Las semillas de la disordia

Han pasado más de 20 años desde que ADECAP denunció repetidas veces en El Correo que las semillas de cereal estaban tratadas con productos fitosanitarios tóxicos que ocasionaban la muerte de muchas aves granívoras, entre ellas las perdices. Hoy es el día que estos hechos lo ha corroborado el ente administrativo CSIC – UCLM – JCCM, levantando ampollas entre los científicos y colectivo de cazadores. Más vale tarde que nunca.


Durante el año 2011 se han venido desarrollando los experimentos correspondientes a la segunda fase del estudio Proyecto semillas promovido por la Oficina Nacional de la Caza y la RFEC con la colaboración de la Fundación Biodiversidad y ejecutado por el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos. En esta segunda fase se han reanalizado los dos fitosanitarios que, según los primeros resultados mostraban una mayor toxicidad sobre las perdices, Tiram e Imidacloprid. La elevada toxicidad de este último ha quedado confirmada tras registrar la muerte de todos los individuos expuestos a la dosis recomendada del insecticida para el tratamiento de las semillas en un periodo máximo de 21 días. Esta tasa de mortalidad supera con creces lo observado en la primera serie de experimentos, lo que pueden atribuir en gran parte al cambio en el periodo de exposición, mostrando los animales una mayor ingesta de semillas (típica del periodo pre-invernal) que les llevaría a consumir mayores dosis de insecticida. Curiosamente se ha observado en el estudio que cuanto menor es el tratamiento de las semillas causa más mortalidad que con las dosis altas, debido a que el efecto repelente de los blindajes haría que las perdices rechazasen en parte las semillas tratadas. Además los posibles efectos del rechazo de las semillas habría que contemplarlo en un contexto más amplio teniendo en cuenta las posibles fuentes adicionales de alimento que las perdices puedan encontrar en el campo en cada momento del año. Para ello han comenzado en las últimas semanas a trabajar en los análisis de los contenidos de los buches de 200 perdices cazadas en diversos lugares del país y proporcionadas por FEDENCA. Si bien las actividades incluidas en este proyecto corresponden al año 2012, ya han sido diseñadas y consiste en el análisis de los efectos de cuatro nuevos fitosanitarios, para completar un total de nueve de los 16 aprobados por España. Así las cosas surge la gran duda que el colectivo se plantea sobre las semillas no autorizadas ¿Cómo van a controlar las semillas no certificadas? Todos sabemos que al ser estas mucho más baratas se tratan sin ningún tipo de control por parte de los agricultores y se utilizan incluso más que las certificadas. Esperemos que la administración conocedora de todos estos datos, tome urgentes medidas al respecto. Lo demás, cabreo de los cazadores, deshumanización y muerte en los campos.
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