Terminarán en el trullo

Veníamos avisando desde hace tiempo que a nada que afloje un poco la presión cinegética sobre los jabalíes en determinado lugar —aunque este no sea el caso— no sería difícil encontrarlos de noche buscando comida en las bolsas de basura de cualquier ciudad.


Y así ha sido una vez más. Afortunadamente los visitantes no han sido de gran tamaño y los cazadores de Intxaurrondo (Gipuzkoa), a instancias de la Ertzaintza, abatieron tres de los cuatro que invadieron el lugar. Esto que así contado y televisado parece que sea un incidente sin importancia alguna, no lo es ni mucho menos, porque puede darse el caso de toparse con un macho grande y al verse rodeado no deja de ser un animal peligroso con capacidad de generar desgracias mayores a los humanos. Así que si se da el caso, los toros mejor desde la barrera, por muy bonitos que parezcan y pena les dé a más de uno tener que abatirlos. De todas formas siempre es mejor que sobren porque regularles es más asequible que hacer que procreen a gusto de uno. Las que también parece que este año se salen son las becadas, deben haber criado bien y se han animado a efectuar el viaje en número importante para alegría de becaderos. Los jabalíes como las becadas son huéspedes en todas partes, sobre todo las sordas y su gestión es muy difícil por estos lares. Todo lo que rodea a esta misteriosa ave es puro misterio. Crían fuera de nuestras fronteras, su actividad es nocturna y como digo la podemos encontrar donde menos lo piensas. Con las especies no migratorias siempre es mucho más fácil gestionar el recurso. La naturaleza proveerá, está claro que siempre no funciona del todo. Ayuda, evidentemente, sobre todo los años de buen tempero. Pero, el hombre debe cooperar desde ahora si pretende tener en octubre unas poblaciones de animales respetables. A pesar de que la escopeta descansa en su funda, los animales siguen soportando estoicamente frío, nieve, falta de alimentos, parasitación, predación… En fin, que su suerte tiene una lectura bien sencilla para aquellos que tengan voluntad de ayudarles, tres son las premisas más importantes: paz, comida y lugar de cobijo. Posiblemente habrá quien se pregunte: ¿Y cómo se puede desarrollar esto a pie de campo? Pues bien sencillo, con dinero y voluntad, como casi todas las cosas. Aportando siembras especificas para el invierno, controlando los predadores, desinfectando kados, colocando y limpiando bebederos, aportando grano de cereal en los carreteriles, humanizando los campos… está bien reducir por iniciativa propia los días de caza cuando vienen mal dadas, pero la mejor solución, insisto, es la gestión y no estar pendiente de la meteorología. También convendría modificar algunas fechas de desveda, de forma que estén más acordes con los ciclos biológicos de algunas especies.
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