Si la montaña no va a Mahoma…

En esta página no hablamos de política casi nunca pero es que hay momentos en que no tiene uno más remedio que hacerlo porque estamos llegando a unos extremos en que, si nos callamos, morimos de un reventón como los globos con exceso de gas.


Todos acabáis de leer otro intento más de cerrar el cerco entorno a la práctica de la caza. Pero es que esta vez viene, según el GEA, de parte de la ministra Narbona. La política es algo demasiado serio para dejarla únicamente en manos de los políticos. Hemos entrado en una dinámica de prohibiciones e intentos de prohibir que, si no fuera un tema muy grave, sería objeto de risa. Se lanza una idea, de regulación y/o prohibición. Se espera a ver cómo reacciona el populacho. Si tragamos, adelante con los faroles. Si se protesta enérgicamente salen de inmediato los apagafuegos de siempre y la cosa queda en suspenso, como si no hubiera pasado nada. Y dentro de cuatro platos de cocido, todo olvidado. ¿Se habrá parado la ministra, de verdad, a considerar los intereses sociales y económicos que conlleva la caza? ¿Habrá sopesado lo que puede pasar con armerías, vendedores de coches, de ropa, de cartuchería? ¿Le habrán aconsejado sus asesores que se cargue la economía de muchos pueblos que viven de alquilar sus tierras a los cazadores? ¿Tendrá pensado compensar de alguna forma a hoteles y restaurantes, casas rurales y todo tipo de empresas que prestan sus servicios a gente que se desplaza a cazar? ¿Cómo nos lo va a explicar a los cazadores?… No sé por qué creo que no se lo ha pensado muy bien. Somos muchos, muchos votos y llevamos muy dentro esta afición como para que, de la noche a la mañana, de un plumazo, ordeno y mando, nos prohíban algo tan nuestro. Para que nos saquen de dentro la caza como si fuera una muela. Se podría formar una muy gorda. …Mahoma tendrá que ir a la montaña.
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