Estornino Negro
Las aves de España

Estornino Negro


Como los Estorninos Pintos, los Negros son excelentes imitadores. También se parece al Estornino Pinto en colorido, tamaño y muchas de sus costumbres. Su pequeña área mundial de distribución está restringida a España, norte de Africa y varias islas mediterráneas, donde falta como nidificante el Pinto. Sus puntos preferidos de cría son toda clase de construcciones, tanto en ciudades como pueblos, aldeas, casas de labor, etc., aunque en algunos lugares cría también en árboles. El Estornino Negro se ha adaptado muchas veces a criar bajo tejas, pero siempre construyendo un soporte de pajitas y plumas sobre el que realizan la puesta. Después, jóvenes y adultos se reúnen en pequeños bandos que vagan durante el día por el campo, comiendo en el suelo y, al atardecer, confluyen en carrizales o encinares que utilizan como dormideros, donde es corriente encontrar varios miles de aves. A estos dormideros, que pueden estar a varios kilómetros de los lugares de cría, llegan en fecha muy temprana, junio y julio, aves de todos los puntos cardinales.

Familia:Estúrnidas
Nombre cientifico:Sturnus unicolor
Orden:Passeriformes
Caza:Especie Cinegética
Longitud:22
Habitat:Ciudades y pueblos
Identificación:Negro, imposible de diferenciar del estornino Pinto cuando se observa a distancia, pero de cerca, en verano, el macho es negro brillante, sin pintas; pico amarillo; la hembra, más apagada. En invierno ambos son negro-grisáceo ligeramente moteados; jóvenes como los del Estornino Pinto.
Nidificación:Anida en colonias; nido construido principalmente por el macho y forrado por la hembra con plumas, hierba y paja, en poblados, aldeas, cortijos, caseríos y árboles, comúnmente bajo tejas o en agujeros; puesta, de marzo a junio, de 4 a 6 huevos azules uniforme pálido; incubación, de 12 a 14 días, por ambos padres; los pollos, alimentados por ambos, dejan el nido a los 20 ó 22 días; dos crías.
Alimentación:Insectos y sus larvas; gusanos, moluscos y frutos.

Resulta difícil identificar con seguridad a distancia el Estornino negro, Sturnus unicolor, por su parecido con el pinto, Sturnus vulgaris. Sin embargo, de cerca o teniendo ambas especies en la mano se aprecian rasgos inconfundibles que sirven bien para la separación. En general, el macho adulto de Sturnus unicolor es uniformemente negro, más que la otra especie y con ligero brillo purpúreo no apreciable desde lejos. La hembra es menos brillante, más mate el color negro. En el invierno ambos sexos tienen el color negro grisáceo y motas menudas de color blanco o gris. El pico es amarillo a partir de diciembre-enero.

Teniendo en cuenta que ahora en España el Estornino pinto se reproduce en varias regiones y en algunas (Santander y Navarra) coincide o puede coincidir con el Estornino negro, es necesario dar aquí algunos rasgos comparativos de valor para la identificación, si se pueden observar de cerca ambos pájaros o examinar su plumaje en la mano.

Adultos en todo tiempo

Estornino pinto: Plumas cobertoras superiores de las alas y primarias con bordes beige, más anchos y notorios en aquéllas que en éstas; reflejos metálicos e iridiscentes muy marcados y variados, con cobertoras superiores y verdes; en general, las plumas del pecho y cuello anchas y menos estrechas en la punta (longitud de las mayores, de 2 a 3 cm).

Estornino negro: Plumas cobertoras superiores sin bordes beige; plumaje negro mate, con menos brillo, salvo en las cobertoras, que poseen un tono púrpura; en general, las plumas del pecho y cuello son más delgadas y estrechadas en la punta (longitud de las más largas, 3-4 cm.).

Adultos en invierno

Estornino pinto: Muy manchado de pintas blancas, grises y beige, variables en la forma que pueden ser, incluso en el mismo pájaro redondeadas, triangulares, en uve o acorazonadas.

Estornino negro: Color general negro grafito con motas blancas o beige pequeñas, a menudo insignificantes y repartidas por diversas partes del cuerpo, con forma de uve o punta de flecha y que, por desgaste, desaparecen, quedando sólo en las infracobertoras caudales y sobre los tarsos.

Jóvenes

Estornino pinto: Pardo grisáceo salvo en la garganta que es blancuzco.

Estornino negro: Gris negruzco con garganta clara.

Otros caracteres diferenciables no son de gran valor desde que se ha comprobado su inconstancia. Las hembras de Sturnus vulgaris tienen el iris de los ojos ribeteado de blanco o amarillento, como sabemos. Las de Sturnus unicolor son completamente pardos. En primavera y verano, los tarsos y los pies del Estornino pinto son pardo rojizos y los del Estornino negro más claros, pardo carnosos. En el invierno, los de éste se oscurecen y la diferencia es entonces inapreciable. La separación por la longitud del pico no es de valor, a no ser que se examine una serie de estos pájaros y de forma comparativa, y aun así, Bernis (1960) no encontró diferencias. Sí en cambio las hay en el promedio de longitudes alares, mayor en el Estornino negro que en el pinto (Vaurie, 1954). Su voz es bastante más alta y de mayor alcance. A menudo, muy aguda y penetrante, emitiendo continuamente o a intervalos regulares un fuerte y silbante ¡¡suitsiuuuu!!.

La consideración de Sturnus unicolor como especie diferente y no una subespecie de Sturnus vulgaris ha sido desde hace muchos años motivo de controversia entre los taxonomistas y ornitólogos Estimada en principio como una raza aislada en el extremo sudoccidental del área de reproducción del Estornino pinto, nuestro Sturnus unicolor presenta, además de las ligeras diferencias en el plumaje que se han señalado, cierta variación en su comportamiento, únicamente comparable a las poblaciones sedentarias de Sturnus vulgaris. Los dos frecuentan biotopos similares para la alimentación y la cría y se comportan durante el celo y la cría de los pollos casi de idéntica manera. Sin embargo, ahora que en algunas zonas ibéricas ambas especies viven en un mismo hábitat durante la reproducción (Santander), se han apreciado algunas variaciones en el nicho ecológico, que ya no es tan común como se sostenía antes de poder observar la conducta de ambos pájaros conjuntamente. González Morales comprueba que Sturnus vulgaris siente preferencia por habitaciones humanas, viviendo sobre tejados y terrazas y comiendo en campos y jardines, mientras Sturnus unicolor busca también a menudo bosques de coníferas y come en Pino piñonero, Pinus pinea, biotopo en el que no se ve nunca al Estornino pinto. Esta coincidencia en el mismo hábitat de los dos pájaros puede iniciar ahora los estudios necesarios que permitan delimitar o no nicho ecológico y comportamiento, sobre todo si se comprueba que la población ibérica de Estornino pinto, como es muy posible, es sedentaria.

Sturnus unicolor, como especie independiente, ocupa un área reducida de Europa a Iberia, Marruecos, Argelia del Norte y Túnez, Córcega (Este y Sur), Cerdeña, Sicilia, Malta, faltando en las costas mediterráneas de España, Francia e Italia y en Baleares. Su expansión hacia el Norte y Este ha sido en los últimos 10 años realmente espectacular. Ha invadido la campiña asturiana, donde era muy escaso o esporádico y cría ahora allí en pequeñas colonias o parejas aisladas en niveles por debajo de 200 metros y en localidades costeras. En Santander parece sentir preferencia por zonas más interiores que las ocupadas por el Estornino pinto. No se puede descartar, sin embargo, que algunas de las parejas de estorninos que se observan en Asturias en primavera, hayan sido mal identificadas y se trate realmente de Sturnus vulgaris.

En Navarra, Purroy (1974) lo clasifica como habitante de llanuras y valles, y Elósegui (1976) me comunica que abunda en el sur de la región y progresa hacia el norte, existiendo expectación entre los ornitólogos ante la inminente competencia con Sturnus vulgaris.

En Aragón ha llegado a criar en toda la región. Aragüés (1976), informa que el número de parejas nidificantes es desde hace 5 años verdaderamente impresionante. Desde la provincia de Teruel hasta la sierra de Guara, próxima a Loarre (Huesca), prácticamente cría en todas partes. Falta, pues, únicamente en el Pirineo.

En Valencia ya cría a 4-5 km. de las orillas del Mediterráneo, y su avance, según informe de Pechuán, es también espectacular y continúa (1976) hacia el sur y norte de la región.

En conjunto, la especie es numerosa en la Península Ibérica y localmente abundante en pueblos pequeños y aldeas de León, Galicia, Castilla, Extremadura y Andalucía, formando colonias pequeñas y ocasionalmente muy grandes. Prefiere tejados de casas, granjas, cobertizos y cuadras y anida debajo de las tejas, pero también en agujeros de muros y árboles. En éstos y en tejados de iglesias, cría en Asturias y Santander. Durante el otoño e invierno es gregario y se une a los bandos de Estornino pinto, con el que vaga por los campos, pero no se aleja mucho de su habitual lugar de nidificación, por lo que propiamente es especie sedentaria sujeta a erratismo de corto radio.

El macho construye el nido con hierba seca o paja, muy somero a veces y desaliñado, otras de considerable volumen, forrándolo la hembra con plumas de aves de corral y su propio plumón. Algunos tienen un forro fino interior de hierba seca y lana. Normalmente, debajo de tejas, en agujeros de árboles y muros viejos, pero también en cajas-nido preparadas artificialmente y por las que parece sentir preferencia. La puesta puede comenzar desde mediados de marzo, pero habitualmente no hasta abril, y consiste en 4-6 huevos, a veces 3 y 7, de color azul pálido uniforme. Harrison (1975) da un promedio de medidas de 31,2 x 21,5 mm. Ambos sexos incuban durante 12-13 días. Harrison estima que solamente incuba la hembra (?). Los pollos son alimentados por ambos adultos con insectos y fruta. En Asturias se ven aportar considerable cantidad de cerezas dulces que llevan clavadas en el pico. Y se dice dulces, porque sobrevuelan distancias de 1-2 km. hasta un cerezo que las produce cuando cerca de su colonia hay otros cargados de fruto más ácido. Al nacer los pollos están cubiertos en parte con un plumón bastante largo y denso, de color gris blancuzco. El interior de la boca es amarillo y las comisuras amarillo muy pálido. No hay puntos oscuros en la lengua. A los 21-24 días dejan el nido y vuelan bastante bien, colicortos tambaleantes, de tejado en tejado, no siendo independientes hasta los 35-40 días, en que, formando grupos o pequeños bandos, comienzan a vagar por los campos. Dos crías son normales cada temporada.

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