Especialistas en Control de Predadores

La Ley de Caza de Castilla y León, promulgada en 1996, rescató una figura muy interesante para la gestión de la caza: el Especialista en Control de Predadores (Art. 50). Se trata de una versión moderna, más técnica y civilizada, del histórico y montaraz alimañero. Los aspirantes deberán superar una serie de pruebas de aptitud, que se definirán reglamentariamente, para conseguir el título. Después de más de 8 ocho años de promulgada aquella Ley, aún no se ha desarrollado y no sabemos por qué.


No obstante, será muy difícil de alcanzar la eficacia en campo del antiguo alimañero, ya que ciertos supuestos, entonces determinantes,como la hambruna, hoy no se dan. Aquellas pesetas que daban los ayuntamientos eran recompensa suficiente como para pasar varias noches al raso hasta que,por fin, entraban el lobo, o el zorro. Además de los guardas, el especialista será la única persona autorizada para controlar especies cinegéticas predadoras en época de veda, y especies no cinegéticas también durante todo el año, pero, no sólo con armas y procedimientos normalmente permitidos, sino con algunos que habitualmente no lo están.

El especialista en predadores es un elemento muy interesante que deberían incluir, al menos, en las comunidades autónomas donde aún estén a tiempo, porque no hayan desarrollado su ley de caza. Es un experto a potenciar ya que, a través de él, se podrán regular procedimientos y formas de control de predadores, que son únicamente eficaces si se hacen con medios y maneras que hoy están normalmente prohibidos. Entre ellos, yo me atrevo a apuntar, utilización de armas con determinados calibres que son eficaces para abatir córvidos a la única distancia a la que nos permiten dispararles, posibilidad de poder hacerlo desde el vehículo,dispositivos de visión nocturna para control de zorros, utilización de productos atrayentes, de reclamos vivos, y de todo tipo de artilugios de captura en vivo que es necesario homologar. Cualquier medio para evitar el indeseable veneno.

Más que los medios, creo que lo que necesita actualizarse es la mentalidad cicatera que existe en algún administrador de la caza, para que autoricen el control de especies que ahora resultan sagradas

Más que los medios, creo que lo que necesita actualizarse es la mentalidad cicatera que existe en algún administrador de la caza, para que autoricen el control de especies que ahora resultan sagradas. Por supuesto que si en Extremadura, por poner un ejemplo, el lobo es una especie en peligro y casi extinguida, no se le va a permitir a nadie abatir un solo lobo. Yo sé que suena a barbaridad que se proponga el control, por captura o muerte, de azores, meloncillos, o lobos, en aquellas comarcas donde son legión y tienen acogotadas a las poblaciones faunísticas, tanto cinegéticas como protegidas. Porque no se olvide nadie que antes que a la perdiz, ponen en peligro a la curruca, al carricerín o a la ganga y a la ortega. Y en aras de una buena gestión de la fauna habría que proponerlo sin ningún rubor en muchos territorios españoles, porque sería una buena medida de ayuda para esa otra fauna desvalida, que parece no encuentra protectores, y está en el límite de la subsistencia.

El antiguo alimañero estaba amparado y estimulado por las Juntas de Extinción de Animales Dañinos y Protección a la Caza, creadas bajo los auspicios del Ministerio de Agricultura por Decreto del 11de Agosto de 1953, que estableció su constitución y funcionamiento.

La Ley de caza de 1834 y posteriormente la de 1902, de cuyo desarrollo es el decreto citado, premiaban la caza de los que llamaban animales dañinos y liberaban de impuestos a Foxterrier y Basset que se dedicaran a cazar aquellos. Se incluían entre los dañinos a lobos, zorros, garduñas, gatos, tejones, hurones y rapaces entre otros. Se permitía su caza durante todo el año, aunque sin armas de fuego en época de veda, para evitar que so pretexto alimañero, se cazaran especies de cazuela. Los alcaldes estimulaban su caza premiando, p.e. la loba con20 ptas., la zorra con 10 y las aves de rapiña con 4 y 2 ptas. según fueran iguales o inferiores al milano.

Esta medida que vista hoy parece una burrada para casos concretos, por cuanto se premiaban también especies, ahora en peligro, como el lince, y algunos grandes rapaces, no hay miedo de que se repita, ya que ahora se tienen conocimientos exhaustivos sobre densidad y evolución poblacional de todos los predadores y no existe ningún sentimiento de exterminio, como existía entonces. Hoy hablamos de controlar el exceso poblacional, pero nunca de acabar con ningún predador en el territorio, pues somos conscientes de la necesidad de mantener los predadores que puedan convivir en equilibrio con el resto de la fauna que conforma el ecosistema.

A los futuros Especialistas en Control de Predadores habrá que explicarles claramente que se trata de equilibrar poblaciones, únicamente allí donde sea necesario. Que no se trata de ningún 007 dela caza. También, que un exceso de celo en el control de predadores dará argumentos gratuitos a los fundamentalistas anticaza, que ya han criticado al especialista sin que haya salido al campo.

Con igual criterio, será necesario explicar a ciertos funcionarios enemigos de la caza, cual ha sido el sentido y la filosofía del legislador para crear esta estupenda figura de gestión cinegética. Sería una pena que el asunto se quede en un nuevo parto de los montes, por la interpretación sesgada de aquéllos, a la hora de desarrollar y aplicar en campo las funciones del especialista.

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