Un ganadero, condenado a pagar 106.000 euros a sus vecinos por el olor y el ruido que producen sus vacas
Los vecinos de un criador de vacas lecheras le denunciaron por el olor que desprenden sus vacas y por el ruido que producen sus mugidos. Ahora le han condenado a pagarles más de cien mil euros por daños y perjuicios.
Es el fin de un largo recorrido judicial que comenzó hace trece años, cuando el ganadero francés Vincent Verschuere construyó dos naves en Saint-Aubrin-en-Bray, en Oise destinadas a la cría de vacas en una zona que los vecinos primero y después los tribunales han considerado muy cercana a las casas de otros habitantes.
Contaba con los permisos municipales
Algo que contrasta con lo que el ayuntamiento consideró en aquel entonces, concediendo todos los permisos de construcción al ganadero. Por esto, levantó los dos cobertizos, con una superficie total de 2.800 metros cuadrados. Allí metió 260 reses que mugían cada día y producían una gran cantidad de estiércol. Esto fue agotando la paciencia de los vecinos, sobre todo a los más cercanos, que viven a solo cien metros de las vacas.
Condena que arruina al ganadero
Comenzaron las denuncias y los fallos en distintos escalafones de tribunales hasta que el pasado 7 de diciembre, el Tribunal de Casación fallaba en consonancia con el de Apelación de Amiens, que, a su vez, había confirmado la condena del Tribunal de Beavais.
Ahora, además, el propietario de las vacas debe esperar la decisión de este último tribunal, que dictará las medidas que deberá seguir para reducir las molestias producidas a sus vecinos. Más gastos que, sumados a los 106.000 euros que estipula la condena por los daños y perjuicios ocasionados por sus vacas, sumen al productor lácteo en la ruina.
