Regalo doble de Reyes: caza un gran jabalí y un ciervo el día que estrena su rifle nuevo
Crónicas de caza

Regalo doble de Reyes: caza un gran jabalí y un ciervo el día que estrena su rifle nuevo

Una montería celebrada el pasado domingo el día 7 en Fiñana, Almería, se ha convertido en el mejor estreno de un rifle nuevo para un joven cazador que consiguió abatir un enorme jabalí y un bonito ciervo.


El protagonista de esta crónica montera es Javi, un cazador andaluz que iba acompañado por su gran amigo Adrián. Tras el sorteo, les tocó un puesto bastante alto de la mancha que estaba en umbría y prácticamente nevado y con mucho hielo. El cazador subraya que esa mañana “estábamos a cero grados, un frío horrible. El puesto estaba muy cerrado de pinos y jaras. No había visibilidad apenas, solo una parte del cerro de enfrente al puesto en el que se veía un hueco grande sin pinos. Pero estaba a más de 200 metros de distancia. En cuanto lo vi, dije que por allí tenía que pasar algo seguro.

El jabalí acude a la cita

Javi estrenaba ese día un rifle Bergara B14 en calibre .308 Win. El cazador recuerda las primeras horas sobre todo por el frío, “prácticamente congelados”, como nos lo describe. Cuando sonaron los primeros disparos, la premonición del joven cazador se cumplió. Así lo relata:

“Veo por el cerro de enfrente un jabalí enorme, solitario, con el rabo alzado y con bastante prisa. Lo enfoqué con el visor, le metí la cruz como pude en la paletilla izquierda y disparé. Pude ver que hincó la cabeza, pero se dejó caer al barranco con mucho tropel y supe que le había acertado, pero no murió allí y surgió la incertidumbre de dónde acabaría cayendo”.

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Un buen ciervo

Pero la suerte de Javi durante esta jornada no acabó ahí: “A media montería me pasa un venado casi por el mismo sitio, pero más tapado, entre pinos. Le metí la cruz en el pecho y disparé. No lo vi salir de los pinos y pensé que le había conseguido acertar, a pesar de que todo sucedió muy rápido.

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El cazador junto al bonito venado abatido en el mismo lugar que el jabalí.

Al finalizar la montería le dije a mi amigo Adrián que nos acercáramos a mirar si el jabalí había quedado en el barranco o si descubríamos algún tipo de rastro. Estaba allí, a escasos 20 metros del disparo, y lo cuando le vimos la boca y el pelo de invierno no pudimos reprimir la emoción.

Un jabalí ‘como un oso’

Pesaría alrededor de 100 kilos. Parecía un oso y le dije a Adrián que subiéramos al camino a por ayuda para poder sacarlo y ya de paso mirábamos si estaba el venado en el lugar donde ocurrió el lance. Y, efectivamente, allí estaba, en el mismo sitio de donde le disparé. Era muy grande de cuerpo, pero no tenía las cuernas en consonancia con la corpulencia.

Mi amigo Adrián me dijo que había sido el estreno perfecto para el rifle y el calibre nuevos. Y es que me he enamorado de ese calibre. Ha sido el mejor regalo de reyes, abatir este semejante jabalí que el taxidermista cree que será medalla de bronce, además del venado”.

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