Las campanas de mi pueblo ya no tocan ni a muerto

Hoy, he sentido ira y por primera vez en mi vida no me arrepiento. Hoy, he sentido ira, no sé si sana o insana, pero no lo lamento. Hoy, he sentido ira a sabiendas de que es el único pecado capital que cometo. Hoy, he sentido que soy incapaz de aplicarme la virtud de la paciencia contra la ira que siento y espero que allá en el Cielo el Ser Supremo sea mi abogado de oficio.


Hoy, he sentido ira contra quienes propiciaron que no volvieran a sonar las campanas de mi pueblo y, sin eufemismos, así lo cuento: Hubo miserables que nos forzaron a emigrar y cuando volvimos con la frente marchita y los bolsillos vacíos, ya no estaban en su sitio las campanas de mi pueblo. Eso es cierto. Por sincerarme con ustedes les diré que no me importa si, más antes que después, las campanas de otros pueblos les tocan a ellos a muerto. Ni yo iré a su funeral, ni ellos vendrán al mío, y no lo lamento. Eso es cierto. No. No he hecho las paces con el pasado y todavía no estoy muerto. Jamás habrá un sonido en el Mundo que iguale al tañido limpio y sencillo de las campanas de mi pueblo. Un sonido así, sólo pudo escucharse en los sacrosantos lugares de nuestra ya casi extinta Tierra de Campos (Castilla y León) a punto de ser cerrada por derribo. Una Tierra plana con alto Cielo, donde al tañer de las campanas no le ensuciaba el eco. Desde el campanario de mi pueblo se oían carros, cantos y cencerros. Cierro los ojos y todavía puedo ver el inmenso tapiz verde salpicado de amapolas que de niño contemplaba desde las troneras de la torre de mi pueblo. Veo chopos como puñales que emergen del suelo. Veo barbechos ocres, viñas salpicando el terreno que junto a las extintas guindaleras, eran la antesala del Cielo. Veo el camino de las merinas como una ancha y preciosa alfombra verde que se perdía en el horizonte por ambos lados. Veo… un fue, un es postrado, y un será… Las campanas de mi pueblo tocaron a difunto en más de ocho generaciones de mis ascendencias maternas hasta que las quitaron debido a que la torre amenazaba ruina moral más que física y las tapias del cementerio estaban (y siguen estando) por los suelos. Los recuerdos de mi infancia echan sal y vinagre a la herida de una nostalgia que no ha curado el tiempo. Por eso maldigo in aeternum a esos adalides del progreso que siguen dejando los pueblos vacíos para que sus moradores sean presas fáciles del paro y la marginación social en las autonomías periféricas de nuestro Ruedo Ibérico. Esos cantos de sirena del progreso resultaron ser, son y serán groseras ventosidades y a destiempo. LA FUSIÓN DE LOS AYUNTAMIENTOS Lo que con eufemismos torticeros el Gobierno de España denomina: Ley de Racionalización. Semper avarus eget. Esto viene a cuento de que, tanto éste como anteriores gobiernos de España, quieren fusionar los ayuntamientos y dejar sin contenido a los concejos, pedanías y parroquias so pretexto de dar un mejor servicio a los cada vez menos vecinos. Eso es mentira. Lo que aquí se pretende es privatizar servicios. Aquí lo que se pretende es que esas empresas de servicios acojan sin oposición, ni formación y mucho menos vocación a los hijos, amigos y allegados de los prebostes políticos de uno y de otro partido para que ninguno diga nada llegado el momento. YA LO ESTÁN HACIENDO. Y lo que es peor, aquí lo que se pretende es una desamortización de bienes rústicos, artísticos y urbanos de tal envergadura, que la desamortización de Mendizábal parecerá un juego de niños.
Inmediatamente después de la fusión vendrá la segunda concentración parcelaria y las tierras de labor pasarán a ser un Liang Shang Po donde todo lo inherente a la biodiversidad estará fuera de lugar. Los montes estarán plantados con especies alóctonas donde el impacto medioambiental se hará con el mismo manual que con el que se hicieron los parques eólicos de España. A los últimos ganaderos se les está empujando a dejar el rebaño sin estabular o semiestabulado azuzando a los lobos y a sus salvadores debidamente remunerados. Los agricultores están ya metidos en una espiral en la que se van fagocitando unos a otros llevándose las ganancias de la traición las multinacionales de la maquinaria agrícola y los fitosanitarios. En un futuro próximo, la naturaleza la podrán disfrutar todos los mortales en esos parquecitos capitalinos que son un insulto a la biodiversidad y al buen gusto en todas y cada una de sus múltiples formas. La caza de granja y corralón quedará para los menos pobres y las fincas venatorias serán inasequibles a la clase media. No. No se engañen con esta ficticia abundancia de jabalíes o de corzos, que de la noche a la mañana adjudicaran a dedo su nivelación o erradicación a una empresa de servicios y los matarán todos bien muertos mediante mil y una fórmulas no despreciando las soluciones químicas. El detonante será un accidente como el del tren de Santiago (A Coruña) y san se acabó. Hoy es el día en el que España incumple las normas europeas sobre cuencas hidrográficas. España es el tercer Estado miembro con más procedimientos de infracción abiertos. España incumple sistemáticamente todo lo que le de la gana y si la obligan a algo, pone palos en las ruedas. ¿O no? Así que se le revuelven a uno las tripas cuando le cuentan la milonga de que Bruselas dice lo que no dice y paga el pato la cuadrilla de jubiletas que cazan zorzales con el parany mientras no hay día en el que no aparezca un presunto de llevarse millones al que luego le aplican un castigo testimonial. Caso de que no prescriba el delito o quede libre de cargos pero con la buchaca cargada.
Dicen que sacralizo al mundo rural en detrimento de los demás. Eso no es cierto. Reconozco, cómo no, que en el mundo rural existen pocos, pero colaboradores necesarios erigidos en edecanes de esos caciques encargados de administrar la miseria y de mantener sumisos a sus acosados vecinos para ponerles a disposición de sus amos capitalinos. Los caciques rurales son los cabestros mamporreros de unos amos capitalinos quienes a través de un largo camino de imperfecciones alcanzaron el cenit de la maldad a través de sus vicios. Luego, están esos filandones de urracas malparidas cortando trajes a propios y extraños mientras atrapan las herencias que no les corresponden so pretexto de cuidar a quienes no van a cuidar jamás. Éstas y no otras son la gran desgracia del mundo rural. Pero los caciques mezquinos de visera y buzo verde de la multinacional, se saben cobrar bien sus servicios hasta que también a ellos les llega su San Martín. Todo ello gira alrededor de un miedo cerval que es insuflado por el hideputa de la ciudad que en ocasiones y si el pueblo es grande, también es el alcalde. Por eso hay que compadecerles a todos ellos al ser presas del síndrome de Estocolmo. Es más, fíjense y verán como los alcaldes de los pueblos grandes tienen cargo en la Ciudad. La desaparición del mundo rural la he tratado de resumir con claridad y no sé si lo habré conseguido. Pero con la desaparición del mundo rural, desaparecerán la caza y la pesca por motivos que pormenorizaré a su debido tiempo. Queridos lectores: les ruego que me perdonen por dar rienda suelta a mi corazón. Como diría Machado: «Historia de mi corazón, la historia de una esperanza y de una desesperación». Pero la verdad es que: Bos lasus fortius figit pedem. LA CAZA COMO PUNTO FINAL En estos momentos las principales organizaciones venatorias están divididas y las que no lo están, responden a inconfesables intereses que pronto asomarán la patita por debajo la puerta. Los accidentes parece que ya han enfocado la recta final de esa maquinaria burocrática que sirve para mantener vagos y torcer las voluntades a ambos lados. Yo, estoy muy de acuerdo con el resultado final, aun cuando ha tenido que mediar la política para conseguir un proyecto de ley que ya estaba mejor redactado y enclavado legalmente que el actual, pues un servidor ha tenido la ocasión de conocer lo que ya tenía resuelto el Comité Interautonómico de Caza y Pesca Continental, quienes están muy cabreados por este ninguneo. Espero que al bajar los seguros nos bajen a los cazadores de a pie los precios de los cotos. ¿No? Y lo de los daños debería de haber ido en el mismo paquete. Tengo la impresión de que lo de los daños pueda caminar en paralelo con la Licencia Única que no lo van a ver los ojos de nadie en esta legislatura.
Esto es largo y lo estoy estudiando. Yo sé que hubo ruido de carteras y al final influjo de forma directa la Ministra de Fomento, que es la todopoderosa médica zamorana Ana Pastor. Veremos a ver por donde sale el imprevisible y valleinclanesco Arias Cañete. Yo, cuando veo al cubano y diputado profesional por Madrid Teófilo de Luis Rodríguez en algo de lo nuestro, me pongo a temblar. No pongo en duda su conocimiento del Títere playero (Charadrius wilsonia), ni del Pato chorizo (Oxyura jamaicensis). Pero de la perdiz roja está in albis. Claro, como recibió el más alto galardón de la Real Federación Española de Caza sin merecerlo, va con sus cristalinos calcetines de baratillo allá donde se masque un triunfo facilón. El camarada Comandante no se cansó jamás de hacernos regalos. También nos mandó a Dinio y nos lo dejó sin acuse de recibo. Antes, nos mandaba mejores regalos. Uno de ellos fue don José Legrá, flor y nata de la cultura. De la cultura boxística, me refiero, qué no de lo demás, aun cuando no desmerecería al lado de algún diputado autonómico. Hoy por hoy, a nivel de España, con la Real Federación Española dividida, a la deriva y encausada su presidencia, no hay quien defienda los intereses del cazador de a píe. Sólo están defendidos los de los deportistas, que son cuatro, y los de los grandes dueños de cotos y fincas de caza, que son quienes manejan la tajada del león del parné venatorio de España. La pelota todavía está en el tejado y un servidor agradece su esfuerzo a Juan Antonio Sarasketa Leguina, que es el presidente de la Oficina Nacional de la Caza a la que se han adherido ocho federaciones autonómicas. El resto de autonomías sigue en la Real Federación Española de Caza resolviendo los problemas de la perdiz roja con Schwarzenegger. No sé, pero a colación de lo anterior me viene a la mente lo de TERMINATOR.
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