16 de julio, historia y tradición

Todos los días 16 de julio se celebra el día de la festividad de la Virgen del Carmen, patrona de los pescadores, marineros, gente de la mar, de los ríos y de la Armada, entre otras atribuciones, en todas las partes del mundo.


La historia de una de las advocaciones de la Virgen María es popularmente conocida, pero hoy pretendo contar una de las múltiples procesiones y ofrendas florales que se realizan en este día especial.

En homenaje a los pescadores fallecidos, voy a relatar una procesión que por su peculiaridad se realiza en la Villa Ducal de Alba de Tormes, en las aguas del río Tormes, en la provincia de Salamanca, que este año por primera vez en muchísimos años no se va a poder celebrar por la pandemia que nos ha dejado muchas pérdidas de familiares y amigos.

En el evento del día grande son tres, sí, TRES imágenes las que forman la procesión, por eso es tan particular y realizada en las aguas del río Tormes, aparte de las novenas y otras prácticas religiosas por la tarde después del rosarío y la misa, todas las gentes de la comarca de Alba de Tormes y visitantes que se desplazan desde otros rincones de la geografía española.

En la iglesia de los PP. Carmelitas Descalzos tienen una imagen Mariana que llevan hasta el Espolón, un otero de la antigua muralla de pizarra, donde se divisa todo el río Tormes con sus aceñas, molinos y el puente romano. Desde la otra orilla los antiguos pescadores tradicionales, acompañados por todo tipo de embarcaciones llevando una imagen y un Padre Carmelita, se desplazan por las aguas en busca del encuentro con las que bajan desde la iglesia. Todo un espectáculo de recogimiento para los sentidos; con vivas y oraciones por los fallecidos, se deposita la ofrenda floral.

En ese momento un pescador se lanza al fondo de las frías aguas del río Tormes en busca de la tercera imagen, un cuadro con las dos imágenes que procesionan. Después de este encuentro los pescadores presentan sus artes de pesca y medios de estos pescadores de río. Devolviendo al río las capturas realizadas.

Este trabajo, el de la pesca, dio de comer no hace tanto tiempo a muchas familias.

Para después acercarse a la orilla donde las mujeres de los pescadores se reúnen, y todos juntos regresar por la puerta del río al convento de los PP Carmelitas, deseándonos salud para otro año. Decir que todo aquel que muriera con el escapularío de la Virgen del Carmen no será condenado, es una reseña del cariño y devoción que se profesa a la Virgen del Carmen. Sirvan estas líneas en recuerdo de todos los fallecidos.

Salud y buena pesca.

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