La caza mayor en el tercio norte peninsular

Resulta monótono repetir una y otra vez que la CAZA MAYOR va a más en el Tercio Norte Peninsular y que la MENOR mengua, cuando no desaparece, quedando únicamente las aves de paso y las de bote con fecha de caducidad procedentes de repoblaciones irracionales que en el caso de los conejos, causan plagas circunstanciales. Pero el grave problema está en que tanto la MAYOR como la MENOR, se gestionan mal. Mejor escrito: NO SE GESTIONAN. Salvo raras excepciones, se cubre ‘el papelón’.


GESTIONAR LO QUE SE DESCONOCE Para explicar la abundancia de la caza mayor en el tercio Norte Peninsular, no hay que ser ningún lince ni llevar a cabo ningún estudio que se salga de lo normal, basta con leer la prensa diaria habitual. El aumento se debe a la cada vez menos abundante cabaña de ganadería extensiva, lo que propicia que se cierren los montes con matorrales convirtiéndolo en una maraña impenetrable. No contentos con lo citado, las explotaciones agrarias van a menos y no se cultivan las tierras que producen poco. Todo ello, y muchas cosas más, hacen crecer el monte al buen albur. Con lo que se desplaza a la caza menor en general dando paso a la mayor en particular. Según Agrodigital de fecha 8-03-10, el escenario 2020 en la UE contemplaba: Menos hectáreas de cereales y mayor concentración ganadera. Concentración ganadera estabulada a fin de controlar mejor las posibles pandemias y las enfermedades endémicas. Pero no estamos ante un problema que afecta sólo a España. Qué va. Agrocope de fecha 3-11-10 decía: «El número de explotaciones agrícolas europeas ha caído un 8% en 5 años». Ustedes me perdonarán, pero el problema no es sólo ganadero o de selvicultura. Que va. En Castilla y León, menos del 4% de los titulares agrarios son menores de 35 años, mientras que casi el 60% tiene más de 55 años. Nos vamos a grandes extensiones agrícolas fuertemente tratadas con productos químicos y a un laboreo agresivo con maquinaría todavía más pesada que la actual, lugares de cultivo que serán desiertos verdes donde no vivirán ni los saltamontes. Puedo abundar hasta la saciedad en informes tanto de montes como agrícolas o ganaderos, pues almaceno en mis bases de datos particulares todo lo que se publica al respecto, además de lo que adquiero por diversos medios. Poco podrá hablar de CAZA quien no conozca la Agricultura, Ganadería y los Montes a fondo. Además, para poder opinar, hay que estar muy al día en la BIODIVERSIDAD con mayúsculas. Temas todos ellos que nunca se terminan de estudiar y que poco o nada sabrá quien no esté relacionado directamente con todos ellos. Y poco o nada sabrá quien sólo sepa de uno. Hoy, todos los temas de esta naturaleza son multidisciplinares. De poco o nada servirán unos planes cinegéticos que no tengan en cuenta lo antes citado. Bueno, en la caza jamás se hicieron planes cinegéticos serios al no existir un patrón de certificación similar a las normas ISO, por citar un ejemplo. De existir y de haber técnicos concienciados y valedores de su profesión, hubieran hecho constar que las perdices se vienen muriendo desde hace 20 años por los venenos de sementera además de por otros que no vienen al caso. Se han hecho estudios a fotocopia. Pero esa ‘cojogestión’ no ha impactado en el crecimiento de la Caza Mayor. Ha llenado los bolsillos de cuatro inmorales y se ha llenado la boca la Administración enseñando cuatro gráficas de colorines diciendo que estaban haciendo algo. ¡¡¡NI hicieron, ni hacen NADA de fundamento!!! Luego se crean asociaciones para convertir en caza de élite a determinadas especies, cuando la verdad es que bien se pueden cazar todas ellas sujetándolas a unas normas de vedas racionales sin cupos radicales en esas especies de caza mayor que propician miles de accidentes de tráfico. Lo malo es que ciertos cazadores se encaraman a las estructuras venatorias para hacer estudios ellos o sus familiares —bajo fuerte estipendio y competencia desleal—. Es entonces cuando nos jode mayo con sus flores. Yo no digo de no poner orden y concierto sobre todo con vistas a los lobos, que tanto desaguisado causan a los últimos ganados no estabulados. Daño éste que no tiene porqué hacerlo necesariamente el lobo. No. Yo digo que si la mano del hombre ha alterado el hábitat, esa misma mano tiene la obligación de encauzar el estropicio que propició.
Sepan que la Administración de cada autonomía de este nuestro Solarón Patrio no gestiona debidamente la caza, ni le dedica los recursos humanos y técnicos que dedica a otras competencias. Entren en cualquier Web y verán que salvo la de Castilla y León y pocas más, la telegestión es la simple obtención de un PDF para rellenar a pluma de ave el mismo impreso de hace 40 años. ¿O no? Y en la mayoría de las autonomías, ni eso. Están como para hincar el diente a la Licencia Única. Ni quieren, ni pueden. EL FURTIVISMO Al principio de la abundancia, nadie pensó que la CAZA MAYOR iba a llegar a tanto y la Administración contrató los servicios exógenos de unos técnicos para su control que poco o nada hicieron salvo recuentos por extrapolación. Pero claro, la Caza Mayor aumentó y no ha parado todavía de crecer. Según La Voz de Galicia de fecha 29-09-10: «La fauna salvaje provocó, en 2009, mil accidentes de tráfico». También sobre este tema guardo una evidencia de todo tipo que en su momento publicaré. Ah, y los técnicos que contrataron en épocas de escasez, siguen ahí con las normas que desde antaño les dan de comer. No han cambiado el chip. Los agricultores y ganaderos de los pueblos, hartos de que les hagan daños las diferentes especies de caza mayor, no ven con malos ojos un furtivismo local o de confianza que —por regla general— es ajeno a los cotos. Sin ambigüedades de ningún tipo, tengo que decir que los furtivos son unos ladrones sin paliativos. También tengo una base de datos que últimamente ya no actualizo tan a menudo por ser noticia repetitiva la cantidad de furtivos que se pillan con las manos en la masa. Furtivos organizados con redes de distribución y agencias clandestinas de contratación.
Los furtivos son como las ratas, cuando se ve una, hay cien debajo. Ahora, cuando ya casi es imposible erradicarlos por estar metidas en el tema gentes de mucho ringo rango, la autoridad competente da palos de ciego o, como en otros casos, actúa por chivatazos de las bandas rivales y, los pequeños, caen como pardales. Si los ganaderos extensivos están hartos de, digamos, el lobo; ni mencionar quiero cómo están los titulares de los cotos que tienen que pagar daños y accidentes de toda la caza mayor. Los cazadores cada vez vamos a menos en lo que a número se refiere. Cosa que no les gusta que se publique a quienes tienen intereses en nuestros colectivos o viven de ellos. Disminuimos sin pausa y sin relevo generacional. Hoy un joven se divierte por la noche y… al día siguiente no puede madrugar. Además, sistemáticamente se ha criminalizado la Caza y eso está causando sus efectos en un País donde los bulos tienen carta de naturaleza veraz y donde los medios de comunicación especializados están atados de píes y manos por la publicidad. NADIE NOS HA DEFENDIDO JAMÁS. Si se erradican los furtivos y disminuyen los cazadores, dentro de poco veremos a la Administración abatiendo jabalíes de oficio. De hecho, ya han empezado con los conejos, los lobos y los jabalíes. No sé si sabrán que en Alemania los cazadores de varios Länders están declarados como grupos de interés social. Y es que la mengua de cazadores unida a la situación de los bosques, es un hecho insoslayable. Es un asunto que, como todo, ocurrió allí antes que aquí. Aquí, en el Norte, no se dan cuenta de que dentro de poco la gente no querrá ir al jabalí ni cobrando. ¿A qué viene esa burocracia que acelera el abandono del rifle o la escopeta? ¿No sería mejor alicientar el tema dando facilidades para evitar a la Administración un gasto innecesario? Batidas efectivas… ¡¡¡La madre que parió a semejante mamón o mamones sin razón!!! Estamos varados en un artificio de la maquinaria burocrática para aligerar los bolsillos de unos y llenar la solapa de medallas a otros que les sirven para el ‘yoteinvito’–‘túmeinvitas’ en esos saraos que se organizan en nuestro Ruedo Ibérico por quienes sin saber de nada, o sólo de un tema, alardean de todo.
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