Garrapatas

Por las especiales circunstancias de sol y agua que acontecen en primavera las garrapatas están siendo una verdadera plaga, todo un problema para los animales salvajes y domésticos que pisan el campo.


Dado el carácter parasitario de prácticamente la totalidad de animales silvestres y domésticos, son las personas que viven y frecuentan el campo, en este caso cazadores y sus perros, los más expuestos a esta incidencia. Muchos animales salvajes como jabalíes, corzos, ciervos, liebres, conejos y ratas, constituyen el reservorio natural de enfermedades que han sido grandes azotes para la humanidad. Existe un vasto grupo de artrópodos conocidos vulgarmente como garrapatas, en cuyo desarrollo pasan por tres etapas de larva, ninfa y adulto. Para pasar de un estado larvario a otro, han de tomar sangre del hospedador. La cantidad de sangre ingerida es variable según las especies, llegando en ocasiones a ciento cincuenta veces el peso original del cuerpo. Una de las características adaptativas más notables de estos parásitos es la constitución de su cutícula, que es sumamente distensible con lo que aumenta rápidamente de volumen corporal a medida que va chupando sangre de su hospedador. Las garrapatas pueden transmitir diversas enfermedades. Es muy de tener en cuenta que las garrapatas transmiten las enfermedades por mordedura, apareciendo una mancha negra muy característica que corresponde al lugar de la picadura. El tratamiento de esta enfermedad se hace empleando antibióticos de amplio espectro. Como pueden ser la tetraciclina. Medidas preventivas en realidad no existen, pero sí se pueden tomar una serie de precauciones para rebajar en lo posible el riesgo de esta enfermedad. Lógicamente cuando se trate de personas acudir al médico si se observa alguna reacción extraña y cuando les afectan a los perros hacerlo al veterinario especialista en animales de compañía. Las garrapatas, pulgas, piojos y demás parásitos externos se sueltan de su hospedador cuando éste, después de muerto, queda frío. Debemos tener especial cuidado al cargar cualquier animal salvaje. A los perros, después de una jornada de caza, conviene cepillarlos bien con un cepillo de alambre y revisarle palpando con la palma de la mano todas las partes del cuerpo. Tampoco hay que preocuparse en exceso si tanto en el perro como en uno mismo se encuentra alguna garrapata. Arrancarla con cuidado para que salga entera con la cabeza, limpiar la mordedura con alcohol y consultar al médico o veterinario, según los casos. De todas formas, en las clínicas caninas existen unas ampollas que se les da a los perros en la capa y en varios meses el problema de las garrapatas desaparece.
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