Balas sobre Broadway

Aunque conocía la polémica, perpleja me quedé, justo anoche, leyendo la versión digital de El País ante el siguiente titular: Una lluvia de balas cae sobre uno de los mejores campu


Aunque no menos sorprendida con la frase El Centro de Física Teórica y Matemáticas insta a sus empleados a cambiar de despacho por los disparos de un campo de tiro cercano. La verdad es que no me queda claro qué es lo grave, que sean balas o que sean ilustres científicos atacados por despiadados tiradores. Cual cazador contra Bambi. Como si estos señores o señoras del ICMAT expertos en física, que curiosamente no se pronuncian —solo se menciona a la señora de la limpieza—, no conocieran los riesgos y alcances de un cartucho metálico. Continuando, la lectura del artículo no tiene desperdicio, tanto por la exposición como por algunas de las conclusiones a las que llega. Peor aún fue descubrir que era la noticia más leída del día en el portal de comunicación digital en español más seguido del mundo.
Habría que saber si se trata de un problema real de seguridad contra las personas y si hay o no deficiencias en las medidas de la instalación, cosa que sería realmente grave y negligente. A los que, como yo, estamos relacionados con las armas y municiones nos cuesta creer que algo así pueda ser consentido por la Guardia Civil que, avalada por una normativa y reglamentación muy restrictivas, ha cerrado por muchos menos campos y galerías de tiro a decenas a lo largo y ancho del país los últimos 20 años. Sin embargo, este titular manifiestamente sensacionalista nos eleva a los que disponemos de un permiso de armas, de nuevo, a la categoría de degenerados y delincuentes, lo que afecta también a los cazadores por razones obvias. Imagínense cómo reaccionarán los recién estrenados cargos políticos de Interior ante semejante situación mediática.
El símil con la película de Woody Allen es metafóricamente apropiado: mafiosos, aunque sin la categoría de Chazz Palminteri, directores mediocres y una obra que representar a cualquier precio para seguir tirándose a la chica. Sobre qué tiene que ver esto con la caza. Mucho. El esquema, casi idéntico: federaciones intervenidas, elecciones impugnadas, apego al poder y poca creatividad —y menos ética— para conseguirlo. Todo mientras los afectados reales lo sigan consintiendo y pagando las cuotas federativas. Salvando las distancias, una NSSF o semejante. Seria, no a la española (eso no, por favor). Evitaría que la chica acabara flotando en el río.
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