Si tuviésemos que definir esta finca con una palabra diríamos que es el Edén. En sus campos, tanto la agricultura como la gestión se pone al servicio de la fauna salvaje para conseguir un entorno de ensueño en el que nuestra perdiz roja, la auténtica, la autóctona, la de verdad, cría todos los años por millares.
Leopoldo del Valle | 01/12/2010
En Campo de Montiel, entre Cózar y Torrenueva, en pleno corazón de La Mancha, suena Las Ensanchas. Suena a jácaras y a cuchicheos. Suena a bravura y pureza. Suena a estrepitosos y galopantes redobles que de intenso rojo pintan su revuelo las perdices, fuertes y vivarachas, de Las Ensanchas. ¿Y los conejos? Eso es otro cantar. Con cientos culminan las cacerías y por miles se cuentan los jipíos y lances que roban. ¿Y los cochinos? Muchos, muchísimos da la montería, la que más; y buenos de boca, de los de verdad.
Desde 1757 esta mimada finca pertenece a la familia Melgarejo. En 1895 formaba parte del latifundio conocido corno Dehesa de Las Terceras, perteneciente a los duques de San Fernando de Quiroga. Tras varias divisiones del gran latifundio en el que se encontraba la finca, y siempre dentro de la familia, Las Ensanchas pasó a manos de Luís Moreno de Silva, difunto esposo de la actual propietaria, Patricia Maldonado Vidal, que heredó de su tío materno Luís de Silva Melgarejo.

Cuando Patricia Maldonado tomó las riendas de Las Ensanchas se enfrentó a la soledad que envuelve toda decisión importante. La finca, de suelos pizarrosos y pobre para la agricultura, era insostenible. Necesitaba un cambio de nimbo que ella supo ver en la caza, apostando firmemente por la menor, guardándose, bajo la manga, una reina: la pura y salvaje perdiz roja española. Estas tierras tradicionalmente han tenido mucha caza, pero atravesaron una mala época cuando los monocultivos y las extensas parcelas de cereal, las malas o poco favorables prácticas agrícolas y el sobrepastoreo ovino y caprino mantenían al monte y a la caza a raya.
Teniendo como primer propósito la conservación, el respeto y cuidado del ecosistema, acertadamente, una de las primeras decisiones fue la de deshacerse de la presión ganadera y comenzar la segmentación de los cultivos agrícolas en parcelas a modo de mosaico. Esto se consigue combinando pequeñas parcelas de avena, cereal, trigo, leguminosas y barbechos de cien metros de ancho y quinientos de largo, en disposición alterna y separadas por los beetles hanks, que hacen de lindes y se convierten en lugares ideales para la cría de perdices.
Mejoras para los conejos
También se respetan las lindes en los caminos, dejando riquísimas franjas de erial. Las entonces aisladas manchas de monte están ahora conectadas por medio de estrechos pasillos de reforestación de quercíneas. Los arroyos y charcas se adivinan en el paisaje por las frondosas junqueras y chopos que, procedentes de reforestación, se elevan en sus márgenes y proporcionan excelentes criaderos para los conejos. Pensando en ellos, los conejos, se han construidos grandes majanos a base de escombreras cubiertas con tierra, de la forma más natural y sencilla posible, con una exitosa acogida.

Para ellos y para las perdices se han ideado también pequeños chozos, muy adecuados para nidificar y ofrecer refugio y seguridad, consistentes en escobajos de encinas amarradas sobre tres mástiles de hierro, a modo de tienda de indios. Sobre los beetles banks, y en lugares estratégicos, se tienen dispuestos cerca de 1.300 de estos chozos, restaurándose todos los años un tercio del total. Las 24 charcas se refuerzan con 122 bebederos artificiales dispersos por toda la finca, a excepción de la sierra. La siembra, a merced de los conejos, se suplementa con 270 comederos con trigo. Este año, y a modo de experimentación, se ha acotado una parcela con pasto sudán para los lagomorfos, dando buen resultado.
A las faldas de la sierra conocida como Cabeza del Buey se encuentra el olivar. El único tratamiento que ha tenido, y a causa de la naturaleza del terreno que dificulta la recogida de la aceituna, ha sido el «ruleo» del suelo. Por lo demás, ni se ara ni se abona. Tan sólo se limpian los pies, dejando las calles con vegetación.
Cuidados de la caza
Todos los años se realizan censos de perdiz, seguidos de cerca por Tom Gullick, famoso gestor y organizador de ojeos y la persona viva que mayor número de aves ha observado en el mundo, y por el Dr. Jesús Nadal, Catedrático de Producción Animal de la Universidad de Lérida y colaborador de Jara y Sedal.

El inglés Tom Gullick es un reputado gestor que se encarga de organizar los ojees en Las Ensanchas. Abajo, la finca cuenta con una mancha de 500 hectáreas en las que el año pasado se cobraron 262 cochinos en una única montería.
En primavera se cuentan las parejas. A principios y a final de verano se hace el reclutamiento de las polladas por cuarteles de ojeo. En julio, y con ayuda de un cazamariposas gigante, se mide la abundancia de insectos en las lindes y se estima así el éxito de la pollada. Tras cada ojeo, el equipo del Dr. Nadal torna muestras fisiológicas y anatómicas de cada perdiz, estudiando también así su evolución. Todo esto es necesario para cazar en función de lo que hay en el campo, sin pasarse. En el campo los errores se pagan caros y si se caza más de la cuenta se puede mandar al traste toda la labor y esfuerzo de décadas de gestión. Por eso, nunca se caza más de un tercio de lo observado. Este año, por ejemplo, al ser francamente malo hay zonas donde no se va a ojear. Con los conejos pasa lo mismo, sí bien lo idóneo sería no parar de cazar desde el descaste, se para tajantemente en cuanto se observan las primeras conejas preñadas.
Los frutos de una gran gestión
El resultado de todas estas medidas y de todos estos cuidados lo observamos claramente en la vida de Las Ensanchas. No sólo destacan los bandos de cientos de perdices que peinan las siembras y barbechos, ni los miles de conejos que salpican con su rabo de blanco los arroyos. Alcavaranes, sisones, mochuelos, búhos reales y lechuzas, cárabos, jilgueros y verderones; águilas imperiales, reates, calzadas y sus aguiluchos; cernícalos y ratoneros; buitres negros y leonados; avutardas, gangas comunes, ánades reales, Pochas y pollas de agua, cigüeñuelas y chorlitejos.. y así, cerca de 150 aves, grandes y pequeñas, protegidas y no, pueblan y se crían en este entorno. Todo esto se da, como es natural, en un coto de caza correctamente gestionado. Esta gran riqueza motivó a Patricia Maldonado a sumarse voluntariamente a la Red Natura 2000. Como miembro de la junta directiva de Seo/Birdlife y enamorada de la fotografía de aves, colabora con esta asociación dedicada al estudio y conservación de las aves y de la naturaleza. También lo hace con la asociación CBD-Hábitat y con la Fundación Amigos del Águila Imperial.
El ojeo: la modalidad estrella
Organizados por Tom Gullick, con varias decenas de años de experiencia a sus espaldas, tienen lugar en Las Ensanchas los mejores ojeos comerciales de pura perdiz roja del mundo.

Sus clientes, ingleses en su mayoría, estadounidenses y sudafricanos, valoran realmente esta patirroja y rehúsan la 'de plástico' tan extendida en otras zonas españolas. Sólo dos jornadas por temporada, de cuatro a cinco ojeos cada una y con ocho puestos cada ojeo, batiendo manchas de 100 a 200 hectáreas cada una, en las que se logran espectaculares tapices: al año se abaten en tomo a 1.500 «perdices rojas silvestres nacidas en el campo y criadas de forma natural», como así lo garantiza el certificado emitido por el Dr. Nadal a fecha 3 de noviembre de 2010. En definitiva, podemos afirmar, sin temor a equivocamos, que la patirroja de verdad nace en Las Ensanchas.
La montería
Esencial para la viabilidad económica del aprovechamiento cinegético de la finca, en la mancha Cabeza del Buey tiene lugar cada enero la citada montería, cochinera donde las haya. De la gestión se encargan los hermanos Iván y Luís Moreno Maldonado, hijos de Patricia. Separada del resto de la finca por una malla de gestión, este paraje se ve ahora tupido de monte y arbolado, recuperado del intenso ramoneo de las cabras. Con 46 puestos de traviesa, todos ellos en torretas, y unas 20 rehalas se baten las 500 hectáreas que tiene la mancha. Con más de 700 tiros, fueron 262 los cochinos cobrados en la que se reconoció como la montería donde más cochinos se cazaron la temporada pasada. Este año se volverá a montear y, confiando en los 17 años de experiencia en esta finca y plena dedicación del guarda mayor, José Barranquero, se esperan grandes resultados.
Leopoldo del Valle
Si es cierto, mi enhorabuena por hacerlo tan bien y transmitirlo para que muchas fincas se enteren de lo que hay que hacer, osea fomentar la caza salvaje y no soltar "gallinas", pero claro como bien se ha dicho se necesita muchos años para llegar a este nivel y muchas fincas quieren resultados de un año para otro y en el campo eso es imposible.
En fin, me quedo con las ganas de visitarla pues es el modelo de gestión que defiendo e intento transmitir a los titulares de los cotos.
Saludos.
Soy Leopoldo del Valle, autor del artículo de Las Ensanchas.
De antemano quisiera agradeceros a todos el interés mostrado en la lectura del reportaje, resulta grato comprobar que la obra de uno, por pequeña que sea, no resulta indiferente.
Como autor del reportaje, me gustaría aclarar varias cuestiones tratadas en los comentarios:
"Las Ensanchas: Cuna de la Patirroja" es un reportaje que forma parte de la sección Cotos de España, de la revista Jara y Sedal, donde pretendemos sacar a relucir los mejores Cotos de España. Las fincas que lucen en Cotos de España no salen por casualidad ni al azar, sino que son seleccionadas entre varias de su categoría, atendiendo a princios de conservación y gestión ejemplar. Como reconocimiento a estos parámetros y a los logros obtenidos por esta política de gestión, a estas fincas se les da la posibilidad de relucir en Cotos de España, comunicándoselo con más bien poco tiempo antes de hacer el reportaje. En el caso de Las Ensanchas, se les comunicó 3 días antes de la visita. En base a lo expuesto, quiero desalojar la idea de que estos reportajes tengan el más mínimo ánimo de márketing. De hecho, la finca que inauguró la sección fue Puerto del Toro, cuyo aprovechamiento no es comercial. Con ellos sólo pretendo transmitir al lector, aficcionado o gestor, la gran labor y esfuerzo de estos cotos por conseguir una caza de calidad y marcar las pautas de gestión que siguen, podiéndolas tomar como referente a quien le interese.
En cuanto a la pureza, creo que queda claro en el reportaje que no generalizo sobre las perdices de La Mancha ni de Ciudad Real, sino de las de Las Ensanchas, en Campo de Montiel. Sobre la calidad genética de las perdices de la zona hay argumentos de peso que defienden su pureza. Uno de ellos es el certificado que tengo en mis manos del Doctor D. Jesus Nadal García, Catedrático del Departamento de Producción Animal de la Universidad de Lérida y que reza: "...Las perdices rojas...procedentes de la finca de Las Ensanchas de ciudad Real, son Perdices rojas Silvestres (Alectoris rufa). Estos animales han nacido en el campo y se crían de forma natural, en agrosistemas cuidados con normas ecológicas...Esta población de perdices se estudia desde hace trece años con varios métodos científicos...con objeto de llevar un control estricto sobre la población de perdices de la finca. Este examen permite garantizar la calidad del producto y mejorar la gestión sostenible de este recurso natural..."
Respecto a los los cochinos, de los 262 cobrados en la montería, en torno al 50% eran hembras y por supuesto, como se puede comprobar en el reportaje, no todos los machos fueron medallas. Las 500 ha que ocupa la mancha de la montería están cercadas y la atención es constante, poniendo mucho esmero en la relación de sexos y, en definitiva, de las necesidades de la población de cochinos. Por supuesto, los jaalíes son de la propia finca. El único truco para lograr esta exitosa montería es una adecuada gestión y plena dedicación. Ésta es la verdad, en sus manos está creersela o no.
El BEETLE BANK es un sistema de manejo del suelo ideado por THOMAS COOK en NORFOLK, INGLATERRA, e importado por TOM GULLICK. En base a su procedencia inglesa me parece correcto emplear el término Beetle Bank, del mismo modo que no me gustaría leer un texto inglés en el que denominasen Iberian porck ham a nuestro Jamón Ibérico.
Espero haber aclarado estas cuestiones,
Un cordial saludo,
Leopoldo del Valle
¿Qué tipo de "cazadores" acuden a esa "montería", a ese cercón? qué bajo ha caído la caza...
Eso es una cuadra a la que una vez al año, por enero, van 46 matarifes. Llamarle a eso montería o siquiera caza es una coña marinera.
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