Canto a la esperanza

Es marzo el mes por excelencia para la caza del perdigón con reclamo. El tardío ocaso de los días empieza a notarse después del oscuro invierno. El calentamiento del astro Sol riega con sus alegres rayos el campo y sus animales, despertando en ellos un amor intenso aplacado por los calores veraniegos y más tarde por los intensos fríos.


En el mes de octubre del pasado año la Comisión Europea envió a España una carta de emplazamiento en referencia a la caza de la perdiz con reclamo regulada en el artículo 63 de la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad. La dirección europea (que tanto sabe de estos temas) se basa en esta posible prohibición en que la caza de la perdiz con reclamo tiene lugar en pleno periodo celo, afectando a uno de los ciclos anuales más delicados; por tanto, debe prohibirse o su caso sólo autorizar este tipo de caza por la vía de la excepción del artículo 9 de la Directiva. Ahora la pelota está sobre el tejado del Gobierno de España, quien debe alegar todo lo necesario para que esta modalidad de caza tradicional no sea derogada por los mandatarios europeos. Esta modalidad bien llevada es un arma eficaz de gestión y control de las poblaciones de patirrojas en cualquier finca. Las capturas que se llegan a realizar en los cuarenta y dos días de la temporada perdigonera es irrisoria comparada con los exuberantes ojeos que se realizan, no sólo en España, sino en toda Europa, ya sean de perdices, faisanes o anátidas. Los cazadores debemos unirnos por fin y de una vez por todas para no permitir la prohibición de esta u otra modalidad. Seamos cuquilleros, monteros o esperistas, tenemos que ser una verdadera comunidad con gran peso en las decisiones que afecten al campo y la caza. Una vez que los snobs ecologistas de la Comisión Europea abran la veda de las prohibiciones en torno a la caza, no pararán. Primero serán las plazas las que se quedaran vacías de púlpitos; más tarde, los paranyers se plegarán definitivamente; y, por último, los puestos permanecerán desiertos en el monte. Desde aquí debemos lanzar un ‘canto de cañón’, de autoridad y señorío para salvar esta vez una de las cacerías más tradiciones y artesanales. Que el ‘picheo’ que provoca estas directrices europeas en muchos cazadores de perdigón, pase a ser ‘cuchicheo’ de alegría por no tener restricciones a la hora de practicar su caza favorita. Hay que ser cautos y precavidos, cantar de ‘rinrreo’ en torno al si este Gobierno puede, quiere o será capaz de defender tan noble y difícil arte ante la Comisión Europea. Por ello, esperamos que la alta esfera europea que rige los más recónditos lugares del campo español, venga de ‘perdigón retrancón’ y lance cantos de guerra contra la caza de la perdiz con reclamo, pero, al final, no apruebe dicha ley que no hará más que dañar un poco más el debilitado campo de la caza en España.
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