Caza, crisis y ferias

En la pasada temporada han quedado cotos sin arrendatarios, se han suspendido monterías a causa de no haberse cubierto los puestos, han desaparecido algunas rehalas, y todo apunta a que el número de licencias de caza ha disminuido. Y ello a pesar de que en bastantes casos ha habido bajada de precios por parte de arrendadores y de orgánicos.


Lógicamente, esto ha repercutido en la minoración del reparto de dinero que producen los cazadores y que beneficia a personas y empresas de muchas localidades de toda nuestra geografía, además de agravar la crisis en el sector armero. Entiendo que no se ha tomado conciencia de ello, ni de que la tendencia indica que esta situación se va a agravar durante demasiado tiempo si no cambian las cosas, tanto en la economía como en la caza. Por otra parte, además de las ferias locales, sigue el empecinamiento de señalar las dos ferias nacionales en Madrid en lugares distintos y en las mismas fechas, y eso conlleva disminución de participantes de la industria y comercio armero, lo mismo que de accesorios y complementos. De otro lado, los visitantes de fuera de Madrid o tienen que dedicar más de un día para visitarlas, elegir solo una o correr de un lado para otro sin pérdida de tiempo para visitarlas a medias. Pero, curiosamente, las ofertas de caza en el extranjero están incrementándose, con precios a la baja y aumento de contrataciones, especialmente en lo que respecta a safaris de antílopes. Es curioso que por el precio de una montería de tipo medio-alto, en la que existen muchas posibilidades de poder abatir dos o tres piezas, sumándole los gastos de desplazamiento, alojamiento y restauración, se puede hacer un safari de ocho días en Namibia o Sudáfrica cazando algunos antílopes trofeo y abatiendo un total de ocho o diez animales. Y si se contrata en grupo negociando con el outfitter, todavía se pueden mejorar los precios. Ello sin considerar, y habría que hacerlo, las ofertas europeas para caza mayor en algunos países, y la de ciertas especies de menor en otros. Entiendo que es absolutamente necesario que en España se ajuste la oferta a la realidad del mercado y a la competencia internacional o el desastre en cadena será de los de difícil recuperación, y a ello deberían colaborar las autoridades autonómicas y nacionales que parecen ciegas a la importancia de la caza en la ecología y en la economía.
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