Los cazadores, ¡siempre ojo avizor! «mirar y mirar y remirar, como aconsejaba el conde de Yebes» y siempre transitando por el campo, somos los mejores observadores para informar sobre lo que nos solicitan los técnicos y nuestros gobernantes. Como amantes y usuarios de la naturaleza somos unos vigilantes excepcionales de la fauna, viva o capturada, y conocedores de algunos síntomas de enfermedades, pero muy superficialmente por la mayoría de nosotros, aunque en nuestro gremio de la caza hay muchos técnicos y científicos conocedores. Nuestras ganas de colaborar no tienen más posibilidades que las de transmitir lo visto, fotografiado y observado, que nos resulte extraño, que es lo que nos piden e intentan dirigir con la normativa de esta Guía de Vigilancia Sanitaria.
Quienes tienen que dilucidar y dar resultados son los técnicos conocedores de la sanidad animal, entre quienes por supuesto hay muchos cazadores titulados. Solicitan nuestra colaboración y también las de agentes forestales y de medio ambiente, agricultores y ganaderos, aficionados a las aves, micólogos, senderistas, y amigos de la naturaleza en general. En una palabra, de quienes transitamos por el campo y sabemos identificar a las especies y a sus crías y conocemos facetas de su comportamiento natural.
La guía ha sido elaborada por el grupo de investigación de Sanidad y Biotecnología (SaBio) (Gortázar Ch. y Höfle Ú. del IREC-CSIC-UCLM) y la colaboración de Arnal M.C. de (UNIZAR), para el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA). En la introducción nos invitan a participar: «Los cazadores y demás usuarios del campo se preocupan por las especies cinegéticas, por la fauna no cinegética y por el medio natural. Son, además, por su constante presencia en el campo y por sus conocimientos, los mejores vigilantes de la sanidad de la fauna silvestre. El objetivo de esta guía es asegurar la detección temprana de enfermedades importantes que afectan a la fauna silvestre».
La guía alerta del posible encuentro de crías en el campo que están camufladas por sus padres y no están abandonadas, luego no hay que tocarlas: corcino, lebrato y algunas rapaces nocturnas son los más habituales. También enseña a manipular animales heridos, con los que hay que tomar precauciones de transmisión de enfermedades o de agresión por parte del animal herido. Orienta sobre la recogida de cualquier animal, que requiere precauciones concretas.
Para una situación de accidente por irrupción de una especie silvestre en la calzada, la guía recomienda un protocolo de actuación para seguridad del tráfico, pero la manipulación de los animales muertos corresponde al personal especializado de carreteras. También nos especifica cuando se trate de un animal moribundo o varios muertos recientes en cualquier punto, la conveniencia de señalizar, tomar referencia y fotografías y con el GPS del móvil establecer la situación. No se trata de hacer un protocolo si se encuentra uno un animal muerto o varios conejos, por poner un ejemplo, pero sí que advierte la guía: «Ante la situación de reemergencia de la peste porcina africana en el centro y este de Europa, se debe prestar especial atención al hallazgo de jabalíes muertos o moribundos. En todo caso, si tiene duda es mejor que se comunique el hallazgo a las autoridades, que serán los que decidan sobre la gravedad del caso».
Enfermedades relevantes de la fauna
Algunas de las enfermedades más importantes, según los autores de la guía son las siguientes:
JABALÍ.— Peste porcina africana. Peste porcina clásica. Enfermedad de Aujeszky. Fiebre aftosa. Tuberculosis. Cojeras y artritis. Garrapatas y enfermedades transmitidas.
LAGOMORFOS. (LIEBRE Y CONEJO).— Enfermedad hemorrágica del conejo. Mixomatosis. Tularemia y Yersiniosis. Sarna. Garrapatas y enfermedades transmitidas.
RUMIANTES.— Tuberculosis. Fiebre Aftosa. Cojeras y artritis. Pasteurelosis. Queratoconjuntivitis. Sarna. Garrapatas y enfermedades transmitidas.
CARNÍVOROS.— Tuberculosis. Moquillo. Enfermedad de Aujeszky. Sarna. Garrapatas y enfermedades transmitidas.
AVES.— Influenza aviar. Enfermedad de Newcastle. Fiebre del Nilo y otros flavivirus. Botulismo. Esquema de las principales enfermedades en aves silvestres
Vamos a trasponer desde la guía algunas referencias a la definición y causas de las enfermedades, a su situación en España, importancia del animal y tratamiento recomendable de actuación en casos concretos de coincidir en algunas situaciones. Lo hacemos para las dos enfermedades más peligrosas para la ganadería, la caza y el mundo rural: Peste Porcina Africana y tuberculosis. Para las demás enfermedades hay que ir a la guía donde vienen todas ellas descritas también.
Peste porcina africana
Según el Dr. Gortázar, la PPA es junto a la Tuberculosis una de las enfermedades más peligrosas e importantes a citar. Es una de las enfermedades más indeseables para el gremio cinegético y la España vaciada. Según cita literalmente la Guía, «la peste porcina africana afecta exclusivamente en Europa a suidos: cerdo y jabalí. El virus de la peste porcina africana (PPA; Asfivirus) es muy resistente en la materia orgánica y en sangre. En España está ausente, pero hay un elevado riesgo al estar presente en Centroeuropa.
»Esta infección no es transmisible al hombre. Se trata de una enfermedad de gran importancia económica para el sector porcino y cinegético. No tiene un impacto importante en conservación. En zonas afectadas por la enfermedad —España se encuentra libre— se limitan los movimientos de jabalíes vivos y de sus productos, los cazadores no pueden cazar en determinadas modalidades y las actividades de turismo campestre se prohíben, con lo que el impacto sobre las zonas rurales afectadas es enorme».
Las modalidades de caza que puedan provocar la dispersión de las manadas y la enfermedad, como monterías, batidas o ganchos, se prohíben de inmediato en el espacio de influencia donde apareciera la enfermedad.
Tuberculosis
En este caso estamos ante una enfermedad endémica que pasó en su día de la ganadería doméstica a las especies silvestres, que hicieron de reservorio y más tarde intercambiaron la enfermedad ya en ambos sentidos entre las poblaciones silvestres y las ganaderas al coincidir ambas en los territorios naturales. Según notifican en la Guía, «la tuberculosis animal se produce por la infección con la bacteria ácido-alcohol resistente Mycobacterium bovis y otros miembros del complejo Myco-bacterium tuberculosis, como M. caprae. Diversas especies silvestres (jabalí, ciervo y gamo así como tejón, lince y oso) y domésticas (bovino, caprino, ovino y porcino) pueden infectarse y actuar como mantenedores de la infección, dependiendo de las circunstancias. Pero todos los mamíferos pueden infectarse esporádicamente. La tuberculosis está presente en la España peninsular, particularmente en el cuadrante suroccidental. Es objeto de control en el ganado bovino y caprino».
Esta zoonosis grave, afortunadamente es poco frecuente en humanos desde que se pasteuriza la leche. Pero es una infección compartida con ganado doméstico, de enorme importancia económica, ya que además es causa relativamente frecuente de enfermedad en el lince, y riesgo potencial para oso y otros mamíferos silvestres protegidos. Es causa significativa de mortalidad en ciervos, gamos y jabalíes adultos (30% de mortalidad). Además de pérdidas para explotaciones de cérvidos y jabalí por restricciones al movimiento de animales vivos, según indica la susodicha guía.
Recomienda también la Guía «utilizar guantes en la evisceración y manipulación de las piezas de caza. Descartar las canales de aquellas piezas que presenten lesiones generalizadas compatibles con tuberculosis. Las canales de animales con lesiones localizadas pueden consumirse previa eliminación de la parte afectada. Evitar que los residuos de caza queden al alcance de jabalíes en el campo. Si no existe o no conocemos la existencia de tuberculosis en nuestro coto, estas acciones deben ser preventivas, evitando la introducción de animales infectados, y de vigilancia sanitaria.
»Una vez conocida la existencia de tuberculosis en un espacio cinegético es importante mantener una vigilancia de su evolución en el tiempo, tomar medidas para reducir la infección (actuaciones sobre el medio; medidas de gestión cinegética, etc.) y reevaluar periódicamente el coste/beneficio de cualquier intervención. Mantener poblaciones equilibradas, primando las densidades bajas y la calidad sobre las densidades altas, y evitando la agregación de animales en comederos y puntos de agua. Separar los ungulados silvestres del ganado doméstico».
Recomendaciones finales
La Guía recomienda
A mí me parece injustificable que se suelten jabalíes en espacios abiertos cuando está demostrado que actualmente somos incapaces de cazar por encima del índice de crecimiento de la especie, bien por las dificultades cinegéticas dada la nómina decreciente de cazadores, pero sin ignorar los corsés que ponen en algunas administraciones para cazarlos.
Enlaces de interés
Guía de vigilancia sanitaria de la fauna silvestre
Ministerio de Agricultura – Sanidad Animal
IREC, Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos
Sección europea, Wildlife Disease Association
Tarjetas descriptivas de las principales enfermedades
José Luis Garrido
Presidente honorífico Federación de Caza Castilla y León
Director honorífico de la Escuela Española de Caza
Ex Director general de la fundación FEDENCA-RFEC
Publicado en Federcaza, 09/2019
José Luis Garrido Modalidades y Métodos de Caza (2ª Ed. Junio-2015) Edita: Federación de Caza de Castilla y León. Teléfono 983 333 488 (autonomica@fedecazacyl.es)
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