Un magnífico jabalí a rececho, un disparo lejano y un rastreo complicado

Raúl Esteban es un cazador almeriense apasionado de la caza al salto del jabalí. Suele ir con su compañero y con sus podencos tras los rastros de los jabalíes en una finca abierta ubicada en la almeriense Sierra de los Filabres.


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Raúl nos ha contado que han vivido unos años difíciles con respecto a los jabalíes en esta zona perteneciente al principal macizo montañoso de la provincia andaluza. El declive que ha sufrido la especie ha hecho aún más difícil conseguir abatir ejemplares del porte del que nos ocupa.

Un magnífico jabalí a rececho, un disparo lejano y un rastreo complicado

Varias semanas tras él

Este magnífico jabalí es el resultado de varias jornadas en las que ha sabido dar esquinazo a estos cazadores. Pero con paciencia y destreza, Raúl y su compañero han conseguido poner a tiro a un animal magnífico.

Un magnífico jabalí a rececho, un disparo lejano y un rastreo complicado

A la dificultad de cazar en abierto, se une que ese declive que ha protagonizado el jabalí en los últimos años, lo que hace que en estos momentos sea muy difícil dar con ellos. Así nos lo cuenta Raúl:

Después de varias semanas en la que salimos con los tres podencos que nos suelen acompañar en nuestras jornadas y escopeta en mano, pensamos en cambiar de estrategia. La caza al salto del jabalí es la que más nos apasiona, pero el hecho de que en la zona abunde el venado entorpece bastante este tipo de caza, ya que descontrolan mucho a los perros.

Un magnífico jabalí a rececho, un disparo lejano y un rastreo complicado

Cambiamos al rececho

Y habíamos encontrado rastros de un buen macareno, por lo que decidimos cambiar la caza al salto por el rececho. A partir de aquí, todo lo demás fue fruto de la casualidad y la suerte.

Elegimos recechar una zona donde creíamos que podía encamarse el jabalí que dejaba los rastros por allí, o quizás podría pasar cerca. Llegamos a esa conclusión porque en otros cazaderos que habíamos revisado hallamos rastros de pisadas, pero sabíamos, por esas evidencias, que allí no dormía.

Un magnífico jabalí a rececho, un disparo lejano y un rastreo complicado

Un disparo rápido a 160 metros

Aquella mañana fuimos muy temprano a aquella zona, en la que conocíamos encames antiguos. Fue una decisión muy acertada, ya que poco después de bajar del coche, allí dio la cara el macareno.

Se levantó del encame e intentó escurrirse nada más oírnos. Conseguimos verlo a unos 160 metros de distancia. Tuve poco tiempo para preparar el disparo, pero conseguí meterle en la cruz del visor y disparar. El jabalí ni respiró, no acusó el impacto, pero yo estaba seguro de que había conseguido acertarle.

Un magnífico jabalí a rececho, un disparo lejano y un rastreo complicado

Por esto, decidimos no ir a buscarlo hasta que transcurriese una hora para que no fuese muy lejos y, con suerte, poder encontrarlo. Cuando pasó esa interminable hora, acudimos al lugar donde le había disparado, pero no encontramos ni rastro de sangre ni indicios de que el bicho estuviese tocado.

Hora de rastrearlo

Un magnífico jabalí a rececho, un disparo lejano y un rastreo complicado

Aquí comenzamos la labor de rastreo, ya que la tierra estaba húmeda, y las pisadas se dirigían hacia abajo. Después de seguirlas durante unos 80 metros, allí estaba, tumbado, ya sin vida. Cuando nos acercamos, comprobamos con gran alegría el buen tamaño del jabalí, muy grande de cuerpo para lo que se suele ver en esta zona, y el magnífico trofeo que portaba.

Analizando su cuerpo, vimos que la herida se le taponó con su propia grasa, razón por la que no dejó ni rastro de sangre, pero el tiro fue bueno. Le entró por la paletilla y salió por el costado contrario.

El arma que utilicé es mi rifle Sauer S303 en calibre .300 WM y munición RWS Uni Classic, que me va muy bien para disparos lejanos.

Un magnífico jabalí a rececho, un disparo lejano y un rastreo complicado

El último problema vino para meterlo en el coche. En la imagen se puede apreciar que entró con esfuerzo y ajustando mucho el espacio.

 

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Un lance inolvidable, un magnífico trofeo, una jornada compartida entre amigos… Cuéntanos cómo fue y podremos publicarla. Para ello, envía un correo electrónico a redaccion@club-caza.com.

 

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