Ingeniería de la tórtola

Con la verdad por delante


Actualizado
  Tórtola
Tórtola

Definitivamente, y con perdón por el exabrupto, los cazadores no sé si somos gilipollas o simplemente tontos del culo. Nos hemos acostado siempre con el enemigo. Nunca estuve en ninguna Reunión, Curso, Coloquio, Seminario y otros saraos en torno a la caza, en la que no fuera obligado invitar a algún mamarracho para jugar a la contemporización con el ecologismo de alpargata o con los ecolojetas de la peseta. Ambos llevan yendo tras la tórtola desde hace muchos años. Ahora ya lo han logrado, y el dinero comienza a fluir hacia sus arcas, y a la de tantos funcionatas de los variopintos organismos públicos de la cosa.

El ecolojeta siempre traiciona: ¡No te acuestes con tu enemigo, idiota!

Me explico: he ido a cientos de rollos de caza, y siempre hubo ecolojetas; también he ido a cientos de rollos ecologistas (sí, desde los tiempos de Franco, cuando apenas éramos unos pocos y no convenía serlo, y menos siendo Ingeniero de Montes, pero con el ecologismo de aquel entonces bien distinto de este «ganado cerril» de ahora). He aprendido con el tiempo dos cosas: que a las reuniones ecologistas no se invitaba nunca a los cazadores, y que el ecolojeta siempre traiciona: ¡No te acuestes con tu enemigo, idiota! Ni agua al enemigo y menos aún al traidor. Por esto digo que hay que ser o gilipollas, o tonto del culo, o las dos cosas a vez (lo más probable es esto último), para hacer lo que hemos venido haciendo: no saber ni siquiera quiénes son los nuestros. Amanecíamos haciendo la cucharita con los de la SEO y otras mamandurrias «sin fines lucrativos».

Photocall

Nos han derrotado. ¡Gol por toda la escuadra! porque nuestros presuntos y presuntuosos líderes son, simple y llanamente, unos paletorros crecidos y hartos de pan. En los últimos meses: arruí, tórtola, parany, fringílidos… ¿Alguien da más? Sí, ya sé, condenas, declaraciones, estudios de parte, convenios, reuniones con algunos altos cargos de la pesebrera… Photocall: qué sonrisas, qué felicidad, cómo nos quieren, cómo nos queremos, nada como el amor, el diálogo y el consenso, lo políticamente correcto… ¡Pero qué pandilla de paletos, coño! ¿Cuándo os hartaréis de hacer el ridículo? Por cierto: qué viejos y qué feos salís en el photocall. Cuando había fotógrafos en los pueblos, las más feas aparecían siempre sonrientes y «ofresías» en sus polvorientos escaparates.

Perdedores

Tendréis todo perdido mientras juguéis con sus cartas

Tendréis todo perdido, mientras juguéis con sus cartas; mientras os dejéis encerrar en ese terreno, de apariencia científica y siempre fácilmente manipulable, en el que lo cualitativo, lo opinable, lo especulativo y la dialéctica priman, y en el que el enemigo se mueve como pez en el agua. Un enemigo que juega con cartas marcadas: mensajes sencillos, claros, lineales, mil veces repetidos, y que se han convertido previamente en mantras sociales a través de las escuelas de cualquier nivel y de los medios de comunicación social.

Por eso he titulado Ingeniería de la Tórtola, porque hay que pasar urgentemente, desde ese tingladete para garrulos y mangantes, a lo cuantitativo (medible), a lo seguro (ratificable) y a lo difícil (cálculos estructurales), y dejarse ya de más paparruchas que nos andan llevando a donde estamos, y encima lo peor está todavía por venir ¡Agarraros que hay curvas! Como las feas del fotógrafo, os acabaréis casando, sí, pero con la Iglesia.

Ya lo sé, alguien se contestará, «este va a lo suyo, a arrimar el ascua a su sardina». Pues no, esas me las como en espeto y en Málaga. Ya dije hace años lo que acabaría pasando, y que nadie me tire de la lengua, porque los peores enemigos que tuve entonces fueron esos mismos cazadores que ahora lloriquean por los rincones, como la Zarzamora, y claro, ahora ya es tarde. Hala: censitos los unos, zoología de catón los otros, mejoritas y bebederos, una de enfermedades, caza sí caza no, el cazador es el mejor ecologista, es cosa de Bruselas, hay que unirse, la culpa es de los agricultores, en el coto de mi pueblo… ¡Joder, qué patio!

Coeficientalización de la tórtola

Bueno, por si a alguien le sirven para algo, nunca nadie ha podido contestar a estos datos técnicos, base del cálculo estructural en la Ingeniería de la Tórtola, que he defendido en múltiples publicaciones, foros y proyectos sobre la tórtola (total pa-ná):

Datos generales

Seis datos generales deberían ser objeto de consenso en mesa de expertos. Los que proponemos e investigamos hoy para la tórtola son:

  • Coeficiente de equivalencia: 0,3 (Dato de naturaleza sociológica).
  • Captabilidad específica: 0,0346 (Dato de naturaleza técnica).
  • Tasa básica: 0,2515 (Dato de naturaleza ecológica).
  • Coeficiente de foraneidad: 1,5 (Dato de naturaleza técnica).
  • Variación de ordenación: 0,05 (Dato de naturaleza ecológico-técnica).

Datos locales

Datos de naturaleza inventarial, sometidos a ensayo y error (modelo heurístico) y por tanto revisables a la escala local de cada coto. Presentes en el manejo de cualquier especie migratoria, y por tanto en la tórtola, son:

  • Coeficiente sociológico: Tipología social de los agentes que captan.
  • Coeficiente de cazabilidad espacial: Dato de naturaleza ecológico-técnica.
  • Coeficiente de periodicidad: Dato de naturaleza técnica.

Conclusión: ¡A por ellos!

Europa habla de modificar el manejo de la tórtola sin saber ni de lo que habla

Ustedes, mis queridos amigos, seguramente no se han enterado mucho de este rollo un tanto pedante de la coeficientalización, ¿verdad? Pues mucho menos se enterarían los bruselinos, los científicos de salón, los ecolojetas de la peseta, o los rastras de la alpargata al Cabrales. Ahí es en donde hay que darles, a golpes de Ingeniería pura y dura, de cálculos estructurales, que luego no nos valdrá el decir tarde, mal y nunca. ¡Ay!

Europa habla de modificar el manejo de la tórtola sin saber ni de lo que habla; pues bueno, pues a tomar la delantera y a hacerlo, que ahí siempre ganaremos, porque la verdad esta del lado de nuestro entrañable colectivo, formado por la mejor gente que es posible encontrar por el campo. A todos y a cada uno nos ampara la verdad, y nuestro deber es hacerla valer. Dejemos de dormir con el enemigo, de salir en el Photocall, y cojamos el vitorino por los cuernos. ¡Olé!

Comparte este artículo

Publicidad