«Hay que cazar más para controlar las poblaciones silvestres»

Acaba de aparecer la siguiente noticia ampliamente difundida en los medios ingleses (Dailymail, Guardian, Independent, BBC, Telegraph…) de que solo un descaste masivo de ciervos puede evitar la destrucción de los bosques británicos y la vida silvestre.


El informe está firmado por un ecologista de la Universidad de East Anglia, y según el mismo, entre el 50 y el 60 por ciento de los cérvidos salvajes de Gran Bretaña, debe ser sacrificado anualmente para mantener sus poblaciones estables. Según dicho estudio, la densidad de población de cérvidos en Gran Bretaña ha alcanzado tal número que están causando graves y persistentes perjuicios a las plantas silvestres y a las aves. Los responsables del informe han encontrado que el número de ciervos es ahora mayor que en cualquier otro momento desde el final de la última Edad de Hielo, y sólo un incremento dramático de capturas pueden evitar ese elevado número de herbívoros que están destruyendo los bosques de la nación y su vida silvestre. Según dicho estudio, entre el 50 y el 60 por ciento de los cérvidos salvajes tendría que sacrificarse cada año para que la población actual se mantenga estable. Esto podría significar un descaste anual de más de 750.000 ejemplares en base a las estimaciones actuales de los responsables de la investigación. Hay seis especies de cérvidos salvajes en Gran Bretaña. El ciervo y el corzo son especies nativas, mientras que el gamo, el muntjac, el sika y el ciervo acuático chino han sido introducidos. En ausencia de predadores naturales y la disminución de la caza y captura durante el medio siglo pasado, el número de todos ellos ha aumentado de manera espectacular, según el director del informe. Los ciervos comen arbustos y sotobosque causando grandes daños al hábitat de las aves forestales, como el ruiseñor. También destruyen importantes plantas en los bosques, como las primaveras (Primula eliator) y las campanillas. Aunque los descastes se llevan a cabo en algunos de los terrenos ocupados por los cérvidos, no se sabe casi nada acerca de la efectividad de estos controles en sus poblaciones. El estudio más reciente sugiere que la caza no es suficiente para limitar el inexorable crecimiento de su número, y muchos animales simplemente se desplazan de una zona a otra. El estudio, publicado en la revista Journal of Wildlife Management, estima la densidad de cérvidos de unos 234 kilómetros cuadrados (90 millas cuadradas) en tierras forestales y brezales en Breckland, East Anglia. El censo se realizó en coche conduciendo más de 1.140 kilómetros durante la noche con equipos de imagen térmica de infrarrojos para contar corzos y muntjacs en la zona fronteriza de Norfolk y Suffolk. Los científicos calcularon que sería necesario matar 1.864 muntjacs, de una población estimada de 3.516 en esa zona, alrededor de un 53 por ciento, y 1.327 corzos, de una población de 2.211, el 60 por ciento, sólo para compensar el aumento en su número cada año. Según el responsable del estudio, cazar estas especies de cérvidos de noche con equipos de imagen térmica por cazadores capacitados sería la forma más eficaz y humana de enfrentar el problema de la sobrepoblación y la carne se utilizaría para abastecer un mercado floreciente de carne de caza.
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