Las especies exóticas abandonadas pueden terminar en plaga

La SEO/BirdLife llevó a cabo en 2015 el primer censo estatal de dos especies exóticas, la cotorra argentina (Myiopsitta monachus) y la cotorra de Kramer (Psittacula krameri).


Las cotorras argentinas se habían instalado, y ahí siguen, en casi todos los parques y arboledas de Madrid y otras ciudades haciendo nidos que llegan a pesar 200 kg y más, motivo este por lo que se han convertido en un peligro para los transeúntes que sumado al que soportan con los árboles desde hace años, convertirían Madrid en un lugar muy peligroso para pasear por la caída de ramas, troncos y nidos de cotorra, pues anidan en compañía las unas de las otras por lo que convierten los nidos en colonias de ramas amontonadas con muchos agujeros de entrada que un vendaval o una tormenta puede dar con semejante cobijo en el suelo.

Estas aves están catalogadas en España como Especie Exótica Invasora y son transmisoras de enfermedades a personas y otros alados.

El censo de cotorra argentina en Madrid ha crecido un 33% en los últimos tres años.

Los informes técnicos señalan la necesidad de una actuación rápida para controlar la expansión de estas aves por la amenaza que suponen para el ecosistema y la salud de las personas.

El Ayuntamiento de Madrid ultima un plan integral para el control de esta población que incluye el empleo de medios tales como el sacrificio ético y la esterilización de los huevos. No obstante hay quien dice que la mejor fórmula para acabar con ellas es el perdigón de plomo disparado con una escopeta de aire comprimido. Si me lo permiten, les diré que yo personalmente pienso que al principio el sistema daría resultado, no lo dudo, pero en el momento que vieran que las carabinas las mataban, huirían del arma y se pondrían a buen recaudo. Estamos ante un ave que se las ingenia para abrir las jaulas y escaparse o salir de estampida cuando el dueño abre la trampilla de la jaula para darlas de comer o limpiarlas. Es un ave muy bulliciosa, inquieta, rápida y susceptible.

El delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, anunció en la Casa de Campo que el censo de cotorra argentina en los parques de Madrid ha crecido un 33% en los últimos tres años, pasando de las 9.000 registradas en 2016 a las 12.000 que se han contabilizado en 2019, según un estudio realizado recientemente por la Sociedad Española de Ornitología SEO/Birdlife. En 2005, se estimaba que en Madrid había 1.700 ejemplares.

Dadas estas circunstancias, tal y como ha explicado el delegado del Área del Ayuntamiento de Madrid, va a ultimar en los próximos meses un plan integral para reducir y controlar la población de estos alados en la capital. Y lo va a hacer con una batería de actuaciones en colaboración con la Sociedad Española de Ornitología SEO/Birdlife, actuaciones que incluirán el sacrificio ético y la esterilización de los huevos.

«Vamos a poner en marcha un plan para el control y reducción de las cotorras en la ciudad de Madrid, ya que se han convertido en una preocupación para los ciudadanos y hemos recibido muchísimas quejas», precisó Carabante, quien ha subrayado que, para preservar la biodiversidad del ecosistema y la seguridad de los madrileños, «se va a reducir» esta población.

Los servicios veterinarios del Ayuntamiento de Madrid realizaron seguimientos periódicos del estado sanitario de la fauna urbana de Madrid, incluidas las cotorras. Por el momento no hay constancia de casos de personas afectadas, pero las cotorras pueden ser portadoras de algunos agentes patógenos que pueden perjudicar al hombre (zoonosis).

Según diversos artículos científicos, estas aves pueden transmitir enfermedades al ser humano como la psitacosis, gripe aviar o salmonelosis, mientras que a otras aves les pueden transferir afecciones como la enfermedad de NewCastle, aunque son necesarios estudios concretos para determinar el riesgo real de estas infecciones. Según los informes municipales, la biodiversidad de especies de aves y el escaso contacto de las cotorras con las personas —al ser bastante desconfiadas y huidizas— hace que disminuya la posibilidad de transmisión. No obstante, los expertos enfatizan en la necesidad de reducir todo lo posible el número de ejemplares de Myiopsitta monachus.

Aumentaron las quejas vecinales

Por otra parte, dado el carácter gregario y activo de las cotorras, generan muchas molestias a los vecinos con sus ruidos. En 2018 se registraron 209 quejas y hasta agosto de este año, casi se había alcanzado la cifra de todo el año anterior: 197.

Existen informes técnicos para el manejo efectivo de la invasión biológica de las cotorras argentinas como el realizado por SEO/Birdlife para el Ayuntamiento de Madrid y las conclusiones recogidas por la Mesa Técnica sobre Fauna Silvestre en el Medio Urbano organizada por la Asociación Española de Veterinarios Municipales (AVEM), entre otras. Los resultados científicos que sustentan el plan de control son contundentes y cuentan con el apoyo de la Universidad Politécnica y la Universidad Complutense de Madrid.

El plan integral incluirá la captura de ejemplares que amenacen la biodiversidad en las zonas verdes de la capital para, posteriormente, sacrificarlos de forma ética y controlada en centros especializados. También se llevará a cabo la esterilización de huevos, una medida que a la larga mermará la población.

Su tenencia, legal.

Por último, el Ayuntamiento de Madrid recuerda a la ciudadanía que desde 2011, en España, es ilegal tener o adoptar especies invasoras, como la cotorra argentina. Las personas que adoptaron cotorras como mascotas antes de esa fecha están obligadas a mantenerlas hasta su fallecimiento, siendo un delito su suelta.

Madrid eliminará la mayoría de las 12.000 cotorras invasoras que amenazan el ecosistema de la ciudad

La invasión se debe a la moda de los años ochenta y noventa de comprarlas como animales de compañía

El Ayuntamiento de Madrid ha anunciado un plan para cazar y sacrificar a la mayoría de las 12.000 cotorras argentinas que amenazan la seguridad y la biodiversidad de la capital. También se esterilizarán los huevos de esta especie invasora, que se vuelve agresiva y afecta a aves autóctonas como los gorriones. El delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante (PP), ha anunciado el plan en una visita a la Casa de Campo, una de las zonas con más presencia de estos animales: se llevará a cabo en otoño de 2020 y costará entre seis y ocho euros por cotorra, por lo que la factura rondará los 100.000 euros.

«Es un ave que se habitúa muy bien a condiciones que no son las suyas. Se ha adaptado porque es muy inteligente. Además, se alimenta de muchas cosas y aprovecha cualquier resto de comida o vegetal», ha explicado el experto en biodiversidad. El frío, según Soria, no ha podido con ellas porque los nidos son muy gruesos, a pesar de provenir del clima cálido de la selva semitropical del norte de Argentina y sur de Brasil.

Carabante ha señalado que el plan se acometerá cumpliendo la ley de bienestar animal, aún tiene que ultimarse y se prevé que esté listo para ejecutarse en otoño de 2020. Sin embargo, reconoce que no se podrá acabar con todas estas aves que han colonizado Madrid. Lo ideal sería que hubiese cero y así lo marca la ley, pero el Ayuntamiento señala que con una población de hasta 600 el daño «sería mínimo o aceptable».

Dónde hay más cotorras en Madrid

Carabanchel y Moncloa Aravaca, distritos más afectados. La casa de Campo no es mal lugar.

El censo que ha elaborado el Consistorio indica que los distritos más afectados son Carabanchel (con alrededor de 2.300 ejemplares, un 20% del total de la capital) y Moncloa-Aravaca. «No sabemos por qué se concentran en determinadas zonas porque su comportamiento en el medio urbano es desconocido, pero la población está en aumento y se pueden mover de distrito», ha reconocido Soria Carreras.

En 2005 se documentaron 1.000 ejemplares en Madrid, lo que ya se consideró «problemático, porque la población a partir de esa cifra no disminuye sola», ha explicado Soria, quien ha recordado que no se trata solo de un problema de la capital sino también de otras ciudades españolas como Barcelona, Málaga o Valencia.

La invasión tiene su origen en la moda de la década de los ochenta y noventa de comprarlas como animales de compañía. En 2011 el Ministerio de Agricultura las incluyó en su lista de especies exóticas tropicales. Sin embargo, hasta ese momento habían llegado a España unos 200.000 ejemplares. «Acabaron en los parques porque los propietarios se cansaban y las soltaban o porque ellas mismas se escapaban», explica el experto.

"Todo control de animales duele, a mí el primero, pero tenemos que entender que es por un bien superior, que es proteger a la flora y fauna de Guadarrama, las especies que deben estar aquí», ha subrayado este responsable municipal. «No sabemos qué puede pasar si no logramos reducir la población, pero es seguro que desplazará a nuestra fauna y la posibilidad de que un nido cause un accidente grave será mayor», concluye Soria.

Captura con redes y esterilización de huevos

Las aves se eliminarán de dos maneras: la caza y la esterilización de huevos. La primera consiste en capturarlas con redes y trampas en el propio nido, encerrándolas por la noche. Luego «se cazan a mano con guante, antes de que logren abrir otra entrada».

Por otro lado, la esterilización pasa por inyectar aire (u otras sustancias no tóxicas) en los huevos puestos por la hembra para eliminar el embrión. «Si quitamos los huevos la hembra vuelve a ponerlos, pero si los matamos, sigue incubándolos y cuando se da cuenta se va», ha explicado el jefe de servicio de Biodiversidad del Ayuntamiento de Madrid.

"El plan integral incluirá la captura de ejemplares que amenacen la biodiversidad en las zonas verdes de la capital para, posteriormente, sacrificarlos de forma ética y controlada en centros especializados. También se llevará a cabo la esterilización de huevos, una medida que a la larga mermará la población", recoge el Ayuntamiento en la nota de anuncio del plan, en el que se destaca que contarán con la colaboración con la Sociedad Española de Ornitología SEO/Birdlife.

Y España se llenó de aves exóticas

«Para pasear por algunas ciudades españolas hay que llevar una guía de aves del mundo», bromea el biólogo Antonio Román. En una sola caminata por el Parque de Málaga, un exuberante jardín mediterráneo en el centro de la ciudad andaluza, el investigador ha llegado a identificar cuatro especies diferentes de loros nidificando: cotorras argentinas, cotorras de Kramer, loritos senegaleses y loros chocleros.

La invasión se repite por todo el país. Un censo elaborado por la organización SEO/Birdlife en 2015, con la colaboración de 600 voluntarios, calculó unas 20.000 cotorras argentinas y unas 3.000 cotorras de Kramer pululando por las principales ciudades de España. El equipo de Román, de la Universidad de Málaga, acaba de confirmar el rostro del culpable de esta invasión: el comercio legal de especies exóticas.

España importó legalmente más de un millón de psitácidas —el nombre científico de los loros— desde 1986, primer año en el que hay registros oficiales, hasta 2015. Unos 190.000 ejemplares fueron cotorras argentinas, procedentes de Uruguay y Argentina, donde se consideran una plaga agrícola y se capturaban bandadas enteras para venderlas en España como mascotas. Cerca de 63.000 ejemplares fueron cotorras de Kramer, con origen en Pakistán y Senegal. Una vez en suelo español, las cotorras aprendían a abrir sus jaulas y se escapaban o eran directamente liberadas por sus dueños, ante el griterío que organizan dentro de las casas.

«La cotorra de Kramer es muy agresiva y afecta a todas las especies autóctonas que nidifican en huecos, como el cernícalo primilla», explica Román. La especie, que puede vivir unos 20 años, está considerada una de las cien invasoras más peligrosas de Europa. Hace dos semanas, investigadores de la Estación Biológica de Doñana (CSIC) alertaron de que las cotorras de Kramer amenazan la mayor colonia conocida del nóctulo mayor, la especie de murciélago más grande del continente, concentrada en el Parque de María Luisa, en Sevilla. Las cotorras pelean por las cavidades de los árboles y llegan a matar a los murciélagos, destrozando la frágil piel de sus alas. Las cotorras argentinas, por su parte, empiezan a salir de las ciudades y ya han arrasado plantaciones de almendros en el litoral de Málaga, según detalla Román.

La bióloga Lucrecia Souviron, coautora de la investigación, ha escarbado en los archivos de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), un acuerdo que España firmó en 1986. A partir de ese año se comenzaron a declarar las importaciones. Los datos, que no reflejan el mercado negro, muestran que las aves exóticas más introducidas fueron los agapornis, unas especies procedentes de África y conocidas vulgarmente como inseparables, por la costumbre del macho y la hembra de pasar mucho tiempo juntos, atusándose el uno al otro. En 1987, el inseparable cabeza de melocotón fue el ave de jaula más comerciada en el mundo. La demanda de ejemplares para enjaularlos en las casas europeas ha hecho que ahora la especie se considere amenazada en su país de origen, Tanzania.

Sin embargo, los agapornis no invaden los parques españoles, pese a que fueron importados 410.000 individuos. La bióloga explica la diferencia. El 99% de las cotorras argentinas llegadas a España fueron capturadas en la naturaleza. Y lo mismo ocurrió con las cotorras de Kramer (97%). Cuando se escapaban o eran soltadas, ya sabían vivir en libertad. «Los agapornis, sin embargo, están criados en cautividad», subraya Souviron, también de la Universidad de Málaga.

«Se ha actuado demasiado tarde», lamenta la bióloga. En 2005, la UE prohibió la importación de aves silvestres tras detectarse casos de gripe aviar. En 2013, el Gobierno español prohibió además la tenencia y la venta de las dos especies de cotorra, la argentina y la de Kramer, aunque los ejemplares procedieran de la cría en cautividad. Pero ya era demasiado tarde. Las poblaciones asilvestradas son tan grandes que se sostienen solas. Y crecen exponencialmente. «La mejor estrategia de control es la caza con balines, pero a muchas entidades animalistas no les gusta», apunta Souviron. También hay vecinos que han protestado al ver a agentes medioambientales tiroteando aves de vistosos colores en medio de las ciudades, aunque la ley lo permite, según subraya Román.

El trabajo de los investigadores —publicado en Ardeola, la revista científica de SEO/BirdLife— alerta de futuras invasiones y plantea mayores restricciones al comercio de fauna exótica. El lorito senegalés, la séptima especie más vendida en España entre 1986 y 2005, no se considera invasora y su venta sigue permitida. Sin embargo, empieza a nidificar delante de todo el mundo en Málaga, Canarias, Valencia y Barcelona. «Ahora que son seis u ocho ejemplares en Málaga, se podría controlar», opina Román. «Yo soy partidario del balín, porque es el método más efectivo y barato. Otra cosa es que los ciudadanos estemos dispuestos a pagar una parte de nuestros impuestos para estrategias más caras, como su captura, posiblemente para matarlas después de todas formas».

Publicado el primer censo de cotorras argentinas

La cotorra argentina, es una especie exótica invasora originaria de zonas templadas y subtropicales de Sudamérica, tiene una distribución que abarca desde el sudeste de Brasil hasta Argentina, además de Bolivia, Paraguay y Uruguay. Actualmente se ha distribuido por todo el mundo debido a su comercialización como mascota.

Según el Real Decreto 630/2013, por el que se regula el Catálogo español de especies exóticas invasoras, la cotorra argentina está incluida entre las especies cuya posesión, transporte, tráfico y comercio están prohibidos.

Las primeras observaciones de cotorra argentina en libertad en España datan de 1975 en la ciudad de Barcelona, seguida de las ciudades de Málaga y Tenerife en 1978. En España, se han distribuido en los núcleos urbanos del centro peninsular y toda la costa mediterránea.

Para este censo se han muestreado más de 450 municipios españoles, en los que había referencia de la presencia de esta especie y solamente se han encontrado cotorras argentinas en 125 municipios de 25 provincias que se encuentran en 15 comunidades autónomas.

El censo concluye que la población actual de cotorra argentina en España es, al menos, de 16.531-18.693 ejemplares. Cataluña, principalmente la provincia de Barcelona, y la Comunidad de Madrid son las autonomías con mayor población, con más de 2.000 nidos y cerca de 6.500 ejemplares cada una. En estas dos comunidades se concentra el 72% de la población. También es considerable la población de Andalucía, en particular la provincia de Málaga, que con cerca de 3.000 ejemplares acumula otro 17% de la población española. La provincia de Valencia sigue por detrás, con una presencia algo menor.

Madrid autoriza el contrato por 2,9 millones de euros para exterminar 11.700 cotorras, el 90% de la población

Presupuesto de 2,9 millones de euros dividido en tres anualidades, unos 248 euros por cotorra. ¡¡Qué chollo!!

Madrid pondrá en marcha en octubre el plan más ambicioso e integral que haya desarrollado una ciudad española para el control de estas especies invasoras.

La capital es el territorio del país con más población de cotorras argentinas, un censo que ha crecido un 33% de 2016 a 2019, situándose en 12.000 ejemplares.

Madrid da luz verde al plan de control de cotorras más ambicioso e integral que ha puesto en marcha una ciudad española, según ha anunciado la portavoz municipal, Inmaculada Sanz, en la rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno.

El crecimiento exponencial de la población de cotorra argentina y de Kramer en Madrid sitúa a estas aves como un peligro para los ciudadanos, no sólo por las enfermedades que pueden transmitir, sino por los riesgos que entrañan sus nidos en los árboles en caso de caída. Algunos de ellos llegan a superar los 100 kilos de peso.

Además, estas especies son catalogadas por el Real Decreto 630/2013, de 2 de agosto, del Ministerio de Agricultura Alimentación y Medio Ambiente como invasoras, amenazando la existencia de otras aves autóctonas y el ecosistema.

Desde 2017, los informes técnicos de la Dirección General de Gestión del Agua y Zonas Verdes, dependientes del Área de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, recomendaban llevar a cabo una actuación rápida para reducir y controlar su expansión. La población de cotorras argentinas ha aumentado un 33 % de 2016 a 2019, pasando de los 9.000 ejemplares a los 13.000 en Madrid, según figura en el último estudio realizado por la Sociedad Española de Ornitología SEO/Birdlife.

El equipo de Gobierno que lidera José Luis Martínez-Almeida ha diseñado un plan integral de contingencia frente a las cotorras para minimizar su amenaza. Con el visto bueno de la Comunidad de Madrid para actuar, la Junta de Gobierno ha autorizado este jueves el contrato de servicios de control y reducción de esta población y el gasto plurianual de 2,9 millones de euros, IVA incluido, como presupuesto del mismo para las anualidades de 2020 (382.000 euros), 2021 (1,5 millones de euros) y 2023 (un millón de euros). El plazo de ejecución es de 23 meses, iniciando su aplicación en octubre.

El gasto para actuar contra la plaga de cotorras es inferior al que el Área de Medio Ambiente y Movilidad destina anualmente, por ejemplo, al control de la procesionaria, que en 2020 asciende a 2,7 millones de euros, e incluye no solo su reducción, sino también el control sanitario y seguimiento de la población de cotorras que se mantenga. La empresa adjudicataria deberá contar con un equipo de, al menos, 60 personas cualificadas para llevar a cabo el plan municipal.

Captura y esterilización

El objeto de este contrato consiste en reducir la población en libertad de las dos especies exóticas invasoras todo lo posible, hasta limitarla al 10% de su censo actual. Para ello, el servicio se basará en la ejecución de labores de captura de ejemplares adultos mediante diferentes métodos de trampeo y la esterilización y control de sus puestas (esterilización de huevos y colocación de nuevo en el nido de manera que imposibilite una segunda puesta). También se procederá al apeo de los nidos vaciados y su retirada al vertedero cuando se les haya capturado.

La eliminación de nidos como método de control poblacional no es efectiva, así que sólo se planteará en caso de que exista una elevada peligrosidad para el ciudadano o un riesgo claro de daño a la estructura que lo soporta.

Para proceder a su reducción se aceptarán métodos de captura como las jaulas-trampa, el uso de redes o el empleo de carabina de aire comprimido y se estudiarán otras fórmulas planteadas por el adjudicatario.

Estas intervenciones se realizarán de manera coordinada con el Ayuntamiento de Madrid, quien procederá a su seguimiento a través del análisis de la situación antes de las operaciones, así como en el caso de la propuesta de plan de trabajo que presente la empresa, el seguimiento y evaluación del control poblacional, la redacción de informes y las memorias de actividad.

Estudio de la transmisión de enfermedades

El adjudicatario también deberá llevar a cabo el control biológico y veterinario de las cotorras que se mantengan en la ciudad, así como la gestión de los ejemplares capturados. Mensualmente entregará al Ayuntamiento un reporte de las actividades realizadas.

El control biológico de las cotorras se desarrollará con muestreos aleatorios que permitirán comprobar el estado sanitario de las aves y el riesgo real que esta plaga supone como vector propagador de enfermedades. La vigilancia epidemiológica y los análisis sanitarios en determinadas especies de fauna juegan un papel primordial de cara al establecimiento de alertas sanitarias tempranas ante la aparición de brotes de enfermedad, tanto en animales (a modo de centinelas) como en personas.

Análisis previos realizados en el municipio han evidenciado la presencia, entre otros, de agentes infecciosos zoonóticos tales como Chlamydophila psittaci, Escherichia coli enteropatogénica y Campylobacter jejuni, una de las zoonosis alimentarias más frecuentemente detectadas en la Unión Europea en distintas especies de aves sinantrópicas (cotorra argentina, paloma común y patos híbridos). Este hecho pone de manifiesto la necesidad de indagar sobre la presencia de agentes zoonóticos con el fin de conocer los riesgos sanitarios para los operarios y usuarios de los parques y, particularmente y dentro del conjunto de la ciudadanía, los existentes para individuos con problemas inmunitarios o aquellos estratos más jóvenes de la población propensos a infecciones por dichos agentes.

Gestión de ejemplares capturados

Al tratarse de una especie exótica invasora, los ejemplares capturados no pueden ser reintroducidos al medio natural, siendo su destino el sacrificio, que se llevará a cabo por métodos que no contravengan la normativa sobre bienestar animal. La empresa adjudicataria deberá establecer un plan de gestión de capturas que contemple el traslado, los métodos a emplear para el sacrificio de ejemplares, así como la gestión de los cadáveres, debiendo presentar documentación del gestor homologado para los procesos que sea necesario.

En caso de mantener los ejemplares capturados en cautividad por un tiempo, la empresa adjudicataria deberá aportar documentación sobre el lugar de cautiverio para garantizar que se cumple con la normativa de bienestar animal y que los animales se encuentran de manera reglada.

Madrid, la ciudad con más cotorras de España

Madrid es el municipio con más cotorras de toda España. En el censo que SEO Birdlife realizó en 2019 en la capital se localizaron 4.400 nidos de cotorras y su población se estima en torno a los 13.000 ejemplares, lo que supondría casi un 50% de la población nacional.

Su reproducción se ha detectado en todos los distritos de la ciudad, pero en tres de ellos destaca su presencia: Moncloa-Aravaca, Latina y Carabanchel. El lugar de nidificación mayoritario en toda la Comunidad de Madrid es el árbol, sobre todo en cedros.

Las cotorras se han ido convirtiendo a lo largo de los últimos 30 años en un problema para la conservación de la biodiversidad en los parques y zonas verdes de Madrid y en un agente de riesgo para la población por la peligrosidad de caída de sus nidos comunales y de las ramas de los árboles que los albergan, así como una fuente constante de quejas de los vecinos que sufren las molestias ocasionadas por su comportamiento gregario.

Los pocos antecedentes que existen en grandes urbes y de forma sistemática para controlar la población de cotorras se encuentran en la ciudad de Zaragoza. En otros municipios afectados no se ha abordado aún de forma sistemática, si bien se han realizado acciones aisladas en Mallorca, Sevilla, o Málaga.

Fuentes

  • MITECO.
  • Gacetín Madrid (PDCM).
  • EL PAÍS.
  • LA SEO BirdLife.
  • La Vanguardia.
  • HEBER LONGAS /EL PAÍS.
  • /files/docs/www.desveda.info.
  • B.O.E.
  • Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras.
  • NOTICIAS.
  • Asociación Española de Veterinarios Municipales (AVEM).
  • Funcionariado especializado del Ayuntamiento de Madrid.
  • La Universidad Politécnica y la Universidad Complutense de Madrid.
  • Ley de Bienestar Animal.
  • Antonio Román (biólogo).
  • El equipo de Román, de la Universidad de Málaga.
  • La bióloga Lucrecia Souviron.
  • CITES.
  • Ardeola, la revista científica de SEO/BirdLife.
  • Equipo de Gobierno que lidera José Luis Martínez-Almeida.
  • Consejo Superior de Investigaciones Científicas (C.S.I.C.)
  • Consejo Superior de Investigaciones Científicas (I.R.E.C.).
  • El Guadarramista – Tribuna Verde.
  • Universidad Complutense de Madrid Máster Universitario en Zoología. Nidotópica y agregaciones reproductoras de cotorra argentina (Myiopsitta monachus) en la Casa de Campo de Madrid — — Trabajo Fin de Máster — Ernesto Alonzo Durand Laguna — Zoología y Antropología Física – Universidad Complutense de Madrid, Noviembre 2017

Documentacion adicional

Control de la especie cotorra argentina (Myiopsitta monachus) en Zaragoza (merece la pena pinchar y leerlo).

Boletín de la Academia de las Ciencias. (Merece la pena pinchar y leerlo).

Nidotópica y agregaciones reproductoras de cotorra argentina (Myiopsitta monachus) en la Casa de Campo de Madrid (Merece la pena pinchar y leer una tesis bien documentada y mejor razonada)

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