Los osos pardos van en aumento

Tal y como se puede observar en los medios de comunicación locales e incluso nacionales la información no se han hecho esperar, motivos todos ellos por los que a través de: estudios, mapas y gráficas vienen a decir que en la Cordillera Cantábrica tenemos unos 350 osos con claros asentamientos en: Asturias, Castilla y León (provincias de León y Palencia), Cantabria y, por el momento, en una pequeña parte de Galicia (Lugo).


Quienes conocemos a la Administración por dentro y muy a fondo, sabemos que ponerse de acuerdo cuatro autonomías es un tema como este, máxime cuando en ninguna de ellas trataron bien a los lobos, cuyos desencuentros siguen siendo frecuentes, los pagos tardíos, ninguneados y escasos. Y no es ninguna novedad decir la verdad en lo que al oso se refiere, pues es tan dañino o más (depende de la zona) que el lobo.

De momento la señalética itinerante del oso lo pregona a los cuatro vientos de forma certera. De todas las maneras ya no es noticia la que —en su día— adelantó La Voz de Galicia de 06-12-19 dejando bien claro que en la sierra de O Courel ya hibernaban varias poblaciones de esta especie. La Fundación Oso Pardo (FOP) constató la presencia de dos machos que permanecieron en ese territorio durante el pasado invierno —aunque el hecho no se dio a conocer hasta hace poco— y señala que esta circunstancia corrobora que el proceso de recolonización de la montaña lucense por esta especie sigue avanzando de forma satisfactoria para los osos y la Fundación Oso Pardo, pero dejando muchos pelos en la gatera los ganaderos cuyo descontento con la Xunta es más que manifiesto.

La Xunta quiere parafernalia pirotécnica y los ganaderos sólo piden que si les lesionan lo suyo para malvivir tal y como lo están haciendo que por lo menos les restituyan el dinero debidamente peritado a todos efectos. Pero la «Junta de Pagos» debería de estar formada por los sindicatos, los partidos políticos, la Xunta y las sociedades de caza. O sea, por quienes conocen el campo más allá de esa humanización del oso que tanto daño ha hecho a todas las especies en general y a los osos y los lobos en particular. ¡Cada uno debe de ser votado por colectivos debidamente formados y no por sujetos que salen en las noticias de los periódicos por latrocinio y por daño a las esperas de quienes las pagan sobradamente!

Los osos de Courel se expanden con acierto y prosiguen con muy buen tino

Yo creo, que estamos ante unos osos debidamente asentados.

Yo, a Guillermo Palomero no tengo el gusto de conocerle más que de oídas, pero lo que es una verdadera vergüenza, es que al Doctor Ingeniero Superior de Montes, con decenas de libros publicados y además Profesor Universitario de la Escuela Superior de Montes en Madrid, Don José Miguel Montoya Oliver, se le conozca más fuera de España que dentro. Un ingeniero doctorado con experiencia en los montes gallegos… y además es cazador.

Galicia aprende a convivir con los osos pardos

Apicultores, castañeros y cazadores de la sierra de O Courel se preparan para que el regreso de los plantígrados tras 150 años de exilio no cause conflictos

La Fundación Oso Pardo es la coordinadora de un proyecto Life impulsado hasta 2020 por la Unión Europea en los ayuntamientos de Folgoso do Courel, Quiroga, Samos, Triacastela, As Nogais y Pedrafita do Cebreiro. Su objetivo es ayudar a expandir la incipiente presencia de estos animales en uno de los territorios en los que se extinguieron durante la segunda mitad del siglo XIX. Además de organizar cursos y charlas por los pueblos para exponer como una «oportunidad» el regreso de los plantígrados a esta sierra golpeada por el abandono de la vida rural, a los apicultores se les han repartido pastores eléctricos para defender sus colmenas.


Colmenar de piedra y cemento en Velilla de Río Carrión

Es la versión moderna de las alvarizas, abellarizas o cortines, esas construcciones defensivas, de piedra y forma circular, que se usaban antiguamente en Galicia, Asturias y León para salvaguardar los panales y cuyos restos aún son numerosos en O Courel. Dentro del proyecto europeo también se desbrozan puntos de tiro estratégicos para los cazadores de jabalí con el fin de mejorar la visibilidad e impedir que fulminen algún Ursus arctos por accidente.

José Ángel Ibáñez dice ser el apicultor que más ataques de oso ha sufrido en O Courel. Acumula una decena de denuncias y una veintena de colmenas por los suelos. El primer destrozo lo descubrió en 2013, cuando el regreso de esta especie a la zona aún no estaba mi asumido y mucho menos consolidado. Ni los agentes medioambientales se explicaban qué tipo de ser vivo podía haber causado aquellos daños. Seis años después, Ibáñez tiene claro que los plantígrados tienen «tanto derecho» a habitar este paraíso natural como él, que cambió su trabajo en Vigo como comercial de una empresa de calderería industrial por la producción de miel en el alto de la montaña.

El Ursus arctos «no es la solución» a los problemas de O Courel, pero «es una oportunidad», defiende la Fundación Oso Pardo. Puede atraer turismo, explica Ballesteros, no porque los visitantes vengan a ver osos sino porque su presencia es una «etiqueta de calidad» ambiental, un imán, por ejemplo, para viajeros ingleses y franceses que eligen destino «buscando en Internet España y oso». «No queremos atraer el turismo sin más, queremos un modelo sostenible y debemos marcar unas pautas», defiende Marcos Reinoso desde la Asociación de Desenvolvemento Rural do Courel.

Gemma Arza es hostelera y cazadora en la aldea de Paderne: «A mí el oso no me molesta, tenemos monte para todos. Y como hostelera es una ventaja porque puede atraer gente. Y necesitamos gente». No todos los aficionados a la caza piensan igual porque, explica ella, «los hay que temen que se vigile más medioambientalmente y que aumenten los controles».

Ballesteros es consciente de «las dudas y miedos» que el retorno del oso despierta en ciertos sectores, aunque subraya que los ataques a ganado vivo son improbables, pero no es cierto. «El sector de la caza es el que más recorre el monte y el que más probabilidad tiene de encontrarse con un oso, así que nos lo tenemos que ganar», explica.«La mayoría de los tecores [cotos] están a favor, aunque hay alguno que no ha querido que se trabaje en su territorio».

El pasado enero un oso irrumpió en una cacería y los participantes dejaron de cazar, cambiaron de zona y avisaron a los ecologistas. Recibieron hasta una felicitación de la Administración por su comportamiento cívico. «Los cazadores son una realidad del mundo rural que realizan una actividad legal y regulada y tenemos que hacer que sea compatible. Tenemos que explicarles bien que la presencia del oso en un territorio no implica que se prohíba la caza», expone Óscar Rivas, de la Asociación Galega de Custodia do Territorio, que también participa en el proyecto.

En el colegio de O Courel los críos acribillan a preguntas al representante de la Fundación Oso Pardo. «¿Por qué no podemos nosotros dormir durante tres meses como ellos, sin hacer caca ni pis?». «¿Nacen con pelo?». «¿Cómo son de adolescentes?». Ballesteros les cuenta que los osos vienen a O Courel porque estas montañas están plagadas de fértiles bosques, rocas donde esconderse y vecinos «que no les molestan». Si los humanos logran impedir que se coman la rica miel de sus colmenas, estos omnívoros enamorados de los vegetales no pasarán hambre.

La naturaleza en esta sierra les brinda a estos animales de olfato portentoso un banquete de castañas, avellanas y hojas cuando es otoño y, con el buen tiempo, no descuidan en su dieta las hormigas, caracoles y gusanos, pueden darse un atracón de cerezas, arándanos o moras. El proyecto Life también prevé la plantación de 100.000 árboles y arbustos para llenar aún más la despensa. «Se puede aprender a vivir en armonía con los osos», remarca Ballesteros ante los escolares. «Y vosotros sois los que lo haréis dentro de unos años»

Más de 20 años de lucha contra la extinción

En O Courel la presencia del oso pardo se ha incrementado «de forma notable» en los últimos años como consecuencia de la Fundación Oso Pardo. Según los últimos datos del proyecto Life, en esta sierra se han hallado desde 2015 132 registros de sus incursiones en este territorio, un listado que incluye: huellas, excrementos, avistamientos y daños a colmenares. Los análisis genéticos y las cámaras de fototrampeo (con sensores de movimiento) han logrado identificar este año a tres machos distintos.

La población total de esta especie en el norte de España, que en los ochenta estaba a punto de desaparecer, ronda actualmente a los 340 ejemplares tras más de 20 años de trabajo: unos 250 en la zona cantábrica occidental (Asturias, Galicia y León), unos 40 en la oriental (Cantabria y Montaña Palentina) y casi 45 en los Pirineos. En territorio gallego su presencia se centra en Os Ancares.

Las ocho clases de osos que viven en el mundo actualmente

1. Oso panda gigante (Ailuropoda melanoleuca)

2. Oso de anteojos (Tremarctos ornatus)

3. Oso malayo (Helarctos malayanus)

4. Oso labiado (Melursus ursinus)

5. Oso negro asiático (Ursus thibetanus)

6. Oso negro americano (Ursus americanus)

7. Oso Pardo (Ursus arctos)

8. Oso polar (Ursus maritimus)

Libro oficial y atrasado: Atlas y Libro Rojo de los Mamíferos editado por el Ministerio de Medio Ambiente en 2007. Oso Pardo.

Nota final

En este artículo me he basado en la documentación contenida en los medios oficiales, así como en los muy bien actualizados medios territoriales en diversos soportes documentales además de los contenidos en mi biblioteca particular.

Merece especial mención la documentación de Wikipedia y Osopedia con la cual trabajo cada día más y mejor.

Lamentablemente, está muy atrasado el Atlas y Libro Rojo de los Mamíferos editado por el Ministerio de Medio Ambiente de 2007. Entiendo que libros de este o similar contenido debieran de ser bases de datos sujetas a actualización constante. Las citadas bases de datos debieran de estar dotadas de un journal que permitiese a un tercero llevar a cabo las modificaciones incorporadas el día anterior. Pero para algunos es preferible nadar en una confusión que les garantice lo necesario para vivir cada vez mejor. Con la Iglesia hemos topado, Sancho.

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