Año de cambios y ausencias

Es fácil, resulta habitual y cómodo, supongo que también rentable, el agradar, alabar e incluso sacarle el polvo de la hombrera a quienes están en la cima, a quienes de su decisión se puede obtener un beneficio que siempre resulta útil cuando se puede anotar en la cuenta de resultados.


El genuflexo necesita de la alcurnia y posición de aquella persona que ostenta, o incluso detenta el poder, porque de ella espera algo y entre el ostentar y el detentar no hace distingos. Yo no soy de esos, y porque no lo soy, creo que es justo que ponga negro sobre blanco hoy aquí, en esta mi habitual columna, mi público agradecimiento a dos personas que acaban de poner fin, yo espero que provisionalmente, a una labor de lucha por la caza y sus derechos verdaderamente encomiable. El primero de ellos es nuestro querido José Luis Garrido, quien recientemente ha dimitido como director de Fedenca y piensa dedicarse, en el futuro, «a disfrutar de una jubilación que tenía algo aparcada». Eso no se lo cree ni él, porque José Luis es de los que, como el general Custer, morirá con las botas puestas. Dando el do de pecho por la caza, la naturaleza y los cazadores. Su extensa labor, tanto al frente de la Escuela de Caza, como con su proactiva dirección de Fedenca, nos ha proporcionado las armas científicas para defender a la caza en foros y despachos de España y de Europa, como ningún otro lo ha hecho. Él se ha ido de los Madriles, como castellano viejo y machadiano que no puede, ni quiere evitar ser; ligero de equipaje. La caza y los federados españoles nunca podremos demostrarle reconocimiento suficiente a su honrada y abnegada labor. Sobre todo en estos tiempos en los cuales la abnegación y la honradez no están de moda y el reino de Barrabás parece haberse asentado en España.
Distinto perfil tiene otra de las personas que ya no podrá aportarnos su afán y conocimiento desde su puesto de trabajo como secretario de la Federación Española. Santiago Ballesteros es abogado y máster en gestión medioambiental. Ha sido en el ejercicio de su trabajo una pieza clave para entender la capacidad de gestión con la administración que ha desplegado la Federación. ¿Qué decir de sus conocimientos sobre derecho cinegético? Pues que, si alguno tiene duda, se lea su libro titulado Responsabilidades en materia de caza, recientemente publicado. Santiago ha sido en la Federación Española el rostro amable, el colaborador necesario de quienes, como yo, le solíamos consultar alguna cuestión técnica o estadística sobre la continua lucha que con la administración vive la defensa de la caza. Uno de los temas más importantes en los que estaba trabajando era en poner fin a la caprichosa, ilegítima y cercenadora política de nuestros derechos constitucionales, que constituyen los actuales criterios utilizados para la revocación de los permisos de armas.
Espero que, como en el caso de Garrido, Santiago Ballesteros no sea más que una perdida solo provisional, y que el uno no cumpla su palabra de atender a su hecho jubilativo, y que el otro no nos prive a los honrados cazadores españoles y federados de bien de sus capacidades y conocimientos desde aquel lugar que él tenga a bien ocupar para defender nuestra naturaleza y nuestra caza. Digo que será él que el tenga a bien ocupar, desde la profunda convicción de que alguien tan preparado y con tan demostrada solvencia puede ejercer cualquier alto destino. Empezamos el año con la ausencia de dos grandes luchadores, pero eso no debería ensombrecernos a los cofrades de San Huberto, algo me dice que este también será el año en que un rojo amanecer nos alumbrará, estoy seguro. Tengamos fe y confianza en todos los ordenes de nuestra vida. Nota: Esta columna ha sido publicada en la revista Caza Mayor del mes de febrero. En el tiempo que ha pasado entre su redacción y esta publicación los acontecimientos han añadido a dos significados colaboradores más a la lista de los que ya habían salido antes. Ahora, que además de toda la desagradable situación habida alrededor de las elecciones, se sabe que a las siete comunidades autónomas díscolas parecen haberse sumado dos más. Ahora, que D. Andrés Gutiérrez anda sumido en una campaña de prensa que quiere hacer creer que los díscolos pretenden quedarse para ellos el tramo nacional de sus seguros, acusándolos de ‘reinos de taifas’, cosa que no creo cierta ni acorde a la intención de esas federaciones. Ahora, para más desgracia, le siguen creciendo los enanos a D. Andrés al haberle sido retirada la subvención estatal a la RFEC, a nosotros y a la de boxeo por cierto, pues con estos espectáculos poco respeto podemos inspirar. Solo una reflexión me queda por hacer… ¡El último que apague la luz!… Espero que sepa encontrar el interruptor él solito.
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