Carta abierta a Brigitte Bardot a propósito de la caza con galgos

Señora Brigitte, leo con estupor que solicita usted a Felipe VI, Rey de España, que «proceda a la abolición de la caza con galgos». Asimila usted a los cazadores de galgos al «yihadismo». Yo, y seguro que cientos de miles de cazadores honrados de este país, no podemos salir de nuestro asombro y nuestra indignación. ¿Vivimos en el mismo planeta?


Puede usted hacer lo que quiera y desde luego la seguiremos admirando por sus magníficas interpretaciones. Puede, señora, ponerle un piso a un galgo, a una foca o un buey almizclero, si quiere. Puede apadrinar los gatos y perros que desee, mientras la mitad del planeta se muere de sed, la otra mitad de hambre y otra buena parte de se desangra en guerras y corrupción. Pero por favor, no asimile la caza con galgos —y por ende la caza en general— al yihadismo. Nos ofende y mucho. Injuria usted a cientos de miles de aficionados, hombres y mujeres honestos a carta cabal que, como viene haciendo el ser humano desde que Atapuerca es Atapuerca, continúan cazando, contribuyendo con ello a la conservación del medio, al desarrollo de la economía rural y al mantenimiento de la biodiversidad. También, por qué no, al mantenimiento de parte de nuestra cultura. ¿O es que piensa que algún antepasado suyo no era cazador? El maltrato animal es un delito penado en España. Sinvergüenzas, delincuentes y golfos los hay en todos lados, incluso entre los actores y el mundo del espectáculo. ¿O no? Caiga sobre esta gentuza que ahorca perros o mata de hambre un caballo todo el peso de la Ley. Pero de ahí a escupir indiscriminadamente sobre la caza y los galgos, asimilando en los medios a ésta con las prácticas yihadistas del Daesh o gente de esa ralea hay un trecho. Usted se ha pasado tres pueblos. O cuatro. Y eso no está bien. Incluso para una entrañable actriz. No dudo que su posición le haga creer que se encuentra usted por encima del bien y del mal y que lo que usted piensa crea que está dos o tres escalones por encima de lo que pensamos los demás. Que incluso considere que somos tontos o primarios como dice. Pero no piense que todos los que salimos el fin de semana al campo a disfrutar, incluso con nuestros hijos, somos primates. Falso de toda falsedad. Al asimilarnos con los monos de 2001, Odisea del Espacio y hablar de sadismo, primariedad o crueldad, falta usted a casi un millón de españoles. Lo realmente bochornoso, lo triste, es que una señora de su talla tenga tantos prejuicios y que se dedique a importunar a nuestro Jefe del Estado con chorradas de este estilo. Esta memez no tiene parangón. Deduzco que desconoce que la comunidad internacional ha reconocido la Cetrería como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Supongo que tampoco sabe que este año se cumplen cuatrocientos de la muerte (1616) del más universal de nuestros escritores, Cervantes. Intuyo que también desconoce que Alonso Quijano, era «gran madrugador y amigo de la caza», tenía un rocín flaco y un «galgo corredor». Según usted, el personaje de Cervantes, nuestro Don Qujijote, sería otro tipo cruel, salvaje, infame, y asimilable a un terrorista. Y eso, los que admiramos a Cervantes y a nuestro más universal manchego, Don Quijote, sí que no podemos admitirlo. Así que señora Bardot, ocúpese usted de sus hámsteres y ratones varios y déjenos disfrutar con nuestras familias y nuestros compañeros de caza, los perros, de nuestra pasión, la caza.
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