Confirmado: pésima desveda general (II)

En el anterior post escribí que la perdiz roja iba mal y que la liebre ibérica parece que remontaba un poco. Pues bien. Transcurrido el tiempo que media de la desveda a las fechas del primer temporal de nieve y frío polar de diciembre de 1917, tengo que decir que la perdiz roja ha ido a peor y que los mandamases de los cazadores no se han retractado de esa falacia que decía que la cría había ido bien, según ellos (que mintieron por desconocimiento o protagonismos mal entendidos).


No me alegra nada decir que la perdiz ha ido a peor y que la liebre ibérica ha descendido notablemente como consecuencia de una sequía que ahora, con el temporal de nieve, en vez de estabilizarse pienso que decaerá más, habida cuenta de la carencia vitamínica, la sementera con sus insumos, la continuidad de la sequía, la increíble multitud de depredadores y la ola de frío polar acompañado de nieve.

¿Se retractarán los adivinos? No. Jamás lo hicieron. Ahora venderán con planes de cómo salvar la perdiz roja unilateralmente. Hace más de 20 años que lo vienen haciendo. Hace 20 años que venden crecepelo y a nadie le ha salido ni uno sólo. Eso sí, vestirán el santo de otra manera para seguir cobrando por grandes planes llevados a cabo por grandes científicos que naciendo del engaño mueren en un PowerPoint previo cobro, claro. Otros dicen que es para taponar el agujero por donde se está desangrando el colectivo y que si se quiere carne pues para eso están las granjas cuyos productos pueden ir de la granja a la percha. Y hasta recomiendan que se vede la perdiz. En Castilla y León ya lo han dicho.

Decididamente, tengo que decir, una vez más, que la gestión venatoria en España va de mal en peor. Las granjas de las distintas especies nos han embaucado. Resumiendo, tengo que decirles que el desequilibrio es total. O hay plaga procedente de granja o no hay nada.

Para incidir en una determinada especie animal o vegetal hay que incidir sobre toda la biodiversidad durante mucho tiempo y sin bajar la guardia jamás. En los insumos las multinacionales de la cosa piensan que “para todos café, es lo ideal”. Se les obedece y así nos va. La recuperación de una especie no es reunir a presuntos sabios y poner dinero encima de la mesa. NO. Eso ya se hizo con el conejo de monte auspiciado por la Real Federación Española de Caza y con muchas especies domésticas y silvestres más. Este tema hay que tratarlo en profundidad llamando a las cosas por su nombre y tirando de un saber multidisciplinar partiendo de datos fiables para tratarlos de forma transparente y variable dependiendo de muchos factores a conjugar. Y oigan, señores míos, menos cráneos privilegiados y más saber empírico.

Este año hemos tenido la peor pasa de torcaces de todas las que se recuerdan

Cada año la pasa va a peor, pero este año ha llegado a unos límites inaceptables que dejan muy al descubierto una falta de gestión necesaria así como la ausencia de previsión aprobada por unas administraciones que desconocen el tema en cuestión y que desprecian la modalidad teniéndonos que basar en datos de Francia tales como los del GIIFS, O.N.C., PALOMBE, etc. etc. Pues los datos de España provienen de estudios parciales, demasiado locales y sin continuidad en el tiempo para irlos estudiando en concomitancia con el cambio climático que estos últimos años se ha mostrado en forma de sequía.

La pasa comenzó tarde y terminó más tarde todavía con un golpe de pasa de 700.000 torcaces en dos días no controladas por las estadísticas oficiales de las instituciones venatorias de Francia. Pues el último golpe se produjo el 14 y 15 de noviembre y los franceses dejaron de contar el 10 de noviembre habiendo empezado el 15-10-17. O sea, los franceses no focalizaron bien el periodo de conteo.

La pasa comenzó tarde, se produjo en cuatro golpes de pasa, pasaron sumamente altas y fuera de los puestos tradicionales salvo algunas excepciones que se repiten durante muchas temporadas, pero no se explicitan los motivos por un total desconocimiento técnico deduciendo nosotros que es debido a la cartografía en consonancia con los vientos. Pero este año han pasado sin viento.

Salvo los puestos tradicionales de toda la vida, durante los últimos 30 años se han llenado los montes de puestos sin tener en cuenta las venas migratorias en función de los vientos. O sea: que se entorpecen unos a otros y así es imposible cazar, pues cada autonomía, provincia, municipio y hasta monte comunal ha hecho lo que le ha dado la gana en aras de ganar dinero. PUNTO. El resto son disculpas mendaces de cuatro majaderos que al no encontrar trabajo en lo que estudiaron como “papagayos”, se han metido en lo nuestro para vivir del cuento. Bueno. A esto hay que añadir los molinos eólicos, los cuales al principio se colocaban sin un informe inherente a la biodiversidad. Luego, han seguido sobre poco y ahí están matando toda serie de aves y en el caso nuestro, matándolas y desviándolas sin que ningún ecologista diga nada debido a que las eléctricas subvencionan proyectos de los “pedigüeños” y encima tienen gente muy pudiente en su seño (los de las puertas giratorias).

Los puestos palomeros no se pusieron por bonhomía o filantropía, de eso nada, que se pusieron para recaudar dinero con una usura que ahora se les está viniendo abajo como consecuencia de que más de la mitad no son puestos, ni por encima de ellos pasó una paloma jamás, ni son nada de nada y los cazadores los van dejando. Encima, los endosan sin arreglar, sin seguros, sin nada de nada, prueba de ello es que ya más de la mitad se están quedando vacíos (insisto). Y … los pocos que quedarán si tenemos en cuenta que ya pasan por la costa más del doble que por tierra adentro y que la cifra de cazadores está bajando escandalosamente. Antes les comprábamos y ahora, son ellos los que tienen que vendérnoslos y eso tiene sus perendengues. Tanto es así, que cada año venden menos (vuelvo a insistir).

Las torcaces van en aumento como consecuencia de que son capaces de adaptase a los cambios y de memorizar los peligros hasta hacerse sedentarias en las ciudades, es un ave en franca expansión salvo para cazarlas en las modalidades tradicionales de pasa en el norte de España. Pero a pesar de todo, no es como para quejarse del tercio norte Peninsular para abajo.

Conejos

Las tan traídas y llevadas plagas van disminuyendo debido a que quienes los sueltan para luego tener una granja al aire libre, se han percatado de los daños que hacen en el campo y hasta en las vías férreas. Motivos todos ellos por los que a pesar de que les paguen o subvencionen mallas metálicas, seguros y similares, el problema es que pueden dar con sus huesos en la cárcel y sigue habiendo plagas que no se descastan con la escopeta, no, que para eso dejan utilizar el hurón y el capillo, pero son unos conejos un tanto especiales. Tanto es así, que algunos además de subirse a los árboles, se enfrentan hasta a los hurones y los titulares de cotos y fincas les dicen a los señores ecologistas que las aves aladas depredadoras cambien de dieta o que se los den muertos. Resumiendo, las plagas son explosiones con conejos de granja (el conejo de granja es baratísimo), pero conejos autóctonos dudo que quedé madre para salir adelante, pues la citada “madre” ha sido corrompida por la granja criminal y las sueltas extraoficiales.

No obstante, todavía tenemos plagas incomprensibles en Castilla-La Mancha de las cuales nadie quiere saber nada cuando se vuelven incontrolables y ADIF echa balones fuera. Pero a rebufo de esto, han aparecido en el mercado matabichos profesionales y entonces ya tenemos la pescadilla que se muerde la cola. O un “loop”, que diría algún memo. No obstante, Australia ha liberado (una vez más) otro virus que ahora los mata bien muertos. Lo malo de estos virus es que no suelen circunscribirse sólo a las especies indeseables, ni mucho menos, pues a veces lo hacen sobre otras especies próximas o lejanas.

Becadas

Las becadas han llegado de una forma espectacular, han avanzado y luego —a la vista de la sequía— han retrocedido y se han ubicado en Vizcaya, Guipúzcoa y algunos lugares donde predominan los humedales. Pues buena prueba de ello la tenemos en los resultados de los campeonatos y en las multas a avariciosos e insolidarios que habiendo un cupo de tres, capturan siete o más. Lo que son las cosas, en Álava ya han empezado a fallar. Esperemos que haga más frio todavía en sus lugares de origen, llueva aquí y nos visiten en la pequeña proporción que suelen hacerlo, pues la becada nunca fue ave de grandes perchas salvo en los llamados días de fortuna o desconciertos como el presente. En principio y dada la sequía imperante, parece que no se presenta mal la temporada aun cuando todavía es muy pronto como para hacer vaticinios. Pues he dejado un día de escribir este post y ya me dicen que las de Vizcaya y Guipúzcoa han bajado a Castilla. ¿A Castilla y León?. Lo dudo, pues los pantanos están muy por debajo del 30% y resulta que en Aguilar de Campoo (Palencia) han quedado a la vista antiguas edificaciones que ni los nacidos después de 1960 habían visto jamás. Miren ustedes, por haber hay becadas en las Baleares (como siempre o más) y hasta en la Dehesa Española pero insisto en que la mitificación de la especie está concitando más escopetas tras de ella de las que puede soportar y como hay quien las va a buscar hasta allá de donde provienen, pues tarde o temprano se resentirá su entrada en la Península Ibérica.

Acuáticas

La mayor parte de las acuáticas se han refugiado en humedales, parques naturales y muchas de ellas hasta en las ciudades. Como donde ellas están más cómodas es en los grandes caudales y en los pantanos, las prohibiciones y las trabas en los planes de gestión y en los de constitución de los cotos, documentos vacuos que están llenos de pegas para que no se cacen y quienes las cazábamos con barcas nos han hecho desistir a no ser que lo hagamos en lugares tradicionales tales como los valencianos de la Albufera.

Pero claro, los patitos comen y no hay bicho viviente que resista en unas aguas tan contaminadas como las nuestras, motivo éste por el que Europa se desgañita en que procedamos en consecuencia y los “grandes gestores de España” saben que como no coman las especies llamadas exóticas, unas especies acuícolas que son capaces de resistir hasta en alcoholes, no tendrían nada que fotografiar y observar esos parques, motivo por el cual el cangrejo rojo y el señal, además del lucio, el alburno, las percasoles y un largo etcétera, los gestores quieren que no se les elimine, los ecologistas “chillan de oficio” y las administraciones dejan pasar el tiempo hasta encontrar una solución a semejante problemón. Yo, señores míos, me mato con la razón como pescador y cazador que soy. Es más, en esta misma web tengo un artículo pendiente de publicar donde bajo a detalle de lo que se comen algunas aves.

Para el tema de las acuáticas hay lagunas particulares donde son aquerenciadas las especies en dos o más charcas y pagando tanto por pieza hacen buenas perchas. España siempre fue una tierra de acogida de acuáticas procedente de todas las migraciones además de las muchas no migratorias que hacían las delicias visuales y de morrales en toda España.

Casi todas lagunas, charcas y hasta pantanos de España se han declarado figuras de protección oficial donde no está permitida la caza.

Quienes conozcan pasos, comederos de ánsares y demás aves, pueden hacerse son buenas perchas si pueden sortear las prohibiciones legales, pero ahí entran las excepciones avaladas por políticos cosa que cada vez está peor visto en toda Europa.

Nota final

Me gustaría escribirles sobre la abundancia de algunos fringílidos, de las agachadizas comunes, de los zorzales, de la caza mayor permitida y no permitida en la venatoria Española y hasta de la gaviota reidora que es una especie cazable. Pero me alargaría demasiado. ¡Tiempo habrá!

Lista de especies cazables (muy criticable).

Fringílidos (nos los quieren prohibir).

Aláudidas (algunas se cazan en Francia y otras naciones, pero no en España).

Etc. etc.

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