se aproximaba al macareno este intentaba embestirle, pese a que tres de sus perros pendían de su cabeza.
Era capaz, según el cazador, de alzarlos del suelo. Ante la imposibilidad de acercarse al animal, salvaguardando su integridad física y la de sus perros, decidió dispararle con la escopeta del calibre 12 de la marca Benelli modelo Super Ligera que portaba en su hombro. Aprovechó un momento en el que el solitario logró zafarse de los canes que lo agarraban.
Según Javier,«Me hubiese gustado premiar el excepcional trabajo de los canes acabando con la vida del macareno a cuchillo, pero fue imposible. Había que actuar con celeridad para evitar algún percance».
Tras abatir al animal, que vendió bien cara su derrota en un lugar de difícil acceso, se necesitaron siete cazadores para poder trasladar su cuerpo a los vehículos.
Javier hace tres temporadas logró abatir, únicamente con la ayuda de sus perros, un cochino medalla de oro. En aquella ocasión sí pudo culminar el lance de una certera cuchillada.
El trofeo, una vez montado en la tabla.
Colaboración de Eusebio Ezquerra, administrador del grupo de Facebook Solo Jabalí.
Caza peligrosa de grandes jabalíes
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