Tenemos la cadena rota desde hace muchos años

Ando estos días trabajando con jóvenes cazadores y cazadoras del Camp de Tarragona.


En mayo de este año conseguí juntar 20 chicas en un seminario organizado por mi Federación Territorial en un bonito pueblo (Poboleda) de la comarca del Priorat, conocida por la calidad de sus vinos.

La finalidad del encuentro fue para ellas conocerse y entablar esa amistad que nos une a todos los cazadores enamorados de nuestra afición. Maite, tesorera de la Federación y experta en el manejo de perros para la caza del jabalí, fue mi mano derecha para dirigir el encuentro.

Para mí, con más de cuarenta años haciendo pedagogía entre los cazadores y sus sociedades, fue valorar sus conocimientos y experiencia en la actividad cinegética para organizar en noviembre una batida de caza mayor como protagonistas Ellas y a ser posible a los pies del Montsant con los deseos de que sea una jornada de caza inolvidable para unas y otros.

A las 9h. estaban convocadas las mujeres en el refugio de la Sociedad de cazadores La Unió de Poboleda. Mientras los miembros de la sociedad y de la Junta Directiva de la Federación preparaban las brasas, yo les concedía la palabra para que expresaran con naturalidad, libertad y confianza sus experiencias en el mundo de la caza.

Opiniones muy variadas, simpáticas, algunas asombrosas, pero la mayoría con el freno impuesto por la sociedad anti caza.

Estos días finalizan los cursos escolares. Muchos niños y niñas van a recibir un móvil, una tablet o una consola.

Estos elementos informáticos van a alejar más aún a los jóvenes del contacto con la naturaleza. Con el cogote a 45º van a ignorar el vuelo de golondrinas, abejarucos o rapaces sobre su cabeza. Hay verdaderos pactos que hacen padres e hijos sobre el tiempo que van a utilizar para jugar con estos artefactos electrónicos. Y no hay vuelta atrás.

El próximo 7 de julio, también en Poboleda, tenemos jornada de jóvenes cazadores/as con un programa escogido siguiendo unas pautas de formación en seguridad en la acción de cazar. En principio hay más de treinta inscritos, hombres y mujeres que van de los 10 años a los 30. Al finalizar el Seminario rellenarán una encuesta anónima que una vez corregida me dará nuevamente una imagen de cómo está el patio. En esta ocasión me ayudará Marc, miembro de la Federación de Tarragona, al que conozco desde que tenía 6 años y andaba con su padre Jaume y sus perros por la Sierra de Guara. Hoy Marc tiene 18 años.

Es lamentable, pero hoy estamos más preocupados por las prestaciones que nos da el móvil que por la calidad de la lechuga que comemos. Sigo andando en busca del eslabón perdido.

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