El comentario de una animalista a una cazadora y futura madre: «ojalá nazca así de deforme y tengas que hacerle desaparecer por el bien de la especie»
Luján Grassi, la pintora y animalista que deseó la muerte de un bebé que ni siquiera ha nacido aún. ¿La razón? Que su madre sea cazadora.
Hoy no escribo como redactora ni como cazadora, sino como la persona que ayer recibió uno de los peores comentarios que se le pueden hacer a alguien.
A lo largo de mi vida como cazadora mucha gente que no comparte mi estilo de vida me ha faltado al respeto. Desde que empecé a defender públicamente la caza, a través de las redes sociales, los ataques se multiplicaron. Llegué a recibir todo tipo de insultos; deseos de muerte tanto a mí como a mi familia; amenazas escritas y a través de números ocultos… en fin, barbaridades.
Barbaridades que no les sirvieron de mucho a esos “animalistas”, pues nunca he dejado de defender mis valores, ni han conseguido amedrentarme. Más bien han logrado el efecto contrario: mi condición de cazadora no sólo es mi principal seña de identidad, sino que cada día me siento más orgullosa.
El comentario
Ayer, sin embargo, recibí unas palabras que me hicieron más daño que cualquiera de todas las que me dedicaron anteriormente.
En una publicación de mi perfil de Instagram en la que aparecemos mi pareja y yo y una ecografía de nuestro futuro hijo, una desconocida publicó este comentario:
“Ojalá nazca así de deformado”… no daba (ni doy) crédito. ¿Cómo alguien puede desear a un bebé que nazca deforme? Desde luego, semejante atrocidad es propia de un ser cruel, infame. Y digo “ser”, porque no considero que alguien así merezca ser denominado persona.
Pero eso no es todo “y tengas que hacerle desaparecer por el bien de la especie” …
Hacerle desaparecer. A una persona. A un niño. A un hijo. Nada que añadir.
La autora: una “artista” y “animalista”
La cuenta desde la que publicó el comentario es @lujan_grassi, supuestamente una cuenta profesional, de “Arte”, tal y como pone en su perfil.
En su cuenta personal dice ser una #naturelover o amante de la naturaleza…
Pero no acaba ahí
No le pareció suficiente el deplorable comentario, así que hizo otros.
Además de desear la extinción de todo un colectivo y de insultos como bicha, analfabeta, fracasada, ha tenido la osadía de llamarme criminal, calificación que ha hecho extensiva al resto de cazadores y que, según lo dispuesto en el Código Penal, estaría dentro de lo que se conoce como delito por calumnia:
Es calumnia la imputación de un delito hecha con conocimiento de su falsedad o temerario desprecio hacia la verdad. - artículo 205, capítulo I (de la calumnia), título XI (contra el honor) del Código Penal.
Imputa de un delito criminal a una persona que ejerce su legítimo derecho a cazar, una actividad legal. Poco que añadir.
El acoso animalista existe
Existen muchos tipos de violencia, aunque por desgracia, no todos aparecen recogidos de manera explícita en la ley.
Sin embargo, el artículo 510 del capítulo IV del Código Penal dice “violencia contra grupos o asociaciones, por motivos racistas, antisemitas u otros referentes a la ideología, religión o creencias…”
Violencia contra grupos por motivos referentes a creencias… Ser cazador, o cazadora no sólo es una creencia, es una característica personal, un estilo de vida. El acoso animalista, que tanto daño hace en silencio, ataca la libertad individual de muchas personas y trata de limitar sus derechos.
Ojalá algún día se escuche a los cazadores y a las cazadoras que cada día sufren un acoso tan doloroso y real como otros y al que no se le da el mismo valor.
Ojalá nadie, por ninguna de sus características personales, tuviera que sufrir la violencia verbal y física del intolerante. Sea cual sea esa característica, el respeto no debería ser jamás cuestionado, tendría que ser un derecho de todos.
