Pero, ¿veremos patirrojas puras en 2016?
Los que ya peinamos muchas… muchas canas, recordaremos que por la mitad del pasado siglo se inició en España la agricultura intensiva, con la proliferación de pesticidas, insecticidas, riegos por ordenador, etc.
Diego Ruzafa | 28/01/2016
Estos nuevos sistemas necesitaban las simientes transgénicas, que se sembraban por doquier, al ser más rentables que las tradicionales y que Monsanto, la multinacional americana, extendió por todo el mundo, al parecer con el fin de acabar con el hambre de la humanidad, aunque la realidad fue otra, ya que uno de sus famosos productos, el DDT, fue la ecatombe para la naturaleza.
Recuerdo haber tenido un coto por La Mancha en cuya finca había una plantación de maíz. Se regaba por aspersión y, cuando acababan, venía una avioneta que rociaba toda la plantación. Cuando se iba solo quedaba entre los surcos un agua amarilla. Ni matas. Ni gusanos.
Por aquella época hubo una pandemia en la perdiz, la cual diezmó la población de patirrojas y se achacó la enfermedad, entre otras causas, a esta nueva modalidad de agricultura y a sus productos.
Nosotros mismos, a pequeña escala, en la finca que arrendamos para cazar tuvimos que hacer sueltas de perdices si queríamos cazar algo, no llegando a saber nunca la pureza de las mismas. No las matábamos todas, por lo que desconozco cuántas se hibridaron con las del campo. ¡Qué no sería en esas grandes fincas de caza intensiva que daban ojeos todos los días de la semana!
Los cotos solicitaban perdices para repoblar y, con este motivo, personas con visión de futuro instalaron granjas, siendo Altube una de las primeras; luego, al ver que era buen negocio, se montaron infinidad de ellas que, unas con mejor y otras con peor suerte, colaboraron en la repoblación no solo de perdiz, también de faisán y codorniz.
Los primeros ejemplares que se soltaron se anillaron en Burgos y, según se comprobó posteriormente, algunas perdices se cazaron en Andalucía.
Considero que cualquier cazador conoce, sobre todo los cuquilleros, la territorialidad de los pájaros, ya que cuando se introduce un nuevo ejemplar en su territorio, lo expulsan. Así pueden pasar de territorio en territorio durante años, pollada tras pollada, hasta llegar no se sabe hasta dónde.
Muchos entendidos en el tema aseveran que ellos son capaces de distinguir una perdiz pura de una que no lo es. He intentado muchas veces conocer el sistema para llegar a esa conclusión, sin llegar nunca a ciencia cierta a saber el método. Unos me decían que por los espolones, otros que por el color del pico, y los más especialistas que si por la cresta o por el arrancar de vuelo, pero la realidad nunca la supe.
Por esta regla de tres nunca podremos decir que un descendiente del pájaro que soltamos en Bilbao, no pueda llegar a Cádiz. Más de 60 años apeonando las perdices hacen muchos kilómetros, invadiendo terrenos en los que sus propietarios nunca pensaron que su perdiz no era pura, ya que jamás pensaron en repoblar.
Así es que decir: ”la perdiz de mi coto es pura porque nunca hemos repoblado” no nos vale, cuando en la finca de al lado hay un coto de caza intensiva o bien se ha repoblado en alguna ocasión. ¿O me puede asegurar que la perdiz de su zona no tiene mezcla de genes?
Hace unos días, charlando sobre este tema en un pequeño pueblo de la sierra andaluza con un cuquillero de los antiguos, de los que todavía se hacen las jaulas con juncos y varetas de olivo, de los que son sabios por la experiencia y la edad —el hombre tiene ya más de 90 años—, sentenciaba: tos aquellos pájaros que soltaron sesturriaron por toas partes y ya no queda uno puro.
No creo que haya nadie que sepa a ciencia cierta que las perdices de su coto no tienen el mismo ADN que las que se soltaron en el siglo pasado.
Diego Ruzafa
De todos modos tras varias generaciones de perdices criadas en libertad, ¿Qué importa la pureza genética?, si lo miramos desde el punto de vista de la perdiz, yo me la imagino diciendo:
- Es que solo quedan cazadores cruzados, entre 1.000 años de musulmanes y varias invasiones francesas, estos escopeteros son genéticamente un puzle.
A lo que responde la perdiz de la esquina:
- Alguno puro hay!!!!, si cuando saca el pañuelo tiene un nudo en cada esquina, ese es puro.
Saludos
Pero vamos, que no creo que las perdices puras de hace 200 años fueran más bravas que las perdices mestizas de ahora y lo que es de traca es quien dice que las distingue, mientras que las que está cazando, seguro tiene un porcentaje bastante alto de hibridación.
Saludos
1.991. Repoblaciones cinegéticas: la realidad de un mito. Revista Federcaza, número 68. Agosto 1.991. Edita Grupo Editorial. Madrid.
1.995. Ecología cinegética: Los ecotipos del conejo y de la perdiz roja autóctona. Revista Caza y Pesca, número 628, abril 1.995. Madrid.
Un saludo. Miguel
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