Historia de un Guarda de Pesca (V)

Una vez finalizada la concesión del coto de pesca Ceñajos del Cabriel, del cual hablamos en la anterior entrega, la asociación decidió no optar a ningún otro coto de carácter deportivo dada la dificultad de conseguir los objetivos a cumplir sin ayuda algu



Coto de pesca Ceñajos del Cabriel

Siguiendo mi actividad principal, la vigilancia y control en el coto intensivo Puente Romano, no puedo dejar de mencionar a dos personas que se implicaron mucho en la gestión, como fueron Javier Arribas como secretario durante los años 1991-2014, haciendo una brillante labor, así como José Andrés Martínez Torrijos, vocal encargado de la redacción de una revista Con caña, que vio la luz en varios ejemplares, de la actividad de la asociación, del coto y de la pesca en general.

Recuerdo que una de las actividades más concurrida y de hermanamiento era la famosa cena de Navidad, donde llegamos a reunirnos en alguna ocasión más de 100 personas, con sorteos, bailes y buenos ratos de risa.

Otra de las actividades que se implantó fue la de celebrar un concurso de pesca en vísperas de Navidad, para entre otros felicitarnos las fiestas. La primera edición fue en 1995, con una participación de 96 pescadores, lo que fue un éxito sin precedentes. Recuerdo que para almorzar se prepararon tres grandes sartenes de gachas, en la explanada que hoy es el aparcamiento, dada la inexistencia aún del refugio.

Los inviernos fríos, nevados, con lluvia, río con color del arrastre de la lluvia, con aire, daba igual la climatología y las condiciones del río, los pescadores salían a pescar sin mirar todo eso. Hoy eso ha cambiado mucho, bajo mi punto de vista a peor.

Recuerdo una anécdota, que en su momento fue un susto, ocurrida por el mes de diciembre del 1996. Todo el suelo cubierto con al menos 10 cm de nieve, yo anotando en la libreta, justo detrás de un enebro, cuando de buenas a primeras escucho pasos rápidos y, cuando me di cuenta, tenía encima una vaca brava perdida, con un cuerno hacia arriba y el otro hacia abajo, directa a por mí. Salí corriendo y me metí entre un espino rodeado de zarzas de una vez, lo que sirvió para que el animal siguiera su camino, que era buscar la vereda y su ganado trashumante. Todo eso pasó, pero claro al salir de allí imaginaos la de pinchos y pinchazos que llevaba por todo el cuerpo.

Al final fue abatida por la Guardia Civil en las inmediaciones de Cuenca.

Volviendo al río y la pesca, en los meses de invierno recuerdo la voracidad con la que las truchas entraban sobre todo a la cucharilla en las coladas, esas mañanas gélidas donde con una hoguera se podía paliar algo el frío por fuera y con el orujo por dentro.

Grandes cuadrillas de amigos se reunían a pescar para luego poder degustar un buen almuerzo realizado siempre por alguna cocinilla del grupo.

Antonio Carbonillas d.e.p., Pedro el Carolina, Jacinto el Enterrador d.e.p., Vicente Willy d.e.p., Paco la Paca, Julio Denche, Jesús Ortega, Agustín de la Torre, Gallardo, José Javier de la Torre, Ángel de los Santos, Gregorio Yuste. Este grupo de amigos era muy asiduo al coto, donde Julio Denche cocinaba las viandas para almorzar con su buena mano.

El tiempo va pasando como la vida y muchas costumbres se van perdiendo en el camino, pero siempre tendrán en mí ese recuerdo de haber compartido muchas jornadas de pesca, muchos almuerzos juntos, anécdotas e incluso llamadas de atención, pero en el fondo siempre queda lo bueno.

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