Historia de un Guarda de Pesca (X)

Guarda de Pesca es un trabajo que consiste en cuidar, gestionar y controlar un tramo de río asignado. Normalmente es un tramo acotado, consorciado con la administración y gestionado por una asociación de pescadores, sin ánimo de lucro.


Este trabajo, que principalmente es por vocación, está regulado por las distintas leyes regionales sobre pesca fluvial, en algunos sitios con la condición de agentes auxiliares de la autoridad y nombrados por las distintas Consejerías con competencia en materia de pesca continental. Es un trabajo arduo, de dedicación en cuerpo y alma, donde mirar el reloj está de sobra.

En cuanto a la formación requerida para poder ocupar estas plazas, lamentablemente no está regulada (cada comunidad es un mundo). En mi caso poseo la formación de Capataz Forestal, capacitación ya no solo en materia de pesca, sino de otros asuntos que rodean la materia y poder así colaborar con la administración, como es en materia de incendios forestales, conservación de espacios de recreo, vertidos e incluso otros tramos de río libres.

Los guardas existentes, al no poseer (hablo en Castilla-La Mancha) una ordenación al efecto, es un asunto que no está regulado y por ello se genera una imagen al estilo del ejército de Pancho Villa y por ende, al no solicitar un mínimo de formación, puede inducir a errores en el manejo de sus funciones.

Cabe decir que otras comunidades lo tienen mejor recogido hasta con una uniformidad conjunta.

En cuanto a las competencias que disponemos los guardas y conforme recoge la ley 1/1992 de Pesca Fluvial de Castilla-La Mancha, estamos obligados a denunciar cuantas infracciones detectemos y trasladar el expediente a los servicios jurídicos de la Delegación de Desarrollo sostenible. Entre las funciones principales está la de expedición de permisos, donde ya se solicita la licencia y se comprueba que está en situación legal para poder practicar la pesca, la suelta de truchas en el tramo coto, el control de que no se deje basura y en su caso recogerla, realizar los estadillos de capturas y controlar a los pescadores, colaboración en realizar actividades necesarias para el plan quinquenal de colaboración con la JCCM, entre otros.

Alguien puede preguntarse: ¿La figura del Guarda de Pesca es un oficio o es una opción? Según así lo entiendo, y la antigüedad, profesionalidad y formación me han enseñado, es un oficio que tiene que salir de dentro, tiene que gustarte, aun llevando 28 años tienes la misma ilusión que el primer día, de lo contrario sería imposible cumplir con la finalidad, sin horarios, sin días, sin jornadas festivas, el furtivo acecha en cualquier momento, pero lo importante es saber cómo y cuándo estar en el momento oportuno en el lugar adecuado.

La figura del Guarda de Pesca, como así he dicho, se recoge en las leyes de pesca, a pesar de ser propuestos por las asociaciones de pescadores, son nombrados por las Consejerías correspondientes y se debería de tener más interconexión con los servicios medioambientales, donde ser llamados a cursos de formación, dotación de medios de comunicación a través de walkies talkies para poder comunicar problemas y que se nos tuviera en cuenta, ya que estamos en el medio natural y podemos ser de mucha ayuda, sobre todo en tiempo estival, donde con la campaña de incendios y la falta de medios humanos, faltan ojos en el campo.

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