La mala gestión del ciervo en España

La mala gestión del ciervo en España es consecuencia de múltiples cruces en aras de obtener una cada vez mayor cornamenta para ver quien abate el ciervo de mayor puntuación cuya documentación va a parar a la Junta Nacional de Homologación de Trofeos de Caza. Datos con cuyos resultados todavía no he visto ningún estudio técnico, científico o de cualquier nivel venatorio.


He visto, eso sí, un ranking de apéndices y huesos puntuables. En la directiva del citado ente figuran marqueses, condes, vizcondes, empresarios de gran prosapia, señores de la caza y similares. Y, como no podía ser de otra manera, en el ranking de trofeos de las diferentes especies, además de lo más selecto del país hay también cazadores normales no faltando, claro está, algún torero. Pinchen esta hipervinculación y verán lo que es bueno. Hombre, puestos a valorar en algo la lista, sirve para ver, eso sí, quién trata mejor a los venados para que soporten mejores cuernas. Todo ello sin olvidarnos de las fincas particulares y montes comunales, particulares o estatales donde hay ciervos con una gran cornamenta, caso de que no sean de granja al aire libre o estén estabulados o semiestabulados. Granjas y fincas donde —algunas— han conseguido unos resultados rayanos en lo grotesco ya que confunden el defecto de unas cuernas mayúsculas con un valor típico de la raza digno de encomio, pues a mi modesto parecer tiene que haber, como todo en la vida, un máximo y un mínimo dependiendo de la osamenta.

El ciervo es sumamente abundante en España a pesar de su mala gestión puesta de manifiesto en lugares tales como en los que voy a citarles a continuación de este párrafo. En él voy a hacer especial hincapié en lo precario de la cabaña citando la nevada del año 2015 donde no solo murieron ciervos en los cotos autonómicos y otras figuras legales. Pues por morir, murieron de hambre a consecuencia de la nieve hasta en los humedales de Salburua, «que son uno de los humedales continentales más valiosos del País Vasco, Humedal Ramsar de Importancia Internacional y Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) dentro de la Red Europea Natura 2000». Por cierto, ningún autoproclamado ecologista y la rama de ellos que vive de las subvenciones llevaron comida a los ciervos. Ni mucho menos. Lo de ellos son las manifas, el acoso en las redes sociales, y el know-how de la Pachamama que, a excepción de ellos, no comprendemos el resto de sus ácaros temporales. Ya…

En todos los lugares de la nevada actuó la Administración pertinente tarde, muy tarde y a requerimiento del pueblo liso y llano que —a diferencia de ellos— no se cree ni ejerce de salvador subvencionado para llenar ese gran vacío vital que les distingue del resto de los demás mortales:

España carece de censo de ciervos y de datos oficiales puntuales y transparentes, contraviniendo leyes habilitadas al respecto

El ciervo es la especie reina de la Montería Española cuya explotación necesita una cierta fiscalización económica y replantearse de nuevo la situación para que los cotos autonómicos no sean, en su inmensa mayoría, el coto social de los más ricos, ni un lugar de hacinamiento para divertimento capitalino y de paso que sirva también para visitas guiadas en la berrea.

Ya ven, el Estado, las autonomías y los ayuntamientos comercian con la caza y nos cargan el muerto a los simples cazadores de a pie. Pero estamos en una España donde hay que agradecer a la Ministra que nos reciba un bedel, un asesor o un eventual. Sí, hombre, sí, la señora Ministra también es una eventual. Aquí sólo se les permite a los mandamases de los cazadores que se eternicen en sus puestos y encima acumulen cargos de varios entes donde de forma directa o indirecta dan trabajo a su árbol genealógico o a los hijos de los pilares de la sociedad en la que viven. ¡¡¡Qué sujetos!!! ¡¡¡Y cómo se dirigen al colectivo para cubrir su ego o su buchaca!!! ¡¡¡ Qué venias hacen a los políticos (a alguno se le premió con el más alto galardón de la RFEC), qué genuflexos con todo aquel que pueda sostener lo insostenible, qué facundia, qué prosopopeya, qué discursos, qué proclamas, qué soflamas, qué alegatos, qué peroratas, qué alocuciones, qué sermones, qué tantras, qué progromos, qué comilonas, qué mentiras, qué logros dicen haber conseguido, qué promesas de esas que se las lleva el viento… y todo ello para quedarse en agua de borrajas, salvo para ellos, claro.

¿Cuántos ciervos hay en España?

¡¡¡Ni puta idea!!! No obstante miro el Atlas y Libro Rojo de los Mamíferos Terrestres de España y, aun cuando es un libro de estimas de 2007, nos puede ofrecer una cierta orientación antes de la gran nevada de 2015, lobadas a mansalva, la sarna y males por el estilo. Pues bien. En la página 354 del citado volumen cuyo acceso recomiendo, dice textualmente:

ABUNDANCIA

A principios del siglo XX su área de distribución disminuyó de manera dramática. Posteriormente se recuperó y la expansión territorial fue acompañada del aumento poblacional. Aunque no existen censos fiables para todo el territorio, se puede estimar que en la actualidad el número total de ciervos en España sobrepasa los 500.000 ejemplares. La distribución actual suele ser en núcleos aislados, muchas veces con elevadas densidades que llegan a sobrepasar los 40 individuos/km2, rodeados de áreas de muy baja o nula densidad.

Datos que considero orientativos tirando por lo bajo, pero están sumamente atrasados y de 2007 a 2017 ya ha llovido y escampado. Motivo por el cual me voy al Sancta Sanctorum de los datos del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA) y me sitúo en su ANUARIO DE ESTADÍSTICAS. ¿Dónde mejor? Vamos allá. Bueeeno, nuestro gozo en un pozo. Los datos son un avance de 2016. Así que tenemos que buscar en el anuario de 2015. Resulta que la estadística de 2015 en su epígrafe 12.5.3. contiene los datos de 2013 y dice que en el citado año se hicieron 139.452 capturas en España. La Administración soltó 90 ciervos y los particulares 808. La producción en granjas cinegéticas la cifran en 839 ciervos. Miro en el capítulo 14 del citado anuario titulado EFECTIVOS Y PRODUCCIONES GANADERAS y no figuran las granjas de ciervos. Miren ustedes, si estos son los datos de verdad, con ellos no se puede gestionar nada de nada. No me extraña que Bruselas nos tenga en el punto de mira por nuestras carencias, retrasos y deshomogeneizaciones informativas, además de por otros muchos temas que a su debido tiempo desgranaré el fichero que voy nutriendo con los asuntos de los que me voy enterando siempre y cuando tengan un soporte documental válido. Ah, y no se olviden de que yo escribo con la cámara fotográfica en la mano. No. No soy buen fotógrafo todavía, pero… estoy en ello.

De todas las maneras, la cifra que se baraja es de la existencia de unos 800.000 ciervos en España a día de hoy. Ciervos cuyos daños en la agricultura son insoportables y encima la Administración pertinente paga tarde, mal y nunca. Y si a los citados daños añadimos los accidentes de tráfico, estamos ante un verdadero problema, pero para apuntar soluciones hacen falta datos técnicos actualizados por profesionales de los que se tienen que ir a Alemania, pues los que han venido trabajando hasta la fecha en España ya los conocemos, si bien es cierto que entre ellos hay gente sumamente valiosa tanto a nivel personal, como empresarial y sobre todo entre los funcionarios, profesionales —todos ellos— de la venatoria Española, pero a los mejores les acosan y arrinconan los perillanes.

¿Qué paso con aquel comité de caza y pesca continental que con tanta ilusión y brillante protección se creó en su día y todavía figura en la web del MAPAMA? Pues… no se oye nada al respecto sobre los asuntos que tratan… Un viaje a Madrid de vez en cuando no viene mal para quienes viven en provincias… Ya les contaré en su día cómo se creó y en qué quedó el citado comité. Con decirles que cuando empezó a funcionar a las mil maravillas cesaron a su motor, creo decirles bastante.

Lo que más me ha dolido es que tratándome de enterar del tema me dijeron que haga una oda a la berrea y que ponga que se mandan 4.000 penes de ciervo a Pekín para degustarlos o usarlos como afrodisiacos. Que eso es lo que mola. Que lo otro son deformaciones profesionales mías que no van a ninguna parte.

El hecho de que haya censos o estimas (más bien estimas) actualizadas de los ciervos en una determinada autonomía, dice poco o nada ya que los ciervos no reconocen fronteras y si los técnicos los extrapolan a lo mejor no caben en España o hay que seguir importándolos dependiendo de la autonomía que elijan. Lo malo es que en casi todas ellas hay una mezcolanza de razas que, por la cosa de los trofeos, ha deteriorado en España una de las mejores cabañas del mundo.

Y ya, para terminar este rosario de cuentas infelices, sepan que el desconocimiento del censo enfrenta a los cazadores con la Administración, y a los agricultores con los cazadores, ya que unos piensan que hay muchos y otros que hay pocos y ninguno tiene información cuantitativa al respecto. Por otro lado están las granjas que funcionan de maravilla para el bisnes, siempre y cuando no sean de la Administración o pertenezcan a una empresa creada para hacer outsourcing.

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