Los fitosanitarios están matando a millones de abejas y nadie pone remedio a tal magnicidio

No me consuela que el magnicidio apícola sea a nivel mundial. No. Ni me tranquiliza que ya esté reconocido por propios y extraños. Qué va. Pues nadie coge el toro por los cuernos con soluciones concretas y tangibles. Sólo leo disculpas de malos pagadores.


Aborrezco a quienes, en su día, desviaron el problema con falsos triunfalismos bajo estipendio en forma de subvención. Las multinacionales de los fitosanitarios quieren que se vaya desviando la atención hasta que ellas agoten las existencias de los productos que tal vez terminen con la apicultura mundial. A ellos les da igual. Europa ante el magnicidio prohibió la importación de abejas americanas, pero todo quedó en agua de borrajas. También, cómo no, de vez en cuando hacen un lavado de cara a la lista de fitosanitarios para dejarla igual que estaba. No. No me olvido del PROGRAMA NACIONAL DE MEDIDAS DE AYUDA A LA APICULTURA al que siempre he criticado, no obstante lo he hipervinculado para que quien entienda del tema, saque sus propias consecuencias. ¡¡¡Pájaros y flores!!! Todo lo anteriormente expuesto se puede resumir en que hace años comenzó el grave problema de la mortandad apícola y las multinacionales de los productos fitosanitarios desviaron la atención mediante cortinas de humo tales como la manida pero torticera verdad de que las abejas también tienen otras enfermedades y depredadores naturales, enfermedades y depredadores que hay que tratar debidamente a diferentes niveles institucionales con los productos de las multinacionales, claro. También tiraron la piedra y escondieron la mano con el ahora controvertido cambio climático cuya imprevisión e información sesgada ha puesto de manifiesto, una vez más, la calaña de los gobiernos en concomitancia con los entes que mandan a nivel mundial, que son las multinacionales. O sea, el problema está repartido y las responsabilices diluidas.
No sólo los nicotinoides dañan a las abejas, qué va, en Francia, por ejemplo, se sensibilizaron mucho antes que en España y prohibieron varios productos fitosanitarios aguantando el chaparrón de los cerealistas y de otros presuntos perjudicados azuzados por las multinacionales de los fitosanitarios. Lo mismo ocurrió en el resto del mundo. Pero ojo, que las multinacionales de la química volvieron a la carga y camparon por sus reales. Yo sé que se están haciendo grandes estudios y prestigiosísimas reuniones a nivel mundial debido a que el problema es global. Cierto. En esos eventos participan grandes expertos en la materia de todo el geoide terráqueo. No tengo ninguna duda. Nadie niega que se desconozca la agonía por la que pasa la apicultura. Sepan que la administración de España y la de sus autonomías no hacen nada de fundamento al respecto salvo decir tonterías tales como la del desabejado, pero surte efecto en algunos bolsillos… ajenos a los de los apicultores. También les diré que esta queja no está avalada por ningún estudio científico de primera magnitud. Así es. No obstante, nadie podrá negar que los grandes científicos del mundo mundial habrán hecho mucho en pro de la apicultura, muchísimo, pero con resultados nulos y con un futuro nada prometedor aun cuando lo que aquí se juega a nivel ECONÓMICO es mucho. Miren ustedes, adornarán el tema como quieran (años ha que lo vienen haciendo) pero las abejas siguen disminuyendo de manera alarmante y ese es un problema muy preocupante. Un problema que denuncia este ciudadano de a pie. Dos y dos son cuatro para Agamenón y para su porquero. ¿O no?
El grueso de las colmenas las matan los productos fitosanitarios y ustedes lo esconden, sinvergonzones. Es más, a sabiendas de que los nicotinoides son letales, dan mayor preponderancia a otros productos que son más controlables. La varroasis es criminal, y nadie tiene ninguna duda al respecto, pero se combate relativamente bien con productos tales como el Apistán. Y además, so pretexto de colocar debidamente las láminas en la colmena, ustedes recomendaron que dejásemos de utilizar los milenarios colmenares con troncos huecos sin darse cuenta de que con un mínimo de daño, se pueden colocar las láminas en el dujo sin necesidad de que pasen todas las abejas a ser movilistas. ¡¡¡¡Malandrines!!!! Son ustedes unos ignorantes de mala fe. Con cada enfermedad parasitaria o a la vista de los depredadores que atacan a las abejas, ustedes, baten palmas con las orejas. Sí. Y lo hacen para que no se prohíban los nicotinoides y otros productos fitosanitarios de utilización universal tales como el famoso Glifosato. Hoy, quienes mandan, han globalizado el mundo para ganar las guerras económicas sin disparar un solo tiro, excepción sea hecha de esos lugares primarios y hostiles que no pasan por el aro. Lugares donde los autóctonos les dan caña a diestro y siniestro y quienes se metieron a enderezar entuertos vuelven a casa con el rabo entre las piernas y muchos muertos escondidos. Más o menos, la globalización se circunscribe a lo antes citado. Pero los productos van de un lugar a otro sin los controles necesarios.
En esa malentendida globalización, donde ganan quienes acojonan bélica o económicamente, nos llegó por el suroeste Francés la avispa asiática (Vespa velutina) a través de un cargamento de madera. Es una especie de avispa originaria de China que se zampa a las autóctonas. Como toda especie vegetal y animal que encuentra un hábitat adecuado y carece de depredadores naturales, la dichosa avispa se extendió y pasó a ser un problema en Francia, Vizcaya, Guipúzcoa, Álava y Navarra. Una avispa que se zampa a las colmenas como si de abejarucos se tratara y que se instala lo mismo en las ciudades como en el monte. En las ciudades se las mata de forma sumamente primaria pero en los impenetrables montes donde establece su colmena a muchos metros de altura, no hay quien las detecte. Bueno. Dado que no escribo nunca sin fotografías mías y sin referencias concretas, si alguien quiere saber más al respecto, que acceda a los hipervínculos. Pero les ruego que no confundan a la Vespa Velutina con nuestro avispón (Vespa crabro).
No voy a entrar en lo importante y determinante que es la abeja para la polinización de las especies vegetales de todo tipo que no se autopolinizan y necesitan de las abejas y de insectos similares para polinizarse y dar sus frutos. Ni siquiera voy a detenerme en lo mal que lo pasan ciertos cultivos bajo plástico por carecer de polinizadores. Sepan que se roban abejas movilistas. Vuelvo a insistirles en que pinchen en mis hipervínculos. No oculto el inmenso cabreo que me produce la mortandad de esas abejas que en Castilla casi todas las familias tenían en preciosos colmenares, muchos de ellos prerrománicos, igual que los palomares. Lo que me cabrea es que la rica arquitectura rural de España se esté abandonando en aras de otra que no es “chicha ni limoná”. Nuestros caserios, cortijos, palomares, casetas de las eras, colmenares, pozos, chozos de pastores, molinos y todas las demás joyas de este mundo rural tan nuestro, se están despreciando, expoliando o como en el caso de los colmenares, dejando que se los trague el monte, los derrumben los osos de criadero, los expolien para que los dujos sirvan de adorno en algún estercolero capitalino o se abandonen sin más por no quedar en el mundo rural quien los cuide con esmero para que no entren sus depredadores naturales y hagan un desaguisado. Señores, la arquitectura de nuestro mundo rural la están borrando. Yo, maldigo in aeternum a los responsables de que desaparezca nuestra rica arquitectura rural consistente en colmenares hechos a mano con piedras o adobes y troncos huecos. Y quienes persiguen a los abejarucos como causantes de todos los males, son unos ignorantes de mala baba, lo que no quiere decir que no se les apliquen las medidas que siempre se aplicaron caso de que causen un gran desaguisado. Pero esos escarmientan rápido. Sí. Ya sé que a ciertos mamporreros e ignorantes bicharraquillos que viven de lo que ignoran, les jode que un cazador de a pie, mejor expresado: un hombre de a pie, escriba o hable de lo que ve. Y les jode porque a ellos les gustaría cantinflear con el tema tal y como lo hacen con el lobo y todo lo demás. Lo de ellos es poner cuatro palabros manidos de esos que dan oxígeno a quienes propician los estropicios (el papel lo aguanta todo). Sepan que lo hacen a fin de que les abonen sus estipendios de buena gana por una u otra vía. Yo, hideputas, amo al mundo rural donde se pierden mis ascendencias y al que jamás deje de pertenecer queriéndolo con toda mi alma. Claro, por tan bajos y abatidos que nos tuvieron y nos siguen teniendo, tuve la desgracia de conocerles a ustedes y quedé anonadado por su baja estofa, su mucha ignorancia, su mala catadura y su cara dura. ¿De qué son expertos ustedes? ¡¡¡LES CONOZCO DE SOBRA Y SÉ QUE NO ME LO PERDONAN!!! Me da igual. Es más, algunos de ustedes están a la que salta cuando la administración hace outsourcing (privatización), para coger contenidos, precarizar sueldos, publicitarse como Fray Gerundio de Campazas (alias Zotes), robar el dinero del pueblo, no hacer absolutamente nada de fundamento salvo enfrentar a la sociedad rural y borrar nuestro legado histórico ensuciando el campo con figuras antinaturales tales como ZEPA, LIC, RED NATURA 2000, PARQUES DE TODO TIPO y la madre que lo parió a todo ello. A ustedes hay que auditarles técnicamente y económicamente. A ustedes hay que vigilarles bajo el apartado del PERFIL DEL CONTRATANTE. Basta ya del dedo. Ustedes no pintan nada salvándonos virtualmente bajo generoso estipendio. Las ayudas del Estado y de Europa, esas que no llegan todas a sus verdaderos destinatarios finales, que son los apicultores, no ayudan a nada. Es más, hay estudios del MAGRAMA sobre apicultura que se hacen de espaldas a los apicultores.
Tal vez debiera de exponerles la producción mundial de miel o por lo menos la de España. Pero eso lo tienen en algunos hipervínculos de este post. En España estamos hablando de una importante producción a la que no se le presta la debida atención. Si tienen un interés especial en saber el número de colmenas existentes en España, la información la tienen en el AVANCE ANUARIO DE ESTADÍSTICA DE 2012 en su página (apartado) 4.3.8 y en el ANUARIO DE ESTADÍSTICA 2011 (Datos 2010 y 2011) también tienen una detallada producción en el capítulo 14. Para escribir o hacer trabajos sobre caza, pesca, agricultura, ganadería y montes, se necesita conocer a fondo todo el mundo rural, pues —por desgracia— hoy, cada sujeto físico, sabe mucho sobre poco y esos cojoespecialistas además de ser un fraude, dan una visión sesgada de los temas que se les encomienda. Estos avances y anuarios que les he citado son tochos de más de mil páginas, pero no se puede opinar sin conocerlos a fondo. De todas las maneras, para quienes quieran estar al día, les recomiendo que entren en la revista digital AGRODIGITAL y en la sección de GANADERÍA seleccionen: APICULTURA. Mis bases de datos abarcan un más amplio espectro debido a que almaceno lo publicado por el Ministerio y otras muchas entidades durante un mayor periodo de tiempo. Pero en este post no trato de deslumbrar a nadie. No. Ni tengo pretensiones de ningún tipo que no sean aquellas que propios y extraños puedan comprobar in situ. Qué va. En este post trato —eso sí— de poner encima de la mesa que los fitosanitarios matan a las abejas y que nadie hace nada al respecto. PUNTO. Bueno, después de esta milonga, no es de extrañar que suban los precios de la miel tal y como lo vienen haciendo. TENGO MIS RAZONES Ni soy un justiciero, ni tengo ningún interés económico en el tema, ni mi pluma la mueven amos que la engrasen con dinero o sin él, ni tengo que ser políticamente correcto ante nada ni ante nadie. No tengo empresas relacionadas con el tema ni amigos en ellas. Y miren ustedes, por no tener, ya no tengo ni edad de merecer. Tampoco soy victimista ni abuso de un discurso manido. No. En contra de lo que parezca, respeto mucho a todas las ramas del saber patrio, pero profeso un odio africano a los filibusteros que utilizan los poderosos para robar nuestro patrimonio material e inmaterial del mundo rural. Yo, señores míos, amo hasta la última brizna de hierba de este mi Solarón Patrio. Este su seguro servidor conoce a fondo las organizaciones venatorias de España y en alguna de ellas se manejan muchos millones por campeones y expertos que debieran de ser sustituidos de inmediato por esos jóvenes talentos que se nos van a Alemania. ¿Hasta cuando vamos a seguir aguantando y pagando a pícaros cervantinos en nuestras filas? ¿Somos masoquistas? ¿Beneficia a alguien la atomización organizativa de lo nuestro? VALE.
Los recuerdos recientes los borro o dejo que se me borren sin prestarles atención alguna. Pero no así los recuerdos de mi infancia y adolescencia. No. Esos los tengo a buen recaudo. A esos recuerdos los mimo y sufro como un condenado cuando vuelvo una y otra vez a sus escenarios y en vez de encontrarme con el decorado y los actores de antaño, me encuentro con unos actores violados o ausentes y un escenario rapiñado. Entonces me sublevo, pero yo soy un hombre solitario y pacífico aun cuando, en algún momento, reconozco que tengo mal temperamento. Como decía don Ramón María del Valle Inclán, soy: viejo, feo, católico y sentimental. Por eso tengo un cierto temor a que Dios no me perdone el no perdonar a los hideputas antes mencionados, pero no puedo evitarlo. Es más, les recordaría sus felonías hasta en el más allá. En mi remota niñez había colmenas en los mechinales de la ya casi derrumbada iglesia de mi santo pueblecito que es Fuente Andrino (Palencia) donde si se fija la gente mechinal a mechinal todavía queda una colmena sin catar. Había colmenas en los agujeros y demás cavidades de aquellos olmos más que centenarios que en Castilla, cuando llegaban a viejos les cambiábamos el género masculino por el femenino (chopas, olmas…). Era una forma de afecto. Pero a las olmas la grafiosis las tiene machacadas y las chopas del río Valdivia, como otras muchas de España, han sucumbido bajo los golpes del hacha criminal empuñada por algún animal. Explorar las chopas y las olmas siempre propiciaba emociones que aún perduran en la memoria. Uno se encontraba nidos de paloma zurita en los huecos o de torcaz en las ramas. Había lechuzas, mochuelos, nidos de picamaderos, cernícalos y todos los que normalmente hacen las aves en las ramas. Pero los huecos eran todo un enigma, pues si metías la mano sin una observación muy minuciosa, a lo mejor la sacabas con un ratón lirón enganchado a ella o con un culebrón que te hacía bajar de la olma como alma que lleva el diablo. Las olmas y las chopas siempre tenían algo en toda época del año. Las colmenas había que catarlas y… en algunos casos no era tarea fácil, pero con gastados utensilios se les quitaba un pico de miel para que no holgazanearan. Siempre me decían en mi pueblo que con las abejas había que tener mucho cuidado, pues son animales que no conocen al amo. Cuando iba a coger para los conejos o a cavar la guindalera y me encontraba una colmena desenjambrada y posada ataba un pañuelo o la camisa e iba a llamar a mi madre para que la metiera en el colmenillo y la buscara acomodo en los escriños de casa. ¡¡Qué ilusión me hacía cuando me las encontraba en alguna guindalera o chopera!!, pues sepan que todos los vecinos de los pueblos de Tierra de Campos teníamos nuestro plantío con olmos y chopos para reponer los travesaños de las conejeras o para podarlos y tener leña en invierno… Tiempos…
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