¡El récord de la vergüenza!

Hoy toca hablar de un tema extraordinariamente grave, aunque por su importancia me reservo al menos un par más para la próxima cita.


Nos situamos en Madrid el pasado domingo 5, cuando se produce una manifestación aprobada y anunciada desde meses atrás, uniendo a cazadores, pescadores y gentes del ámbito rural, que piden la modificación sobre una ley (absurda por más señas), urdida por colectivos que pretenden erigirse como adalides de la Naturaleza, pero que las más de las veces están simplemente al margen de la realidad y ofuscados en hacer valer sus planteamientos y sus verdades a cualquier precio. Aunque hablando de precios vale decir que reciben suculentas subvenciones, incluyendo en las mismas los dineros que pagamos precisamente quienes ellos no cesan de perjudicar. Pero resultó que esa manifestación fue lamentablemente atacada desde estamentos oficiales, con la innegable intención de perjudicar (o si fuera posible impedir), que se llevara a efecto. Intentaron que los autocares que trasportaban a mucha gente no pudieran entrar en la capital, autorizaron actos propuestos por los ecologistas ocupando el recorrido acordado previamente, y obligando a modificarlo, impidieron que más vehículos y remolques participaran en la marcha, pero lo más fuerte estaba todavía por conocerse cuando la manifestación se iniciaba en la Plaza de Colón. No tengo más remedio que resumir, porque les aseguro que ese día vivimos una situación que sólo se puede calificar como una AUTÉNTICA VERGÜENZA. Y es que prácticamente ningún medio de comunicación se hizo eco de aquella extraordinaria concentración que reunió muchas, pero que muchas decenas de miles de ciudadanos expresando su malestar, aunque por supuesto de forma absolutamente pacífica y sin el menor alboroto que no fueran las canciones o los tambores de algunos grupos. Pero seguramente también por eso, por no ser unos salvajes, fuimos ignorados. Así que resulta mucho más que curioso hasta qué punto los más de nuestros grandes medios (de prensa, radio y Tv) confirmaron en la más denigrante práctica estar absolutamente vendidos a esos grupos de manipuladores, porque es difícil encontrar otra explicación. Podemos ver, como ejemplo, cualquier telediario, de cualquier cadena, para comprobar que un par de decenas de ecologistas y animalistas que enarbolen una pancarta reciben la atención de un cumplido reportaje con entrevistas incluidas. Sin embargo, más de 200.000 ciudadanos —por lo menos— abarrotando las arterias principales de Madrid no se merece UN MINUTO, UNA MENCIÓN, en las programaciones. ¡QUÉ FEO! Y había que oír los piropos que tanta y tanta gente les dedicaba. Ya no hablamos de un millón de personas vinculadas a la caza. Ahora ya hay que casi triplicar esa cifra para tratar también a quienes afecta la pesca, y no digamos ya que ese DESPRECIO absoluto fue dedicado de paso a los que se desenvuelven en el medio rural, y ahí ya no me atrevo a aventurar cifras… En millones. Dicen que el Ministerio correspondiente está escuchando (ahora), las reivindicaciones que tantas personas intentan trasladar desde hace ya tiempo, aunque ya ven en qué fecha estamos cuando les escribo, a sólo cinco días de una nuevas Elecciones Generales, aunque lo cierto es que nos valdría a la vez para poder seguir hablando de despropósitos a la española; y batiendo récords, porque el alcanzado esta vez en cuestiones informativas no creo que sea fácil de superar. Pero «Ya veremos… Dijo un ciego», en unos días digo yo.
Comparte este artículo

Publicidad