El sabueso de Baviera, Kento de los Alconeros, ya tiene dueña

El sabueso de Baviera, Kento de los Alconeros, ya tiene dueña

El cachorro que Emilio López Aguilar regalaba para fomentar la pasión por los perros de rastro de sangre entre los más jóvenes, ya tiene hogar.


Milagros, una niña extremeña de nueve años, ha sido la afortunada. De familia cazadora, la pequeña ya demuestra gran afición por la actividad cinegética. Pese a su corta edad, sueña con entrar al monte rodeada de perros, con el rifle al hombro o la escopeta en mano. Hablamos con ella para conocer mejor sus inquietudes y cómo tiene in mente entrenar a su nuevo compañero Kento.

Milagros y Kento, un binomio prometedor

La joven, que es una apasionada del campo y los animales, siente auténtica devoción por los perros de caza. Disfruta mucho de los canes de su tío, tanto en el monte como fuera de él, pero el sueño de Milagros siempre ha sido tener su propio perro y crecer con él. Por eso, cuando vio el anuncio de Emilio, lo tuvo claro: Kento era ese cachorro por el que tanto tiempo había esperado.

Nos cuenta que el pequeño Sabueso de Baviera vivirá con ella en casa como uno más de la familia y que pasará todos los fines de semana en el campo. No hay cosa que más le guste a la pequeña cazadora que acompañar a cazar a su tío Víctor Manuel. Hace ya varios años que heredó su pasión y asegura querer continuar con su legado. De mi tío te podría contar muchas cosas, todas buenas, de él voy aprendiendo todo lo que sé de la caza.

Milagros y su tío de caza.

La modalidad que más a menudo practica y de la que guarda grandes recuerdos, es la montería, pero, en época de celo, recechar corzos es otra de sus preferidas. Quiere que Kento la acompañe en todas sus jornadas, e ir aprendiendo juntos. Pese a su corta edad, Milagros sabe que sacar los animales del monte es un aspecto fundamental de la cinegética por eso, va a entrenar a su nuevo amigo para el rastreo de sangre. Quiero ayudar a mi tío y otros cazadores a encontrar sus piezas. Para Milagros sería un sueño pertenecer a la familia de AEPES de la cual ya forma parte Virginia Caballero, su referente dentro del mundo de los perros de rastro de sangre.

“Esta próxima berrea acompañaré a mi tío a cazar un ciervo y, cómo no, Kento vendrá con nosotros. Será nuestra primera aventura juntos” —cuenta Milagros realmente emocionada.

 

Su tío, su maestro

El tío de Milagros lleva cazando desde que prácticamente tiene uso de razón. Recuerda que en sus inicios fueron cazando la menor, en compañía de su progenitor, a quien le debe ser el cazador que hoy es. Lamentablemente su padre falleció cuando Victor Manuel iba a cumplir los 18. La verdad es que me hubiera gustado disfrutar con él de muchas cacerías que he podido realizar hoy en día y que hubiera visto cómo Milagros está iniciándose también en este mundo.

Con el paso del tiempo el cazador fue probando nuevas modalidades, abatiendo nuevas especies y visitando distintos lugares. De todos ellos admite quedarse con la mayor, concretamente con el rececho de rebeco cantábrico. A día de hoy la cacería más bonita que he podido realizar ha sido el rebeco cantábrico en Picos de Europa, una cacería que nunca olvidaré, por su dureza y por sus parajes.

“La caza es sinónimo de libertad, es conectar con en la naturaleza y ponerme a prueba, pero sobre todo para mí la caza, es mi padre.”- con estas emotivas palabras nos emocionaba Víctor Manuel.

Ha querido contarnos una anécdota sobre los primeros pasos de su sobrina en la caza, con la que, a buen seguro, alguno de nosotros se siente identificado.

Tenía tan solo 5 añitos y quiso venir un día conmigo al coto con los amigos de caza al salto. Precisamente fue un día muy malo en lo climatológico, no paraba prácticamente de lloviznar. Aprovechamos una breve tregua que nos dio la lluvia para salir del cortijo y empezar a cazar. Tuvimos que saltar una alambrada que, como Milagros era tan pequeñita, no podía por si sola y la ayudé cogiéndola en brazos y pasándola al otro lado. Ella siempre antes que yo. Este pequeño detalle lo tuvo tantas veces mi padre cuando yo empezaba a ir con él que no pude evitar emocionarme. No lloré en ese momento para que ella no me viera… pero lo hice al llegar a casa con la familia, cuando me preguntaron qué tal había ido el día de caza.

¡Qué importante fue para todos la ayuda de nuestro maestro-o maestra- en nuestros inicios!

 

Hablamos con Emilio, el promotor de la iniciativa

Hoy sábado 26 de agosto, Emilio se personará en Quintana de la Serena, el pueblo de Milagros, para hacerle entrega del cachorro.

Kento en el viaje.

El criador y adiestrador canino está realmente satisfecho con la elección de la ganadora y es que asegura ser una niña que lo tenía realmente claro. Deseaba realmente tener su primer perro y forjarse como cazadora, por lo que esta oportunidad le venía como “anillo al dedo”.

Milagros de caza.

Además, había heredado su pasión por el campo y la caza principalmente de su tío algo relativamente curioso ya que, lo más común, es que los niños hereden la afición de sus progenitores. Para Emilio, el papel de la madre, concretamente, es determinante en muchos casos para que un niño sea cazador o no. Si encuentra en ella apoyo y respaldo, tiene más posibilidades de desarrollar su afición, pues es sabido que-por lo general- la figura materna tiene una grandísima influencia en todos los aspectos de la vida de una persona.

Hemos querido conocer también su opinión sobre el futuro de la caza, cómo ve el relevo generacional y estas han sido sus palabras:

En mi época, cuando nos hacían novios e íbamos pelados al colegio, era todo un orgullo porque estaba socialmente admitido y además era algo maravilloso.

Recuerdo también que en los recreos organizábamos “monterías”: unos niños hacían de venado, otros de perro y otros de montero, y nos íbamos alternando. ¡Era un juego normal en el colegio!

Los nuevos cazadores, la juventud de ahora, tiene todo en contra. Por eso es mucho más difícil para ellos practicar esta afición.

Por tanto, es obligación de todo el colectivo hacer una labor mucho más fuerte: comunicar, formar y transmitir, sobre todo la ética, algo que es fundamental. Hay que hacerles ver que no están haciendo nada malo, ya que es lo que ahora se les intenta hacer creer.

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