Tras un duro invierno siempre viene una esperanzadora primavera

El título es un canto a la esperanza. En este mes de enero empieza la picadilla en Andalucía, donde dice el adagio que «por san Antón cada perdiz con su perdigón».


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Quería comentar a grandes rasgos lo que ha supuesto el otoño y el invierno en el ciclo anual de la perdiz roja y qué actuaciones debe hacer el cazador. Diferentes autores han introducido datos analizando esta etapa en la que se produce el mayor número de bajas de perdices en una determinada zona por la suma de la mortalidad natural, más la predación, más las producidas por la caza. En las zonas de peor calidad de hábitat a estas bajas hay que sumar las pérdidas de perdices porque se dispersan, principalmente hembras jóvenes, en la etapa prerreproductora anterior a la formación de parejas.

Las bajas producidas en el periodo otoño-invierno durante los años que duró el estudio realizado por Lucio y Mario, (2002), que fueron publicadas en el texto Aportaciones a la gestión sostenible de la caza (1), suponen la pérdida del 41% de la población de perdices adultas en este periodo de otoño-invierno. En ese mismo texto hay un capítulo sobre Los sumideros de perdiz roja a lo largo del ciclo anual, Duarte y Vargas, (2002), en el que se cita que el mayor sumidero en esa etapa es la caza pero que, además de considerar las bajas, hay que tener en cuenta las pérdidas de perdices por dispersión, que fueron en un estudio realizado en Portugal desde enero a marzo entre el 6 a 12% de las perdices que se van antes del emparejamiento a buscar zonas de mejor hábitat. Lo que nos debe hacer considerar que de octubre a febrero las perdices de una determinada zona, entre las bajas producidas por mortalidad natural + predación + caza y las pérdidas por dispersión, disminuyen alrededor del 50% de la población precaza que hubo en octubre.

Tras un duro invierno siempre viene una esperanzadora primavera

Foto: J. Manzano

Gestión cinegética en invierno

La buena gestión cinegética puede limitar durante el invierno ese alto porcentaje de bajas que supera el 50% entre caza, mortalidad natural y predación.

La caza

La presión cinegética debe regularse toda la temporada pero más minuciosamente en el mes de enero que es cuando las capturas deben ser más controladas y repartidas por el coto dejando las zonas de más calidad y centradas del coto con menor presión que los márgenes. En todo el periodo los bandos de menos de seis individuos no deben tocarse.

Aportación de comida

La mortalidad natural es más probable si la perdiz come poco, como ocurre cuando hay situaciones meteorológicas que disminuyen la comida. Especialmente si hay nevadas, se necesita la aportación en invierno de pacas de paja y de grano, preferiblemente en comedero, en las zonas de cobijo de las perdices, como islas arbóreas o perdidos y zonas arbustivas y de mata media es una gestión imprescindible para remitir la mortalidad natural en épocas duras, sobre todo en la España septentrional más propicia a las nevadas.

Control de zorros, perros y gatos cimarrones

Desde el 13 de julio 2011 la Conferencia Sectorial de Medio Ambiente aprobó las directrices técnicas para el control de predadores y posteriormente se han ensayado nuevos aparatos. Para controlar gatos y perros cimarrones se han homologado cajas selectivas que pueden resolver un grave problema que tiene algunos territorios insulares con la suelta indiscriminada de gatos (Mallorca y Canarias) que están acabando con algún ave sensible endémica de las islas y en peligro de extinción. El cepo-lazo tan eficaz del sistema de captura Belisle®, que no superó la primera selección, ya está homologado con un modelo reformado que requiere escarbar para dispararse (Belisle selectif), pues esta nueva versión ha superado todas las pruebas. Estas dos homologaciones deberían ser un buen ejemplo de cómo deben orientarse los esfuerzos cuando en cualquier comunidad inventen otros aparatos de captura estandarizados.

Últimamente nos quieren a los cazadores, al menos en Castilla y León. Los cuatro partidos más representativos: PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos, así lo declararon públicamente en nuestras Cortes, a los representantes de la Federación de CyL y consta en acta. Pues bien, ya que llevamos 20 años solicitando posibilidades de controlar mejor algunas especies predadoras muy abundantes, como la corneja o grajo (Corvus corone), homologando cajas trampas de reconocida eficacia para este córvido tan incisivo sobre la perdiz roja, es el momento de iniciar por nuestra Consejería la homologación de esas cajas tan eficaces en esta comunidad, ahora que entendemos estarían de acuerdo los cuatro partidos políticos, habida cuenta de la abundancia de ese córvido y la dificultad que tiene para su captura con métodos tradicionales.

Los meses de enero y febrero son apropiados para el control de zorros. El zorro, además de su reconocida astucia, tiene una esperanza de vida de hasta 14 años y es capaz de parir hasta ocho zorreznos. Es el carnívoro más extendido en España y en el mundo. Y lo que es más singular: los zorros forman grupos sociales con un macho y una hembra dominante y un grupo de otras hembras que no paren (hembras inhibidas), que sólo salen en celo si se dan determinadas condiciones. Pero esto cambia ante la escasez de raposos y se produce la salida en celo de todo el grupo de hembras y del aumento de crías en la camada cuando es necesario. Llevamos unos años que se ven menos zorros en esta comunidad, sin que se pueda generalizar en ningún caso.

Para controlar zorros se utilizan diferentes métodos y medios, la mayoría con armas de fuego. Además de la caza al salto, a rabo y a la espera con chillo, los métodos más exitosos y habituales para cazar zorros con armas de fuego son realizando batidas o con perros de madriguera. Durante las batidas de zorros, habitualmente éstos detectan a los cazadores de la armada. Los zorros retroceden y se suelen meter en cualquier madriguera posible de la zona batida. El éxito puede asegurarse si tras los batidores va una cuadrilla con perros de madriguera. Fuera del periodo hábil se requiere autorización para cualquiera de las dos modalidades. También se pueden cazar con lazos con freno previa autorización. Algunos cetreros cazan zorros con águilas Harris entrenadas.

Control de córvidos

Un procedimiento eficaz para controlar córvidos es la utilización de cajas trampa que requieren una normativa apropiada para su utilización. Una vez elegido el lugar de nidificación esta especie territorial atacará a cualquier intruso. La colocación de una jaula trampa con una urraca dentro será motivo inmediato de ataque por la asentada en el territorio. Hay múltiples trampas y nasas de captura y de procedimientos de control que no están ya autorizadas. Hay una jaula trampa para urracas que tiene demostrada una gran eficacia. Es una jaula octogonal, o circular, ya homologada por las directrices técnicas del MARM, con señuelo de urraca viva en el centro y segmentos trampas alrededor, que se activan y cierran al posarse la urraca asentada que intenta juntarse a la encerrada, generalmente para reñirla por estar dentro de su territorio.

Tras un duro invierno siempre viene una esperanzadora primavera

Foto: J. Manzano

Picadilla o celo de la perdiz

Finaliza el periodo de caza y mientras el cazador hace labores de control de predadores las perdices continúan su ciclo biológico de cara a la primavera. El celo es el periodo en que los irracionales experimentan un impulso sexual que finaliza en el apareamiento. Una de las etapas sensibles de la perdiz coincide con la picadilla, como llaman al celo en Andalucía, que comienza en esta comunidad y sus limítrofes a mediados de enero —por san Antón cada perdiz con su perdigón—, y finaliza a mediados de marzo. Por Castilla y León el emparejamiento de las perdices comienza a primeros de febrero. Las perdices están emparejadas en los bandos que es la primera fase comportamental del ciclo reproductor siguiente y eso se ve fácilmente cuando las espantas y una parte del bando sale en una determinada dirección a la vez que salen parejas de perdices que vuelan juntas hacia otros puntos. A finales de febrero y principios de marzo en Castilla y León ya se han separado las parejas del bando para iniciar la segunda fase del ciclo reproductor: el aislamiento; pero si cae una nevada, p.e. las perdices vuelven a juntarse en un solo bando como estrategia de defensa de la patirroja. El buen tiempo posterior aísla otra vez a cada pareja para seguir las dos fases siguientes del proceso reproductor, como son la exploración del territorio escogido y la cuarta de nidificación y puesta. Las perdices no emparejadas se dispersan hasta 5 Km, habiendo datado algún caso de 16 Km.

El ciclo biológico del proceso reproductor se manifiesta en la perdiz roja ya en invierno Los resultados de estudios encomendados por FEDENCA (Pérez Garrido 2012) (2) señalan que el tamaño de los testículos en el macho de perdiz comienza a aumentar lentamente desde el mes de octubre, con un incremento más apreciable en el mes de febrero, alcanzando sus máximos a finales de abril. En el caso de los ovarios, empiezan a incrementar su tamaño de forma apreciable en el mes de febrero, alcanzando entre finales de marzo y primeros de abril un tamaño considerable, en algunas hembras próximo al máximo, que normalmente se sitúa a finales de abril, momento de inicio de la mayor parte de las puestas. Las cópulas se adelantan tres o cuatro días a la puesta que depende de cómo venga la primavera. En temporadas con características bioclimáticas normales, el 50% de las parejas han puesto el primer huevo hacia el 15 de abril, habiendo hecho la puesta hacia el 25 de marzo si la temporada viene temprana y posponiendo la puesta al 5 de mayo si viene tardía.

En todo caso, el 20 de marzo comienza la primavera que es la etapa de esperanza para la naturaleza y para los que la respetamos y amamos. Poner bebederos y recuento de parejas de perdiz, así como anillar codornices o simplemente oírlas cantar son actividades que dan tanta satisfacción o más que la caza misma.

 

(1) Duarte J y Vargas M. «Los sumideros de la Perdiz Roja», 63 a 79 pp, en Lucio, A y Sáenz de Buruaga, M (Eds). (2002). «Aportaciones a la gestión sostenible de la caza». FEDENCA-EEC. Madrid. 316 pp.

(2) Pérez Garrido J.A. INFORME DEFENSA DE LA DEMANDA DE ECOLOGISTAS EN ACCIÓN CONTRA VARIAS ÓRDENES DE CAZA 2007-08, 2011-12 Y POSTERIORES EN LA COMUNIDAD AUTÓNOMA DE CASTILLA-LA MANCHA: CAZA DE PERDIZ CON RECLAMO. (FEDENCA). 2012.

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