Un cazador se descuelga por un precipicio de 50 metros para rescatar a su perro

“Nunca se deja a un compañero atrás”. Así lo cuenta a la redacción de Club de Caza el tío del rehalero, Israel Luna que ha arriesgado su vida por uno de sus perros. Nunca hubo una demostración más real y fiel a una frase que hemos escuchado mucho entre los cazadores y rehaleros.

Un perro tras un ciervo

Todo comenzó el sábado cuando el perro persiguió a un ciervo durante una montería celebrada en Fuencaliente, un precioso paraje de Cardeña, en Ciudad Real. Terrible es el nombre de este podenco campanero con tanta afición y pasión por la caza.

Su propietario es Javier Gutiérrez Luna. Este rehalero comenzó a acompañar a su tío, Israel Luna, desde que cumplió los 9 años. Era un ilusionado arriero que años más tarde se convertiría en un gran rehalero que fundó la rehala Los Halcones.

Después de la montería, un montero avisó al rehalero, que ya estaba buscando a su perro. Le dijo lo que había sucedido y cómo Terrible había caído por aquella escarpada roca hasta quedarse atrapado en un pequeño hueco de piedra.

Entonces comenzó el calvario para Javier y para su perro. Durante todo el sábado intentaron llegar hasta el can. Pero resultó imposible. No contaban con medios para hacerlo posible. Dejaron el lugar bien entrada la noche para volver horas después en cuanto despuntó el día.

El domingo repitieron intentos, con el equipo que pudieron llevar, pero con el mismo resultado. Estuvieron todo el día llamando a gente que pudiera colaborar, hasta que alguien con equipo de escalada respondió. Se trataba de Martín, que accedió a acompañarles el lunes por la tarde. El tiempo corría en contra de Terrible.

Martín llevó arneses y cuerdas, pero dejó a Javier que bajase por aquel cortado. Fue quien quiso acarrear con la responsabilidad y el enorme riesgo de descolgarse por una montaña tan escarpada y peligrosa. Eran 50 metros de caída. Y el podenco estaba a unos 20 metros, en una reducida repisa.

Diego Fernández Luna, un apasionado joven de la familia que continúa el legado rehalero, también acompañó en cada momento del rescate acompañando a todos los rehaleros.

Israel arriesga su vida al bajar por una pared natural de 50 metros de caída para llegar hasta su perro atrapado. A la derecha, Terrible, una vez rescatado y llevado a salvo al coche del rehalero. Un final feliz.

El vídeo que demuestra que los cazadores no abandonan a sus perros

Los animalistas más radicales repiten unas frases a diario intentando que la sociedad acoja sus manipulaciones: “Los cazadores abandonan a sus perros”. También habrá oídos las decenas de miles de perros abandonados por los cazadores cuando ya no les sirven, o eso de que “los cazadores maltratan y matan a sus perros”.

Pues bien, Israel acaba de demostrarles a todos ellos que un cazador es capaz de arriesgar su vida por uno de sus perros. Que nunca se les deja atrás. Que no se les abandona, aunque eso implique poner en riesgo la integridad.

Y en el vídeo lo vemos perfectamente. El rehalero se descuelga por una pared natural casi vertical hasta que llega al perro. Como experto en ellos, lo manipula con seguridad hasta colocarlo de manera estable para poder bajarlo junto a él. Solo los sujeta una cuerda, pero en ese momento, más que nunca, son un equipo. Como nos dice Israel cuando los redactores de Club de Caza le entrevistamos: “Somos un equipo, y nunca se deja a un miembro de un equipo atrás”.

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