¿Será posible?

Andrés Gutiérrez, presidente de la Real Federación Española de Caza, se ha descolgado con unas declaraciones digamos que inesperadas, sobre todo por lo que de novedosas y rupturistas tienen. Hasta ahora, la RFEC se ha sustentado en su condición de defensora a ultranza de la actividad cinegética como deporte; a día de hoy, su presidente niega la mayor: La caza no es un deporte.


Dicho esto, lo que viene después es un corolario de este cambio de filosofía. Habla el Sr.Gutierrez de la creación de una nueva organización inscrita en el Ministerio del Interior a la que sus promotores han llamado Federación Española de Caza, lo que indica una clara estrategia. Además los firmantes de la escritura de constitución son todos, o casi todos, miembros de la Real Federación Española de Caza. El proyecto que el presidente de la RFEC explicita parece apasionante y definitivo —sobre todo para él— pero como dice el refrán, «una cosa es predicar y otra dar trigo». En principio el primer toro que el Sr. Gutiérrez tiene que lidiar es el de las elecciones a la presidencia de la federación —la antigua— y nos encontramos con la paradoja que le tienen que elegir personas que, o no van a estar unos meses más tarde o, a los que queden, les va a pedir que renuncien a sus baronías y privilegios y se presenten en un congreso de cazadores para ser elegidos democráticamente. Primer ejercicio de seducción. Posteriormente tiene que convencer a todo el mundo que esta nueva organización no es un remedo de la Oficina Nacional de la Caza, es decir, un conglomerado de siglas en torno a una mesa, y que, efectivamente, es una única organización confederal —a estilo de un sindicato— cuyos componentes se estructuran, por comunidades, en ramas federales y en ramas confederales, a nivel nacional. Segundo ejercicio de persuasión. Más tarde tiene que pasar a 400.000 afiliados —imprescindibles para la financiación del proyecto— de una organización a otra. Lógicamente deberá ser con el consentimiento de los afectados, para lo que necesitará la colaboración de toda la actual estructura federativa. Tercer ejercicio de comunicación. Más tarde deberá organizar un sinfín de congresos —por lo menos autonómicos— que desembocarían en el Congreso Confederal de la Caza, en el que se elegirían los representantes de los cazadores a nivel nacional. Cuarto ejercicio de liderazgo. Mucha y grande es la tarea que tiene por delante el actual presidente de la RFEC. Va a necesitar ambición, convencimiento, voluntad, perseverancia y mano izquierda. Veremos. Lo que parece claro es que, el día uno de Marzo, significó algo más que una reivindicación puntual del mundo de la caza. Visto desde hoy pueden entrar dudas qué fue primero; es decir, si Andrés Gutiérrez ha planteado la creación de la Federación Española de Caza después del éxito de la manifestación o si necesitaba un coup de force para sacarla adelante. En cualquier caso, si lo lleva a buen puerto, el mundo de la caza habrá dado un gigantesco paso adelante.
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