Trabucazo de rebienvenida

Cierra los ojos e imagínate arriba en el monte, de pie sobre una piedra, la cara levantada y los brazos abiertos.


Siente la fuerza del viento sobre tu rostro. Huele a jara y a tomillo. Respira profundamente y toma fuerzas para seguir, el perro por delante, detrás de las perdices. Si sientes algo parecido a la felicidad, bienvenido.
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