Caza al ‘gordo’, un gran jabalí, después de más de once meses tras su pista y lo graba con un monocular térmico
Crónicas de caza

Caza al ‘gordo’, un gran jabalí, después de más de once meses tras su pista y lo graba con un monocular térmico

Así apodaban los cazadores de un coto social de Ciudad Real a un escurridizo jabalí dada su corpulencia. El miércoles por la noche por fin logró vencerle la partida un cazador que lo había aguardo en más de 40 ocasiones.


Jesús de Haro es el afortunado cazador que ha logrado abatir al cochino al que llevaban varios meses siguiendo la pista gran parte de los socios del Club Deportivo Campo de Calatrava. El esperista de 32 años lleva más de media vida cazando jabalíes a la espera. El "gordo" es el ejemplar de mayor porte que ha abatido en su trayectoria cinegética. Alcanzó en la báscula un peso de 100 kilos.

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El cazador junto al gran jabalí. Tras incontables esperas, el jabalí cometió un error.

El jabalí de las 40 esperas

Jesús vio por primera vez sus huellas en octubre en una siembra. Nada más verlas, quedó perplejo dado el tamaño de estas. Desde ese día se confío la tarea de hacerse con su trofeo. En multitud de ocasiones el macho ha burlado al cazador. En más de cuarenta esperas solo había logrado verlo en tres ocasiones. En una de ellas a finales de julio, lo tuvo a tiro de su rifle, pero justo antes de disparar desapareció entre las sombras.

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Las huellas del gran jabalí. A la derecha, el cazador compara el tamaño de la palma de su mano con la huella dejada por el jabalí.

El día su abate, la noche del miércoles, Jesús se colocó junto a su amigo Gonzalo a las 21:00 horas en el lugar de espera. El lugar elegido por el cazador para aguardar al "gordo" fue una loma desde la que podía visualizar un viñedo y un almendral. Tras 90 minutos de aguardo vieron con un monocular térmico al enorme jabalí dirigiéndose a la plantación de almendros. Antes de llegar a ella se detuvo en una parcela de cereal sin segar.

 

El cazador abatió al jabalí al rececho

Dada la distancia que separaba al esperista del macareno decidió no dispararle. Ante la imposibilidad de asegurar el abate del cochino a esa longitud trató de aproximarse a él. Cuando estaba a 130 metros del macho apretó el gatillo de su rifle monotiro de la marca Bergara BA13 del calibre .308W. La bala impactó en la parte posterior del animal. Al notar el golpe huyó en una veloz carrera.

Dado el tamaño del macho, Jesús y Gonzalo decidieron posponer la búsqueda del animal a la mañana siguiente. Nada más amanecer el cazador se presentó en el lugar del lance con su amigo Inocencio para pistear al macareno.. Encontraron al cochino sin vida en la vega del río. De su mandíbula inferior sobresalían 6 centímetros de colmillo. De entre los jabalíes abatidos por el cazador en su trayectoria cinegética es el que mejor recuerdo le ha dejado, dada la dificultad de su abate.

 


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