Mª Ángeles Marcos Alonso
01 jun. 2017 9:37
Jamás la derrota ajena puede venderse como propia batalla ganada y, a veces, resulta que lo que parece una derrota del enemigo no es más que una estrategia para que ganemos confianza y no mantengamos la alerta necesaria para una adecuada defensa y bajemos la guardia. La maraña animalista crece sin control y creernos imprescindibles nos ha hecho descuidar muchos frentes. Sigue »