El pavor que provoca el lobo en una incontable manada de ciervos
Una cámara de fototrampeo colocada en el lugar idóneo consigue grabar, a plena luz del día, la reacción que origina el acoso de una manada de lobos a una numerosa manada de ciervos.
En el primer corte asistimos a cómo decenas de ciervos comienzan a correr en lo que se asemeja bastante a una pequeña estampida. Algo los ha asustado y eligen alejarse de allí de la manera más rápida. Es cuando nos damos cuenta de la cantidad de ungulados que componen este numeroso grupo. Al principio solo vemos hembras y ejemplares jóvenes, pero por la derecha irrumpen varios machos juntos luciendo sus cornamentas.
Los lobos persiguen de manera estratégica a los ciervos
Enseguida comprendemos lo que está sucediendo. Una manada de lobos se ha organizado en una estrategia de ‘relevos’ para acosar a sus presas, perseguirlas hasta agotarlas y, cuando esto suceda, elegir la más factible para lanzarse contra ella.
El primer depredador que aparece en el encuadre de la cámara lo hace por la parte superior izquierda de la imagen. Los ciervos han conseguido alejarse, pero el cánido los sigue a toda velocidad. Si esperamos un poco, presenciamos cómo un segundo lobo aparece corriendo, esta vez por la derecha, para acompañar a su congénere en la persecución. Aquí termina la primera toma de la grabación. La siguiente, tras el corte, nos muestra más miembros de la manada que, a ritmo más lento, siguen los rastros de los ciervos y de los compañeros de caza.
2 knipjes.
— Frank Theunissen (@ftheunissen3) May 1, 2024
Als de edelherten in beweging komen weet je het eigenlijk al. Wolven. De eerste komst links het beeld in. De anderen volgen. Iets later rij ik zonder te stoppen voorbij. Ze ogen me rustig na. De eh zijn zo'n 300m. verder op het vlak gaan zitten en herkauwen.Gaaf toch? pic.twitter.com/ciUWPzMn8E
El vídeo ha sido publicado en la cuenta de X de Frank Theunissen, guardabosques y divulgador de la variada y rica vida natural de la zona más boscosa de los Países Bajos, South Veluwe y IJsselvallei.
Antonio López Espada
