Para ser Cazador. La Caza según Ortega y Gasset

Que un joven cazador deba tener unos conocimientos sobre las armas que utiliza y sobre la fauna, cinegética o no, no es discutible, es una exigencia razonable al ciudadano que ha decidido practicar este deporte.


Pero hay un paso previo para la elección de este deporte, paso que es íntimo, y que se sintetiza al preguntarse: ¿Qué es la caza? ¿Qué es ser cazador? Ortega nos contesta a estas preguntas en su librito Sobre la caza y los toros —es un texto de poco más de 150 páginas, que en la parte correspondiente a la caza reproduce el prólogo magistral que hizo para el libro Veinte años de caza mayor del Conde de Yebes—. Es muy recomendable la lectura y el análisis de este libro, que para la educación básica de los adolescentes, futuros cazadores o no, supone una gran contribución para su formación. El texto aporta conocimientos generales de filosofía, analiza la felicidad y diversión del ser humano, así como la ética y la razón en la caza a lo largo de la historia de la humanidad, y ahonda en el origen del hombre que fue cazador. Además del contenido cultural y filosófico útil para todos los lectores, el ensayo es una herramienta de comprensión hacia la actividad cinegética, con la que algunos cambiarían su punto de vista negativo hacia ella, opinión negativa que está presente en algunos sectores de nuestra sociedad. El autor nos habla de que la caza es más que una diversión, es una dedicación de la que obtenemos felicidad, ser feliz es la vocación de toda persona y dedicarse, dedicar parte de la vida en mayor o menor medida, a algo es patrimonio del ser humano. El hombre, en la caza como deporte, no renuncia a la elegancia de su ética que es consustancial a su humanidad… de la cual carece el furtivo, sabe que la caza siempre es un bien escaso, que hay que buscar y que siempre hay que cuidar para su conservación. El cazador, en la búsqueda de la pieza venatoria, establece con ésta una unión casi mística, y se comportará como ella para sorprenderla. Y como el filósofo será un hombre alerta; su mirada, en el monte, será analítica y constante, no puede desfallecer. Puede descubrir al venado que desea al cabo de muchas horas de recechar, cuando a pesar de estar casi extenuado no decaerá en el empeño de su búsqueda, porque sabe que contra lo que más ha de luchar es contra la ausencia de la pieza… Así es la caza, así será el futuro cazador.
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