Ordenación de la fauna silvestre

Podemos definir Gestión de Fauna Silvestre como «Fomento y mejora de las poblaciones de animales que habitan en el medio natural sin precisar ayuda directa del hombre».


Si dejásemos a un lado el punto de vista técnico, podríamos pensar en tratar de incrementar la densidad de animales indefinidamente, pero esto tiene un límite superior. Para mantener la biodiversidad, y mejorarla, hay que entender la evolución de las poblaciones de animales en conjunto, analizar si el beneficio de unas va en perjuicio de otras y su incidencia en las alteraciones del medio.

Como no podemos dejar a un lado el criterio técnico y profesional, hay que establecer planes de ordenación en los territorios para llevar a cabo un aprovechamiento sostenible. Una ordenación cinegética es una planificación del recurso de fauna silvestre, lo que conocemos como plan técnico que es un requisito indispensable ante la administración para habilitar el ejercicio de la caza. En dicho proyecto, se recapitula la información necesaria para la gestión.

Se elabora el censo de las especies presentes de fauna, sea o no cinegética, y también se cuantifica la flora que será aprovechada como alimento y como refugio por la fauna. Se hace la descripción del territorio, mediante la geomorfología, el clima, el monte, los cursos de agua, los humedales y la cartografía.

Se establece un plan de actuación en el que se detallan las especies cazables y su cupo en cada temporada, así como las mejoras del medio necesarias para su fomento. Para ello uno de los aspectos a tener en cuenta, que debemos resaltar como fundamental, es el uso del suelo y distribución de la vegetación, que determinará que especies son aptas para vivir sobre él y las interacciones entre las mismas, según las características anteriormente mencionadas. Todo esto, de cara a llegar al optimo poblacional de cada especie en un equilibrio conjunto, para lo cual se establecerán plazos de ejecución.

Cuanto menos se generalice en la atribución de usos del suelo y más subcategorias se establezcan, más preciso será el plan de actuación que establezca la ordenación cinégetica.

A modo de ejemplo en un coto típico podríamos subdividir en: Zona urbana, vías pecuarias, masas de agua, bosques, matorrales, pastos y cultivos:

  • En la zona urbana es interesante especificar los puntos de acumulación de residuos o vertederos.
  • Las vías pecuarias hay que categorizarlas según el tipo de carretera, vía de tren o camino que sea. Las carreteras son un fenómeno de perturbación para la fauna, las autopistas y autovías son cortes en los corredores ecológicos. En todas ellas se producen accidentes con la caza mayor. Aunque se está intentando desarrollar pasos para fauna en estas vías, tienen poco éxito, solo suelen frecuentar estas alternativas de cruce especies oportunistas, como por ejemplo zorros y jabalíes. Los caminos rurales si bien son fundamentales en la gestión del territorio también son vías de intrusión, por lo tanto es muy importante el control de los mismos para desarrollar y compatibilizar actividades al aire libre.
  • Las masas de agua se pueden categorizar: Fuentes y manantiales: Sirven como puntos de agua aprovechables por los animales. Arroyos permanentes: para la fauna equivalen a varios puntos de agua y además variables, lo cual es muy importante para evadir predadores, ya que estos aprovechan cuando existen pocas zonas de agua para aguardar a sus presas en su rutina de ir a beber al mismo lugar. Arroyos estacionales: No tienen agua en la época de sequía. Ríos, lagunas y embalses: en ocasiones suponen barreras de paso.

Lo anteriormente mencionado son generalidades, hay muchas más tipologías hidrológicas específicas las cuales albergan una gran biodiversidad como los humedales por ejemplo.

Las poblaciones de fauna silvestre en el tiempo sufren un proceso de evolución ligado a diversos factores de modificación del ecosistema, ya sean modificaciones de la biocenosis o modificaciones del biotopo. Estas modificaciones pueden estar relacionadas con prácticas antrópicas (ganadería, agricultura, deforestación, extracción de madera, minería, caza incontrolada…) o bien con fenómenos naturales (fenómenos atmosféricos, incendios…).

La antropización del medio natural surge por la presencia en mayor o menor medida del ser humano, en cualquier caso esta presencia implica cambios de diferente intensidad algunos beneficiosos y otros perjudiciales. En el escenario actual el mantenimiento y mejora de poblaciones animales saludables implica una gestión y manejo sostenible correcto basado en los resultados obtenidos en investigaciones científicas y en el análisis histórico de su evolución.

 

Este post es un extracto del segundo capítulo La escasez de fauna silvestre del libro: Reflexiones sobre La Caza. Beneficio medioambiental que reporta. Su ejercicio, su cultura y su arte.

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