Nos dan hasta en el carnet de identidad

Yo peco… Me culpo de ello, y por mucho propósito de enmienda que haga, mi carne, aparte de abundante, es débil y siempre caigo en el mismo error. Peco de idealista, por eso es bueno el recibir de vez en cuando un baño de realidad que me haga tener los pies en la tierra. Otras veces, las menos, andado el tiempo se cumplen aquellas metas por las que uno ha luchado con la pluma, granjeándome pocas lealtades y sí muchas enemistades. Así soy yo, ni puedo, ni quiero ser de otra manera.


He pecado de soñador y beligerante a favor de la manifestación de La Castellana. He propuesto incluso su institualización anual. A día de hoy veo que aquello sirvió para mucho menos de lo que esperábamos. Muchas promesas del manifiesto final se han quedado en el tintero. Eso es ya lo de menos. Lo de más es que percibo una merma en el orgullo y respeto institucional que la caza, el campo y la conservación habían ganado aquel día.
Vista general de la manifestación de la Castellana.
En un anterior artículo he denunciado el trato desigual que por parte de la fiscalía se produce cuando las acciones contra el medio ambiente son cometidas por furtivos o incendiarios y cuando las mismas, o peores acciones, son cometidas por grupos ecoterroristas. De estos últimos ni se exhiben operaciones policiales televisadas, como en el caso de actos de supuesto furtivismo, ni tenemos siquiera constancia de que estén siendo investigados. Algunos de estos grupos como PETA, o el Frente de Liberación Animal han sido considerados por el Departamento de Agricultura de EEUU como grupos terroristas, siendo perseguidos por el FBI. No estoy hablando del siglo pasado, esto ocurre hoy, con el gobierno republicano del Sr. Obama.
Ecologistas pacíficos protestando contra los cazadores en un campeonato de zorro.
En España, ante similares atentados contra la propiedad privada y contra el medio ambiente, no está actuando la fiscalía ni siquiera de oficio. Tengamos en cuenta que existen fiscales medioambientales que, con motivo de las últimas grandes oleadas de incendios forestales, fomentaron numerosas acciones en contra de los presuntos pirómanos. Al final, el porcentaje de condenados en firme ha sido mínimo, pero esa es otra historia. La destrucción que provocan los visones liberados por los ecoactivistas, no parece generar tanta alarma social. Si además tenemos en cuenta la falta de respeto, que como colectivo nos tiene la administración, ya tenemos la ficha que nos faltaba en el puzle del agravio comparativo. De aquella manifestación he aprendido que fuimos capaces de influir en el cambio de una ministra que oprimía la realidad del campo y a las buenas prácticas de gestión ambiental. Pero hoy nos estamos durmiendo en los laureles de aquel exitoso empacho de ego. No estaría de más recordar el bofetón que recientemente nos ha propinado el congreso, tirando por tierra la reforma de la ley de tráfico. No dejemos atrás el reportaje de TVE que difundía a los cuatro vientos un informe, oficial u oficioso, en el cual se establecía una relación directa entre la prostitución, la trata de blancas y los cazadores en Castilla la Mancha. Que yo sepa se han ido de rositas los responsables de esta infamia, los juzgados están para ser usados más a menudo por quienes nos representan y tienen el deber de defendernos, vamos… ¡Digo yo!
Representantes federativos de Pontevedra participando en jornadas de limpieza del monte.
Suma y sigue el ninguneo con el capricho de la administración central al no permitir, con la ley 5/2007 en la mano, la caza en los excedentes de los parques nacionales. Para muestra, la del sangrante caso de Monfragüe. Las poblaciones de ungulados dentro del parque están fuera de control, llegando a la condición de plaga; la tuberculosis corriendo por doquier, las ganaderías domésticas afectadas, la cubierta vegetal sobrepastoreada y las economías locales dependientes de la caza y su turismo, arruinadas. Aporta de esta forma, la incompetente gestión política, la gota que colma el vaso de esta ruina económica en plena crisis. Se pone de manifiesto que al colectivo cazador nos están tomando por el pito del sereno. ¡Y es porque nos dejamos!… que no les quepa duda. En el caso concreto de Monfragüe, Ecologistas de Extremadura ha pedido la dimisión del director del parque, no por todas las incapacidades anteriormente enumeradas, no… la pide por asfaltar una vía pecuaria ya que, entre otras cosas según estos señores, ahora podría ser usada por «cazadores más o menos furtivos». Llegados a este punto hago mía la frase con la que Jaime Cárdenas cerraba un artículo suyo el mes pasado. «Prefieren que se mueran, (aunque sean todos) a que nosotros podamos cazar algunos». En este campo esta pues la lucha, en el de la falta de respeto a nuestro colectivo y en el de la opresión de nuestros derechos. ¡Habrá que batirse pues!… Si es que algo les resta, a los que nos representan, del orgullo y la dignidad de la Castellana. Pero no me hagan caso, quizás todo esto sólo sean visiones de un idealista, que si no tiene razón, no pasa nada. Pero de tenerla… nuestros abundantes y variados representantes cinegéticos podrían encontrarse un día con una manifestación, no contra Narbona, sino contra ellos mismos. Aplíquense pues lo de las barbas del vecino, que no será mala cosa.
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