¿Cambio climático?

Estamos aquí gracias a un cambio climático. Al que se debió de producir hace millones de años y que hizo la Tierra un lugar habitable, se entiende. El cambio climático se ha puesto de moda. El calentamiento global es imparable, los polos se van a deshelar, el interior se va a convertir en litoral y muchas especies van a decir adiós. Si no, asómense a cualquier diario, sintonicen cualquier emisora, enchufen el ordenador y naveguen un rato.


El cambio climático ha escalado posiciones en la setting agenda. Fíjense, que el otro día hasta oí a un señor que le decía al camarero: «Oiga usted, por favor, cámbieme la sopa, porque ésta tiene un cambio climático dentro».
Será que soy un escéptico, pero yo no tengo muy claro eso del cambio climático. Manuel Toharia nos ha advertido de que la evolución del clima ha de estudiarse en intervalos de 30 años, por lo menos. Por lo que un invierno seco y cálido o un verano húmedo e inusualmente fresco no bastan para afirmar que se nos hunde la Tierra; habría que tener 30 seguidos. Y estaremos todos de acuerdo en que éste no es el caso. No parece que se den los indicios suficientes como para hablar en serio de un cambio climático. Yo mejor prefiero pensar en los hábitats que destruyen las vías de alta velocidad que se nos construyen alrededor, en el impacto de las desaladoras que se nos prometen, en las nuevas autovías que destrozan riberas y querencias de aves protegidas, en las urbanizaciones de lujo «en el medio natural» que prometen las constructoras a precio de oro… El cambio climático, como bien dice alguien hoy en la prensa, debe ser cosa de la Ciencia, pero el destrozo diario que nos rodea, eso debe ser asunto de todos. No me considero legitimado para rasgarme las vestiduras por el cambio climático cuando me muevo en moto o coche, me encanta viajar en avión, se me olvida desconectar el televisor cuando salgo de casa y dejo encendido el led del stnad-by o cuando paso de repostar biodiésel porque me fastidia que me lo cobren al mismo precio que el gasoil. Podría hacer propósito de enmienda, cierto, y me comprometo a ello, pero no estoy dispuesto a alarmar por alarmar. De todos modos, como decía al principio, el hombre está aquí gracias a un cambio climático, pero la Tierra no se hundió, el mundo no se vino abajo… El planeta no saltará por los aires, no estallará como en un cómic futurista; esto se hará inhabitable para nosotros y otros que ya estarán aquí nos desplazarán. Entonces, el mundo será de ellos y el hombre no se lo habrá cargado; simplemente, se habrá autodestruido.
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