Cerceta Pardilla

Dentro de la población mediterránea occidental de Cercetas Pardillas, el núcleo español es, sin duda, el más importante, a pesar de que su número se ha visto ampliamente reducido desde el siglo pasado, en que era relativamente abundante. Hoy en día se calcula que el total de parejas reproductoras se acerca al cuarto de millar, aunque en los últimos años se advierte una ligera recuperación, debida quizás a la protección de sus lugares de cría en las Marismas del Guadalquivir. Este pato no necesita mucha agua para criar, por lo que no influyen en su reproducción los años de sequía. Varias hembras pueden realizar su puesta en el mismo nido y a veces se encuentran juntos gran cantidad de huevos. Tras la eclosión llevan los pollos a zonas con más agua y vegetación, para protegerlos adecuadamente. Por su parte, los machos abandonan a las hembras cuando comienza la puesta, y se agrupan en pequeños bandos que vagan por las cercanías hasta que termina el período de reproducción. Entonces se reúnen, abandonando estas zonas en caso de sequía, y regresan a finales de invierno. De todos modos, siempre hay algún movimiento dispersivo posnupcial que puede llevarlos a cierta distancia, incluso al norte de Africa.